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Juicio por Mónica Ramos: la forense dio detalles del ataque sin piedad que sufrió la docente

La médica Marcela Gómez estableció las lesiones que tenía el cuerpo de la mujer de 61 años, y que le ocasionaron dos infartos. Agonizó entre 8 y 10 minutos. El agresor habría prendido fuego el lugar mientras ella todavía estaba con vida. En el tercer día de audiencia también declararon bomberos, una amiga de la víctima y testigos de la zona.

Fotos Marcos Verdullo
Héctor Federico Núñez, el único acusado del crimen de la docente.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 07/10/2022 10:32

Minutos antes del mediodía de este jueves se reanudó el debate por el asesinato de Mónica Ramos que se produjo el 3 de marzo de 2020 en la calle Belgrano al 110. Fue quizás la jornada más dolorosa para los familiares porque tuvieron que escuchar cómo fue el brutal ataque a la psicopedagoga.

Esto fue así porque declaró la médica forense del Poder Judicial, Marcela Gómez, quien reveló datos escalofriantes sobre cómo encontró el cuerpo de Ramos. El agresor no tuvo piedad. Fue la testimonial más extensa y relevante de la tercera audiencia del proceso oral y público.

Los citados del día estuvieron también vinculados al móvil del hecho, el morral hallado en el ingreso a la casa, los primeros testigos en el lugar y la intervención de los bomberos para sofocar el incendio en la propiedad.

La causa tiene como único imputado a Héctor Federico Núñez de 35 años, quien tiene como defensora a Mirta Esley. Virginia Palacios Gonella actúa como fiscal de Juicio y Santiago Saín representa a los hijos de la víctima, Pamela y Martín Rodríguez. El Tribunal está confirmado por Adriana Lucero Alfonso, Fernando de Viana y Virna Eguinoa.

Durante la jornada, siete declaraciones se sumaron a las 24 recepcionadas en los primeros dos días. Las restantes tendrán lugar el próximo martes para después avanzar con los alegatos de las partes y el veredicto.

Gómez detalló que fue convocada al lugar del hecho por el juez de Instrucción, Marcos Flores Leyes, y después fue la encargada de realizar la necropsia.

Rememoró que al ingresar a la casa fue guiada por un efectivo de Bomberos y lo hizo por una cochera. Se encontró con “todo revuelto con carteras y ropa”. Llegó hasta el baño donde la docente estaba sin vida. “Había maquillajes tirados por todos lados”, dijo.

La médica forense.

Lo primero que advirtió fue una herida cortopunzante de arma blanca en la zona del cuello. Explicó que el lugar era pequeño y había humo. Después pidió que sacaran el cuerpo para poder “ver con luz natural las lesiones externas”.

Describió las prendas que tenía puestas y otra que había en ese sector de la vivienda. Pudo establecer que el deceso fue alrededor de las 13, es decir, unas dos horas y media antes de que ella arribara a la escena del crimen.

La médica comentó que primero hicieron hisopados subungueales (debajo de las uñas) a fin de encontrar muestras de ADN. Precisó que una de las más de 20 heridas fue la que desencadenó en la muerte por un shock hipovolémico. Era de siete centímetros de diámetro y cinco de profundidad y estaba en el lateral izquierdo del cuello, a la altura de la carótida. Había más en ese sector, en los costados del cuerpo, un brazo y el dedo pulgar. Todas fueron realizadas con el mismo elemento.

Gómez reveló que desde la lesión más grave tuvo “entre ocho y diez minutos de agonía”.

De bronca, impotencia y dolor se tiñeron los ojos de los hijos y allegados a la familia. Varios de ellos se quebraron. Martín y Pamela se abrazaron y se tomaron de la mano para darse fuerzas.

Santiago Saín y Virgina Palacios Gonella.

La crueldad del agresor no cesó ahí. La forense expuso que Ramos sufrió dos infartos a raíz del sufrimiento, y que resultó con quemaduras cuando aún vivía. “Había ampollas que se producen solo cuando hay vida”, sostuvo la profesional.

Después de eso, Palacios Gonella pidió el desalojo de la sala puesto que iban a exhibir imágenes y más información sobre lo que arrojó la autopsia.

“Mónica le sacaba las malas emociones a cualquiera, siempre reía”

María del Rosario Barroso fue la segunda testigo. Era una de las mejores amigas la psicopedagoga y tiene los mejores recuerdos de ella. Si bien no se veían con frecuencia porque Ramos “trabajaba mucho”, lo que no faltaban eran las llamadas telefónicas que las acercaban aun en la distancia.

“Mónica sacaba las malas emociones a cualquiera, siempre se reía. Siempre estaba contenta. Nunca demostraba lo que le afectaba”, rememoró, y planteó que “era porque era una madraza”.

“Kity”, como la conocen, habló sobre Lisandro Gutiérrez, con quien la docente mantuvo una relación sentimental y creía que lo había conocido en la Iglesia de la Medalla Milagrosa. Fue la única de la que ella supo.

Sobre el ex esposo, Balbino Rodríguez transmitió que “no era armónica” por lo que ella le manifestaba debido a que “siempre tenía problemas y estaba de mal humor”. Cuando estaban hablando y él llegaba o estaba por hacerlo evitaba comunicarse con su amiga.

Por otro lado, Barroso dijo que no hablaban de la situación económica o si tenía ahorros. Pero una vez, Ramos le dejó a su cuidado un alhajero en forma de corazón que tenía “cositas de oro”. Tiempo después se lo devolvió.

