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La desigualdad educativa en San Luis: los chicos de familias de mayores ingresos casi duplican el desempeño de los que menos tienen

Especialistas y profesionales subrayan que las condiciones económicas de las familias guardan una estrecha relación con el desempeño escolar. Pese a los esfuerzos individuales, la brecha entre quienes más tienen para acceder a herramientas para fortalecer su aprendizaje y aquellos que no tanto, cada día es más grande.

Foto Marcos Verdullo.
Actualizada: 16/09/2022 10:37
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Históricamente la desigualdad educativa en Argentina fue un desafío para resolver año tras año, pero en la actualidad el panorama está lejos de alcanzar una solución.

Diferentes organizaciones e instituciones dan cuenta de cómo las Pruebas Aprender 2021 reflejaron el escenario donde los chicos de las familias de menores recursos presentaron un desempeño mucho menor en relación a aquellos con mayores ingresos para acceder a más herramientas.

El Centro de Estudios de Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano elaboró un informe y precisa que en el caso de San Luis los estudiantes que asisten a una escuela de gestión privada presentan un rendimiento más elevado que aquellos que acuden al sistema estatal.

¿Qué dice? El estudio marca que en el examen de Lengua un 49,3% de los estudiantes del sistema público tuvieron un desempeño avanzado o satisfactorio, en tanto que los del sector privado alcanzaron el 74,6%.

En Matemáticas sucede algo similar: el 48,5% de los chicos de colegios estatales tuvieron resultados avanzados o satisfactorio, y un 66,7% lograron los que asisten a establecimientos privados.

En simultáneo, estas pruebas también permiten ver el rendimiento de cada uno de los estratos sociales. En ésta última materia, por ejemplo, los chicos vulnerables presentan un porcentaje más bajo de un nivel satisfactorio o avanzado ya que el 30,7% logró buenos resultados.

Los de un nivel socioeconómico medio obtuvieron un 52%, mientras que aquellos que transcurren un escenario más acomodado llegaron al 66,6%.

En Lengua la situación es más pronunciada. Solo el 26,2% de los alumnos carenciados obtuvieron resultados óptimos. Un 55% de los alumnos de un nivel socioeconómico medio obtuvieron un buen resultado y un 71,8% los de sectores altos.

Por supuesto, la pobreza no implica necesariamente un destino de bajos desempeños. Hay un porcentaje de alumnos que logran sobreponerse a las condiciones adversas en que viven y alcanzar buenos resultados de aprendizaje.

Los especialistas coinciden en que las principales razones hay que encontrarlas en la falta de inversión de los Gobiernos y el impacto que generó el cierre de escuelas durante la pandemia.

“A la luz de los resultados, se puso de manifiesto la importancia de asistir a la escuela, de las herramientas educativas y de factores sociales y educativos que influyen en el desempeño escolar de los estudiantes”, señala el estudio.

De esta manera explicaron que las diferencias entre el sector de gestión estatal y privada “son notorias en todos los casos”, observándose en, por ejemplo, el desempeño de los resultados “por debajo del básico”. En San Luis el primer grupo obtuvo 25,9%, en tanto que el segundo un 11,1%.

Por su parte, el integrante de la Academia Nacional de Educación, Francisco Muscará reflexionó: “La escuela ya no es la gran igualadora que propuso el siglo XIX puesto que la educación, aun cuando es capaz de proporcionar un cierto grado de competencia, no es suficiente para eliminar las desventajas sociales y económicas. Por eso pensamos que la igualdad de oportunidades educativas ayudará a una distribución más equitativa de la riqueza, pero no será el único factor necesario para el logro de ese objetivo”.

“En todos los casos, los resultados son peores en aquellos estudiantes que atraviesan mayores dificultades y carencias de herramientas. Y lo mismo ocurre cuando sus padres no pudieron avanzar en sus estudios. Por ello, se debe actuar lo antes posible para brindar la ayuda correcta a los jóvenes más necesitados, otorgando herramientas efectivas para mejorar su situación educativa y al mismo tiempo favorecer la educación de generaciones futuras”, concluye el informe.

Escolaridad y pobreza

En el último informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, titulado “Desempeño escolar y pobreza”, pone este tema sobre la mesa. Destaca que el nivel socioeconómico de los estudiantes incide fuertemente en sus trayectorias escolares y señala que los alumnos pobres que alcanzan buenos niveles de aprendizaje son la excepción en el sistema educativo argentino.

En este caso, el análisis fue y surge a partir de los resultados de Aprender 2019 y de la Encuesta Permanente de Hogares.

“Aunque el nivel socioeconómico bajo suele asociarse con bajos niveles de aprendizaje, hay una fracción de ellos que logran buenos desempeños”, dice el informe, y detalla que los factores que dan lugar a este número son el nivel educativo de las madres, el acceso a libros en el hogar, no tener hijos y no trabajar.

“Estos estudiantes resilientes son la excepción. Entender qué factores los ayudan a desempeñarse bien es fundamental para el diseño de políticas públicas que puedan mejorar no solo los niveles de acceso a la educación de los estudiantes en situación de pobreza, sino también el aprendizaje que adquieren una vez que están en la escuela. Esto es crucial dada la evidencia existente que muestra que el aprendizaje adquirido es un factor más importante que la mera asistencia a la hora de influenciar la trayectoria de vida de los estudiantes”, explicó Martín De Simone, coautor del informe.

Uno de los factores “protectores” que resaltan es el nivel educativo materno. Entre los estudiantes pobres con buen desempeño, el 35,5% tiene madres que alcanzaron el nivel secundario completo o más. En el caso de aquellos estudiantes con bajo desempeño, ese porcentaje se reduce al 27,2%.

Otro factor es la cantidad de libros en los hogares. Solo en el 8,3% de los hogares de los estudiantes con buen desempeño no hay libros, mientras que en el caso de los estudiantes con bajo desempeño ese porcentaje aumenta a 22%.

“Para mejorar los aprendizajes de los estudiantes en esas condiciones, las políticas públicas son fundamentales. Al analizar el máximo nivel educativo alcanzado por la madre de los estudiantes y la cantidad de libros en los hogares en situación de pobreza, se evidencia que el nivel de desempeño de los estudiantes se correlaciona con las características socioeconómicas, incluso cuando ambos grupos de desempeño se encuentran debajo de la línea de pobreza”, culmina el estudio.

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