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Historias de San Luis: la dama de blanco de la Cuesta del Gato

Cuando escribo sobre algunos hechos paranormales, siempre está la sugerencia de hacer referencia a “La Dama de Blanco de la Cuesta del Gato”.

El rodado se desbarrancó, provocando la muerte de Betty Schmid y heridas a sus tres acompañantes: Blas Ortiz Suárez, Elba Peralta y Juan Carlos Barbeito.

por Nino Romero

elchorrillero.com

Actualizada: 09/10/2022 03:34

Se refieren con ese título a una joven mujer fallecida trágicamente, y que muchos dicen haberla visto en la llamada Cuesta del Gato, entre El Volcán y Cruz de Piedra, muy cerca de la ciudad capital.

Hoy recordaré el tema con un agregado vinculado a una de las “supuestas visiones” que corresponderían a la joven llamada Betty Schmid, quien falleciera en un accidente de tránsito sucedido en ese lugar en el mes de noviembre del año 1967.

La crónica policial de esa época cuenta que en un automóvil marca Torino color azul viajaban cuatro jóvenes menores de edad.

El rodado se desbarrancó, provocando la muerte de Betty Schmid y heridas a sus tres acompañantes: Blas Ortiz Suárez, Elba Peralta y Juan Carlos Barbeito, quien conducía el rodado, propiedad de su familia.

Esta leyenda urbana de “la Dama de Blanco de la Cuesta del Gato”, tiene una fantástica cantidad de relatos en los que se asegura haber visto a una figura humana vestida de blanco, y desaparecer raudamente.

Pero esos testimonios no son del pasado, cuando se comenzó a alimentar el mito, sino también de la actualidad.

Cuesta del Gato, entre El Volcán y Cruz de Piedra.

En lo personal, el hecho me conmovió porque era un niño, y mi padre una persona cercana a dos de las familias involucradas en la tragedia.

Además, Betty vivía a pocas cuadras de mi hogar.

Imaginen los comentarios de la sociedad en esa época, ya que dos de los jóvenes que viajaban en el auto siniestrado eran hijos de profesionales, el que conducía era menor de edad, y las dos adolescentes eran alumnas del Colegio Nacional “Juan Crisóstomo Lafinur”.

Amigos, amigas, familiares y gente piadosa comenzó a llevar flores y armaron un espacio para recordar la muerte de Betty, frente al lugar donde se desbarrancó el auto.

Y a partir de allí la historia fue creciendo.

Hay una lápida con la foto de la joven que murió, cruces y siempre flores, todo sobre una roca que oficia las veces de improvisado altar.

Algunos se persignan o hacen una reverencia al pasar por allí. Por supuesto otros son totalmente indiferentes.

Los relatos sobre las visiones son variados. Supuestamente la han visto saludando en el lugar, otros apareados a su automóvil, los más osados cuentan que de golpe la observaron sentada en el asiento trasero del auto en el que viajaban.

En todos los casos relataban apariciones fugaces de una mujer joven vestida de blanco y pelo largo. La visión siempre desaparecía rápidamente.

También vecinos y vecinas de El Volcán cuentan sus historias, al igual que pescadores que han utilizado caminos de la zona para ir hasta el dique Cruz de Piedra.

Recibe muchos apelativos la supuesta aparición: “La Novia de la Cuesta del Gato”, “La Niña de la Cuesta del Gato”, “El Fantasma de la Cuesta del Gato” o “La Dama de Blanco de la Cuesta del Gato” etc.

Un colega periodista, escritor, actor, profesor de danzas folklóricas, estaba filmando en el lugar, tratando de recrear para la ficción la historia de Betty.

La filmación se había detenido un momento y debía seguir.

La joven que recreaba el papel de Betty estaba parada lejos del director.

El hombre le gritó en ese momento:” Vamos que tenemos que seguir grabando”.

Y como contestación escuchó la voz de la actriz contestarle: “No me grites que estoy al lado tuyo”.

El Director miró de inmediato al lejano lugar donde creía que estaba la actriz y ya no había nadie. Corrió hacia ese lugar. Nadie. Tampoco nada raro.

Y su versión fue muy clara: “no tengo dudas de lo que vi”.

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