“Este año voy a cambiar, quiero viajar asique avísame cuando viajes así veo si me puedo enganchar. Y no sé si no me vaya a vivir con Pame (a Francia)”, le había contado en un llamado.

Al igual que lo hizo gran parte de sus conocidos, la amiga sabía sobre los llamados que recibió en varias oportunidades la víctima donde “le decían que Martincito había tenido un accidente”.

Se desarrolló la tercera jornada del juicio.

En la misma línea reconoció que “era muy cuidadosa en su casa y siempre tenía todo cerrado”.

“Iba a misa los domingos y pasaba a verme unos minutos. Me decía ‘me voy porque tengo miedo de entrar a mi casa’. Tenía temores”, agregó.

Los primeros en arribar y encontrar a Mónica

Alejandra Camargo es la directora del jardín de infantes que está ubicado en diagonal a la vivienda donde pasó todo. Fue una de las primeras en acercarse hasta el lugar y ver el morral que había tirado a un costado de la puerta. Ella estaba en su oficina cuando una de las maestras, Paola Herrera (declaró el martes) la alertó porque salía humo de la propiedad.

“Salimos y nos cruzamos a la casa. Estaba el portón abierto. Entramos al garaje, empecé a tocar timbre y llamarla. Golpeé la puerta, pero no respondió nadie”, pormenorizó. Fue en esos instantes que la educadora le hizo referencia a “una cartera o bolso”. Se agachó, lo abrió y vio que “había un buzo de algodón gris”.

Explicó que en ese momento pensaban que a Ramos “la habían llamado rápido, se había ido y era su cartera”. Al tomarla se dio cuenta que no era así y la dejó “en el mismo lugar”. Ante ese escenario, uno de los papás de los alumnos llamó a los bomberos y la Policía.

Después del arribo de las fuerzas, que forzaron la puerta para entrar, las sacaron del lugar.

Camargo fue consultada sobre Florencia Allende, quien es la ex pareja de Núñez y ya pasó por Tribunales. Puntualizó que tras la detención del acusado, se enteró que ambos tenían un hijo en común.

“Desde el 12 pidió licencia sin goce de haberes. Estaba mal, lloraba mucho. Dijo que tenía mucha vergüenza, que no podía entender lo que le estaba pasando. No hablé mucho más. Después renunció. Me envió un mensaje con lo bien que había estado en la institución, pero no iba a poder continuar. Era una buena chica”, especificó.

Paul Orozco forma parte de bomberos de la Policía e integraba la primera dotación que llegó a la escena. Fue luego de un llamado alrededor de las 14.

Los hijos de la docente estuvieron en la audiencia.

“Había personal policial en el lugar. Mucha emanación de humo en la entrada”, se acordó. Continúo su relato con la rotura de una puerta, el ingreso y las tareas de extinción. Señaló que “existía un plano neutro muy bajo” que es “la cantidad de humo dentro de la vivienda por la combustión”. Esto provocaba “una visibilidad nula”.

Tras los primeros minutos encontraron el foco ígneo en la habitación y otro en un cambiador, iniciaron las tareas allí y él se encargó de buscar a las personas que podrían estar dentro.

Fue entonces cuando se topó con una puerta cerrada: “Hice un ingreso forzado, estaba lleno de humo. Lo único que observé fue como un ventiluz. Me agaché, hice tacto y me di cuenta que era un cuerpo. Estaba boca abajo. entre una ducha y una bañera. Atiné a correrla para atrás. No se veía nada. Me saqué el guante para tomarle pulso y no le encontré”.

Sobre el escenario donde trabajó, describió que había materiales solidos y la extinción duró más de 20 minutos por “la complejidad de los residuos”.

En relación a las tareas de ventilación indicó que quiso abrir la puerta que daba al patio, pero estaba cerrada y por eso tuvo que romper el vidrio.

Se desarrolló la tercera jornada del juicio.

Más pericias

Marcos Pérez trabaja en la misma repartición que Orozco, y es el jefe de Investigaciones Periciales. Fue quien hizo la labor con posterioridad al hecho dentro de la casa.

Dio precisiones sobre el incendio, los cuatro focos ígneos que hubo y pudo establecer la temporalidad de cada uno. El primero fue en el baño y le sucedieron en el vestidor, el dormitorio y la planta alta.

Mencionó que el fuego donde estaba el cuerpo, se apagó solo: “Se consumió el oxígeno del ambiente”. No identificó acelerantes que pudieran accionar para propagar las llamas, y aclaró que “no hubo conexión entre un foco y otro”.

Rafael Guzmán iba pasando por la zona el día del hecho, y lo llamaron para que fuera testigo del levantamiento de pruebas.

A él también le exhibieron el morral, que según pudo rememorar se encontraba en el sector izquierdo del ingreso a la casa. Le llamó la atención que dentro “estaba todo con agua, había hojas desparramadas por el piso y cajones abiertos”.

Finalmente, Enrique Miranda de Delitos Complejos declaró su accionar en una pericia sobre el teléfono de Martín Rodríguez, que había sido proporcionado a mediados de 2020.

Concretamente fue una conversación con uno de sus contactos, Juana, quien le había hecho mención a que “conocía a Federico y su pareja (Allende) porque iban a la misma iglesia que Ramos”.

Pasadas las 15, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo martes. Ese día se esperan las últimas declaraciones, entre ellas la de Lisandro Gutiérrez, Balbino Rodríguez y la mamá del primer hijo de Núñez. De acuerdo al desarrollo, luego pueden darse los alegatos o pasarlos al miércoles.

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