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Desde Bahréin, el Papa pidió evitar el "ojo por ojo, diente por diente"

Francisco lanzó una nueva condena implícita a la pena de muerte vigente en ese país árabe y a las guerras existentes en el mundo. Ante unas 30.000 personas, convocó a "vivir concreta y valientemente la fraternidad universal".

El Papa encabezó una misa en Bahréin, su primer encuentro con la comunidad católica local dentro de la visita de cuatro días / Foto: AFP.
Actualizada: 05/11/2022 18:18
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El papa Francisco lanzó este sábado una nueva condena implícita a la pena de muerte vigente en Bahréin y a las guerras al rechazar la lógica del "ojo por ojo, diente por diente", al tiempo que animó a los jóvenes del reino árabe a "derribar algunas barreras" para hacer un mundo "más conforme al hombre".

En un día centrado en la comunidad católica local, con una misa para 30.000 personas de más 100 nacionalidades, y en un encuentro con la juventud del país islámico, Francisco destacó la apertura migratoria de Bahréin y mostró su rechazo a la indiferencia frente a la guerra y al "mundo cerrado" de la actualidad.

"Reaccionar de una forma simplemente humana nos encadena al ojo por ojo, diente por diente, pero eso significa hacer justicia con las mismas armas del mal que recibimos", planteó el Papa en su primera actividad, al celebrar su única misa en suelo de Bahréin en el Estadio Nacional, en Riffa, 15 kilómetros al sur de la capital Manama.

Francisco inició el jueves la primera visita de la historia de un pontífice al reino, donde rige la pena de muerte desde 2017. El viaje ha incluido reuniones con autoridades islámicas y autoridades del país en las que ha expresado mensajes por los derechos de mujeres y trabajadores y su reclamo de paz y recorte al comercio de armas.

El jueves, en su primer discurso, el Papa ya había planteado que pensaba "en el derecho a la vida, en la necesidad de garantizarlo siempre, también en relación a los que son castigados, cuya existencia no puede ser eliminada", en un rechazo a la pena de muerte vigente en el país.

Este sábado, al encontrar a representantes de la comunidad católica local y fieles llegados desde otros países del golfo Pérsico, el Papa planteó a sus seguidores que Jesús "ve y sufre observando en nuestros días, en tantas partes del mundo, formas de ejercer el poder que se nutren del abuso y la violencia, que buscan aumentar su propio espacio restringiendo el de los demás, imponiendo su dominio, limitando las libertades fundamentales y oprimiendo a los débiles".

Ante una multitud que los organizadores cifraron en 30.000 personas, Francisco convocó a "vivir concreta y valientemente la fraternidad universal, perseverando en el bien incluso cuando recibimos el mal, rompiendo la espiral de la venganza, desarmando la violencia, desmilitarizando el corazón".

Para el Papa, "no se puede restablecer la paz si a una palabra ofensiva se responde con otra palabra todavía peor, si a una bofetada le sigue otra. No, es necesario desactivar, quebrar la cadena del mal, romper la espiral de violencia, dejar de albergar rencores, dejar de quejarse y compadecerse de sí mismo".

"Esta tierra es precisamente una imagen viva de la convivencia en la diversidad, de nuestro mundo cada vez más marcado por la permanente migración de los pueblos y del pluralismo de las ideas, usos y tradiciones", agregó el Papa durante la homilía, en un marco en el que la mayoría de los cerca de 160.000 católicos del país (el 10% de la población total) son trabajadores inmigrantes llegados del sudeste asiático y de países pobres de la región.

Francisco animó a jóvenes a "derribar algunas barreras" para mejorar el mundo

Tras la misa, Francisco se reunió con 800 jóvenes del país, a los que animó a "derribar algunas barreras" para hacer una sociedad "amiga y solidaria", y les pidió "gestos concretos" para no ser "indiferentes e intolerantes" ante la guerra y con los demás.

"Jóvenes, ustedes son los que, como viajeros inquietos y abiertos a lo inédito, no tienen miedo de enfrentarse, dialogar, hacer ruido y mezclarse con los demás, convirtiéndose en la base de una sociedad amiga y solidaria", planteó el pontífice al reunirse con 800 jóvenes de distintos credos y nacionalidades en la Escuela del Sagrado Corazón de la capital bahreiní, Manama.

"Esto es fundamental en los contextos complejos y plurales en los que vivimos; derribar algunas barreras para inaugurar un mundo más conforme al hombre, más fraternal, aun cuando esto suponga enfrentar muchos retos", los animó luego.

Tras haber dedicado los primeros dos días de su histórica visita a Bahréin a encuentros con autoridades y líderes musulmanes, el Papa se reunió con jóvenes católicos de 29 nacionalidades, parte de la comunidad local de cerca del 10% de la población, y musulmanes, la fe mayoritaria en la nación del Golfo Pérsico.

"Ustedes, jóvenes, sobre todo ustedes, frente a la tendencia dominante de permanecer indiferentes y mostrarse intolerantes con los demás, hasta el punto de avalar guerras y conflictos, están llamados a reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras", les recordó luego.

Para el Papa, en ese marco, "las palabras no son suficientes, se necesitan gestos concretos realizados en lo cotidiano".

Francisco planteó durante el encuentro que "todos los instrumentos y la tecnología que la modernidad nos da no bastan para que el mundo sea pacífico y fraterno".

"En efecto, los vientos de guerra no se aplacan con el progreso técnico. Constatamos con tristeza que en muchas regiones las tensiones y las amenazas aumentan, y a veces los conflictos estallan", lamentó luego.

