“Queremos un mejor futuro para nuestros hijos”; 8 mujeres jefas de familia usurparon viviendas en Tilisarao
En la noche de este jueves la situación no había cambiado. “Estamos unidas y seguiremos acá hasta tener una respuesta”, afirmó una de ellas.
“Hasta que no tengamos una respuesta seguiremos acá, firmes en nuestro reclamo, y no vamos a aflojar”, contó esta noche Macarena Escudero, a El Chorrillero. De ese modo graficó cómo es la situación a 20 horas de iniciado un conflicto que no tiene respuestas oficiales.
Alrededor de las 2 de la madrugada de este jueves, 8 mujeres que viven solas con sus hijos en un contexto de vulnerabilidad, decidieron usurpar las viviendas que construye el Gobierno de San Luis, en la localidad de Tilisarao.
Todas son mujeres que subsisten con lo que pueden: algunas limpian casas y otras tienen planes sociales. Cuando tomaron la medida explicaron que habían agotado todos los pedidos a las autoridades, y que por la crisis económica “ya no pueden más”. O alquilan o comen.
Aseguraron que no son las “únicas” que necesitan “un lugar digno” para vivir, sino que “hay familias enteras” esperando una respuesta habitacional del Gobierno.
Las mujeres decidieron ocupar el barrio donde se construyeron 15 viviendas, que está ubicado sobre Avenida Mitre, a unas cinco cuadras del centro del pueblo. “Supuestamente las iban a entregar en diciembre. Todavía está en manos de la empresa”, explicó Escudero.
“No hay respuestas del intendente (Juan Manuel Olguín). Y hoy vinieron de Desarrollo Social a amenazar que nos iban a sacar los planes”, aseguró Escudero.
“Las que estamos acá hemos pasado de todo, hay madres con hijos discapacitados, que han sufrido violencia de género y laboral, que vivimos en lugares muy precarios, algunas sin baño. Esto lo hacemos por el futuro de nuestros hijos, para que ellos puedan vivir mejor, más dignamente. Tenemos derecho a estar mejor, y ser alguien. Acá no hay trabajo, y lo que hay te pagan mal”, aseguró.
“Nos quieren calmar con un paquete de arroz, o con el pago de un mes de alquiler, que eso no soluciona nada. Estamos cansadas de que nos quieran endulzar. Ahora no dan la cara”, dijo otra de las mujeres en diálogo con Radio G.
“Si pagamos el alquiler no nos queda plata para comer, esa es la realidad. Ya que no tenemos un trabajo digno, por lo menos tener un techo para nuestros hijos”, expuso.
Por otra parte transmitieron que cuando llegaron al lugar las trataron con violencia: “Los hombres que trabajan acá nos pegaron, y nos quisieron sacar. La gente del pueblo nos apoya, y algunos policías nos trajeron comida para que le demos el desayuno a los niños”.
Como “ha pasado antes” no quieren que esas casas tengan como destinatarios "a personas que tienen dónde vivir, y que son acomodados”.