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VILLAS Y ASENTAMIENTOS EN SAN LUIS

El panorama laboral en los barrios populares: solo el 8% tiene empleo en blanco y la mayoría está en la construcción o en planes sociales

Hay cientos de vecinos en San Luis, Villa Mercedes o Juana Koslay que se encuentran en búsqueda de un trabajo. Otros se dedican a la venta en la vía pública, comercios barriales o juntan cartón. Tercera nota.

foto marcos verdullo
Los datos se desprenden de Nación.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 25/09/2022 10:00

Las condiciones de las viviendas y la carencia de servicios no son lo único que margina a quienes viven en barrios populares. También lo hace la falta de empleo y oportunidades para poder revertir la situación en la que se encuentran. Y en el caso de quienes si puede acceder a un trabajo deben hacerlo en condiciones irregulares, en negro, en una cooperativa o de forma independiente.

San Luis tiene 30 los asentamientos y villas según el Renabap. Están distribuidos en la capital, Villa Mercedes, Juana Koslay, Quines, Merlo, Concarán, Buena Esperanza y Unión.

Si bien desde Nación brindan información sobre el panorama de cada uno, solo de 21 de ellos se conoce el escenario laboral a mediados de este año. Se trata de República, 9 de Julio, 1° de Mayo, Santa Rita anexo, Aeroferro, Ferrocarril, La Vecindad, La Merced, Estrella del Sur, Los Vagones y Quinto Centenario de San Luis; Ciudad Jardín 1, Ciudad Jardín 2, Eva Perón 2 anexo, Güemes, San José y otro sin nombre de Villa Mercedes; y Las Vegas, Costa del Río, El Bajo y uno sin nombre de Juana Koslay.

La construcción es el trabajo más común.

Los datos arrojan que de la población activa solo un 8,2% tiene un empleo en blanco, esto es, 405 personas. Pero hay otros casos que aunque si tienen es de forma en negro, es decir, no están registrados de manera adecuada. Estos últimos son 736 y representan el 15%.

Por otro lado, están aquellos vecinos que respondieron hacer de forma independiente o en una cooperativa. Alcanzan a ser 865 (17,6%).

Pero además, están las 920 (18,8%) personas que reconocen no tener trabajo y 745 (15,2%) que lo hacen en el hogar pero no tienen un sueldo por ello.

También hay que tener en cuenta un 10,8% de esa población (532) que son jubilados o pensionados. Y otros 687, el 14%, que en la encuesta respondieron “no sabe, no contesta”.

Sólo un 8,2% tiene empleo en blanco.

Al recorrer las calles de estos barrios, en su mayoría de tierra, se advierte la vulnerabilidad de las familias que los habitan. Casas que son solo una habitación, edificaciones de maderas, techos de chapa y coberturas con nylon.

En algunos casos han puesto negocios de alimentos o artículos de limpieza, se agregan a ellos gomerías, o los que ofrecen servicios de costura.

De este panorama se puede deducir que del grupo que declaró no contar con un puesto laboral hay un 40% (380) que están en la búsqueda de uno.

183 manifestaron no hacerlo (19%) y 372 lo adjudicaron a encontrarse estudiando (39%). El restante presenta una discapacidad.

Los más chicos viven en carne propia la marginalidad, pero la inocencia no les quita la ilusión de tener una realidad mejor. Muchos no tienen guardapolvo para ir a la escuela y lo hacen con la ropa de todos los días y otros llevan la misma mochila hace años. Mientras que quienes pueden, al regresar de clases lo primero que hacen es salir a andar en bicicletas.

La venta en la vía pública es una de las salidas laborales más frecuentes.

Por otro lado, quienes sí tienen empleo, sea en blanco, en negro o de forma independiente dieron a conocer los oficios en los que se desempeñan. La mayoría lo hace en el ámbito de la construcción. Solo esa actividad representa el 41% del total.

En segundo lugar, se encuentran los vecinos que cuentan con programas sociales. En estos 21 asentamientos o villas son 395, es decir, el 23%. Hay otros 275 que definieron su labor como “otros”.

En menor cantidad, están los que trabajan en la vía pública vendiendo productos y servicios (46), en la producción agropecuaria (44), en un comercio barrial (44), o como cartoneros o carreros (39).

A estos se agregan los que se desempeñan en la indumentaria textil y afines, elaboración de comidas, empleo doméstico, actividades comunitarias y en el transporte.

La realidad que viven estos barrios populares se refleja también en los comedores y merenderos que se han instalado en ellos con el fin de alivianar un poco la necesidad.

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