Durante su gira, Francisco se reunió con Ahmed el-Tayeb, la máxima autoridad sunita del mundo / Foto: AFP.

El vienes, el Papa había pedido por la paz en Ucrania y, junto a autoridades del islam, renovó su llamado para terminar con el comercio de armas a nivel mundial.

En un país con gran cantidad de inmigrantes, en su mayoría trabajadores de países del Sudeste Asiático, Francisco lamentó que el nacimiento de conflictos se da "porque no se trabaja el propio corazón, porque se permite que en las relaciones con los demás las distancias se agranden, y de este mismo modo las diferencias étnicas, culturales, religiosas y de otro tipo se convierten en problemas y temores que aíslan, y no en oportunidades para crecer juntos".

"Y cuando parecen ser más fuertes que la fraternidad que nos une, se corre el riesgo del enfrentamiento", les dijo, antes de pedirles una "actitud interior de empatía" que funcione como "antídoto contra un mundo cerrado que, impregnado de individualismo, devora a sus hijos; contra un mundo prisionero de la tristeza, que genera indiferencia y soledad".

"¡Sean campeones de fraternidad! Este es el desafío de hoy para el triunfo de mañana, el desafío de nuestras sociedades cada vez más globalizadas y multiculturales", los convocó.

El domingo, el Papa cerrará la visita con una reunión con los obispos, sacerdotes y religiosos del país antes de regresar a Roma.

APOSTILLAS DEL TERCER DÍA DE FRANCISCO EN BAHRÉIN

UNA MISA MULTITUDINARIA EN UN ESTADIO EN EL QUE MARADONA FUE DT EN 2012

Con una misa para 30.000 personas de 111 nacionalidades, el papa Francisco tuvo hoy su primer encuentro de masas con la comunidad católica de Bahréin, compuesta casi en un 99% por inmigrantes de países asiáticos. La ceremonia religiosa, que mostró al Pontífice feliz y de buen humor al recorrer el lugar en Papamóvil, se celebró en el Estadio Nacional de Bahréin, el más grande del país, construido en 1982.

El estadio fue uno de los que vio dirigir a Diego Maradona durante la etapa en la que el astro era técnico del Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos. El 4 de abril de 2012, el equipo dirigido por "el Diez" se impuso 2 a 0 al Riffa, el equipo local ligado a la monarquía musulmana sunnita que gobierna el país.

Cinco años después, en 2017, Maradona volvió a pisar el césped del estadio, durante un congreso de la FIFA que se hizo en el país árabe, en el marco de una visita en la que el "Pibe de Oro" causó "furor" en la población local, según las crónicas de la época.

FRANCISCO EN LA ESCUELA CATÓLICA QUE DA CURSOS SOBRE EL ISLAM
En el marco de su histórica visita a Bahréin, la primera de un Pontífice en la historia, el papa Francisco ha hecho del diálogo interreligioso uno de los ejes centrales de su viaje. A las reuniones con autoridades sunnitas le agregó también un encuentro, ayer, con el Consejo Musulmán de Ancianos, una de las instituciones más importantes de esa religión.

Por eso no fue sorpresa la sede de la reunión que mantuvo hoy con 800 jóvenes del país: la Escuela del Sagrado Corazón, un colegio dirigido por una joven monja, la hermana Rosely Thomas, en el que hay "una buena y pacífica convivencia entre profesores y alumnos de 29 nacionalidades", explicó hoy a la prensa que sigue al pontífice.

"También se enseña árabe, hindi, francés y filipino. Además, tenemos cursos sobre el cristianismo y el islam que promueven la armonía y el respeto por las culturas y tradiciones de los demás", agregó Thomas.

EL PAPA Y SU VISITA A LA  PRIMERA IGLESIA DEL GOLFO PÉRSICO

La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Manama, en la que Francisco cerrará mañana su gira de cuatro días por Bahréin con un encuentro con el clero local, fue la primera iglesia de todo el golfo Pérsico, según el texto de información que distribuyó el Vaticano.

La parroquia católica, una de las dos iglesias del país, fue erigida en 1938 y fue la primera en Bahréin.

El 3 de marzo de 1940 se consagró el templo, y en 1949 se construyó el campanario. Posteriormente, se construyeron un monasterio, la escuela católica en la que hoy el Papa se reunió con los jóvenes locales, y una casa parroquial en los terrenos de la iglesia.

EL PEDIDO DE PAZ EN SEIS IDIOMAS DE LOS JÓVENES QUE VIERON A FRANCISCO

Antes del discurso que el papa Francisco dio a los 800 jóvenes residentes en Bahréin que encontró en una de las tres escuelas católicas del país, seis de los estudiantes del Colegio Sagrado Corazón de Manama compartieron sus "invocaciones por la paz".

Muestra del clima multicultural que marcó toda la visita, los seis hablaron en distintos idiomas: Yousif Karim, de Bahréin, habló en árabe; Febi Dennis, de la India, en inglés; Rheanna Kantipudi, también de India, en francés, mientras que su compatriota Cynthia Cyril se dirgió e Francisco en hindi. Ramisa Ismail, de Sri Lanka, hizo su pedido de paz en cingalés y Jeremiah Kylle, de Filipinas, en filipino.

"Y en este momento, mirándolos a ustedes, que no son de la misma religión y no tienen miedo de estar juntos, pienso que sin ustedes esta convivencia de las diferencias no sería posible. ¡Y no tendría futuro!", les dijo el Papa luego al saludarlos. (Télam)

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