Elecciones de medio término en Estados Unidos: el duelo Biden-Trump como telón de fondo
La campaña para las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre está marcada por una inusual presencia del expresidente Donald Trump. Tanto es así que estos comicios, que históricamente sancionan al actual jefe de Estado, parecen esta vez un doble referendo Biden-Trump. Y los demócratas esperan beneficiarse de ello. Análisis.
Hay un indicio de 2020 en 2022. El 8 de noviembre se celebran en Estados Unidos las elecciones de mitad de mandato: elecciones legislativas y comicios locales que suelen permitir revisar la primera mitad del mandato presidencial. Sin embargo, la prensa estadounidense habla de Donald Trump tanto como de Joe Biden, si no más.
Tradicionalmente, una vez fuera del Despacho Oval, los ex jefes de Estado guardan un relativo silencio, prefiriendo unas vacaciones soleadas, conferencias muy bien pagadas o la construcción de una biblioteca presidencial antes que el tumulto de Washington. No así para Donald Trump.
Desde su derrota en 2020 -que nunca ha reconocido-, el multimillonario, silenciado en Twitter y Facebook, sigue movilizando a sus seguidores a través de comunicados de prensa y de su propia red Truth Social. Donald Trump deja la puerta abierta a una candidatura a la Casa Blanca en 2024. Ha estado celebrando un mitin tras otro, a menudo robando el espectáculo a los aspirantes al Congreso a los que se supone que ha venido a apoyar. Para estas elecciones intermedias, ha apoyado con relativo éxito a candidatos, como el autor de best-sellers J.D. Vance en Ohio, que apoyó su teoría conspirativa de unas elecciones robadas. Por el contrario, algunos de los que se negaron a seguir el juego, como la representante republicana de Wyoming Liz Cheney, perdieron sus primarias.
Tejemanejes
E incluso cuando prefiere que no se hable de él, no funciona. Desde este verano, los casos se acumulan. El espectacular registro del FBI en su casa de Mar-a-Lago, en Florida, llevó a la incautación de cajas de archivos clasificados de la Casa Blanca. Desde entonces, la batalla de abogados entre Donald Trump y el Departamento de Justicia se ha recrudecido.
Sus problemas legales no terminan ahí. El 21 de septiembre, la fiscal general del Estado de Nueva York, Letitia James, anunció un procedimiento civil contra Donald Trump y algunos de sus hijos en el marco de la investigación sobre las prácticas fiscales de la Organización Trump.
Por último, la Comisión de Investigación del Congreso sobre el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, que celebró su última audiencia en directo el 13 de octubre, no deja de recordar a los estadounidenses las intenciones golpistas de su expresidente. Pero este último persiste y señala. Al día siguiente, Donald Trump respondió con una declaración mordaz. "Con cientos de millones de dólares gastados en lo que muchos consideran una farsa y una caza de brujas (…) usted no ha dedicado ni siquiera una pequeña cantidad de tiempo a examinar el fraude electoral masivo que tuvo lugar durante las elecciones presidenciales de 2020 (…)."
Los demócratas se frotan las manos. Mientras los focos se centran en Donald Trump, sus tejemanejes y sus acusaciones sin pruebas, el examen crítico del historial de Joe Biden pasa a un segundo plano. "A menudo se habla de las elecciones intermedias como un referendo sobre el presidente en funciones. Lógicamente, esto debería perjudicar a los demócratas porque Joe Biden no es un presidente popular", comenta J. Miles Coleman, cartógrafo político y coeditor del boletín Sabato’s Crystal Ball, la herramienta de predicción electoral de la Universidad de Virginia. El índice de aprobación del presidente sólo se sitúa en torno al 42,5%, tras desplomarse al 37% este verano. Pero según J. Miles Coleman, la extrema visibilidad de Donald Trump podría "salvar" a los demócratas: "Cuanto más se inserta en esta elección, más recuerda a los votantes indecisos por qué votaron a Biden".
¿Una ola republicana no tan grande?
Tanto es así que estas elecciones intermedias se perfilan como un doble plebiscito Biden-Trump. Doug Schwartz, director del Instituto de Sondeos de la Universidad de Quinnipiac, confirma que esto es bastante inusual para unas elecciones de medio término. "Tradicionalmente, el resultado parecería un juicio sobre la actuación de Joe Biden y su partido. Pero esto se está convirtiendo en una elección, porque muchos votantes también tienen en mente a Donald Trump". Y añadió: "Hace seis meses, la mayoría de los observadores políticos esperaban una gran ola republicana del tipo que vimos dos años después de que Donald Trump o Barack Obama asumieran el cargo. Hoy, creen que la ola puede no ser tan grande, si es que lo es". Últimamente, los analistas creen que los demócratas tienen posibilidades de mantener su estrecha mayoría en el Senado.
El efecto Trump en estas elecciones intermedias también puede tener un impacto en las primarias republicanas para 2024, según J. Miles Coleman: "Viendo las audiencias del 6 de enero, los republicanos están tentados a pensar: "Podríamos nominar a alguien que se parezca a Trump pero que no tenga su historial".
La democracia en las urnas
Joe Biden y sus equipos han aprovechado esta oportunidad. Mientras los republicanos intentan culparle de la espectacular inflación -apodada "Bidenflación"- que ha afectado al país y al resto del mundo, él contraataca haciendo campaña con el tema de salvar la democracia. "No hay lugar para la violencia política", dijo el 1 de septiembre en un discurso en Filadelfia, donde se adoptaron la Declaración de Independencia y la Constitución de Estados Unidos.
Lo cierto es que el tema de la democracia es un arma de doble filo. En primer lugar, porque no es la prioridad de los votantes en este momento. "La inflación y el aborto son probablemente cuestiones más importantes", dice Miles Coleman. Pero también, señala, porque todo el mundo puede ver lo que quiere en la frase "salvar la democracia": "Una empresa de encuestas preguntó a los votantes si las amenazas a la democracia eran un tema importante. Dos tercios dijeron que sí, en todos los partidos. Pero en realidad la redacción era bastante amplia. Si eres demócrata, piensas en el atentado del 6 de enero de 2021 en el Capitolio o en Trump y sus impulsos autoritarios. Si eres republicano, piensas en el fraude electoral".
Los demócratas saben que, de todos modos, no podrán ganarse a los partidarios incondicionales de Donald Trump. Pero para mantener una oportunidad en el Senado, se dirigen a los votantes independientes, a los moderados que cambian de un partido a otro en función de las elecciones, y a los que la mención de la figura de Donald Trump les hace pasar un mal rato. Si estos últimos están muy descontentos con las políticas de Joe Biden y la inflación galopante, quizá un recuerdo del atentado del 6 de enero podría impedirles depositar una papeleta republicana en la urna. Los demócratas tendrán su respuesta el 8 de noviembre. (France 24)