La odisea y la desesperación de un hijo para poder internar a su madre en el Hospital “Ramón Carrillo”
La mujer que tiene como obra social a PAMI, tuvo que esperar cinco horas hasta que se concretó el traslado. Primero rechazaron su ingreso porque debía gestionarse en una clínica del centro de San Luis.
Elías Lucero vivió momentos desesperantes este jueves cuando la salud de su mamá empeoró. La mujer fue intervenida hace seis meses de un tumor cerebral (En la base de cerebelo), y después de eso sufrió serias complicaciones que requirieron más cirugías. Hoy está delicada, con internación domiciliaria, con una traqueotomía y oxígeno.
Esta mañana comenzó con temperatura, problemas de presión y saturación. “Cuando la vio una médica de un centro privado ordenó su internación inmediata”, contó el hijo de María Ilsa Jofré, de 71 años. Fue a partir de ese momento que comenzó la odisea de un centro de salud al otro.
Como en ocasiobes anteriores, Lucero se trasladó hasta el Hospital “Ramón Carrillo” con la orden de internación en la mano. Necesitaba saber el nombre del médico que iba a recibir a su mamá, y después de eso llamar al servicio de emergencia para que la trasladen. Pero nada de eso sucedió.
“Me dijeron que debía ir al Ramos Mejía. Hablé con un personal de recepción, porque nunca vi al médico. Yo entiendo que están de guardia, muy ocupados. Pero no había una información clara. Ante la falta de respuestas me fui al sanatorio”, relató. Pero cuando llegó a ese nosocomio ubicado en el centro de San Luis le respondieron “que no había cama disponible”.
Ante ese escenario pidió que le dieran “la negativa” por escrito y regresó al Hospital Central. Todo ese “trajín” lo hizo lleno de desesperación y también con bronca porque su madre necesitaba atención de complejidad y ya se estaba perdiendo mucho tiempo. “No era necesario que yo hiciera esos viajes, se resolvía con un llamado entre los médicos”, aseguró. Pero cuando pensó que todo estaba en orden, en otro empleado del Carrillo le dijo que debía llamar al 107 para que manden a un médico y determinara si era necesaria la internación.
“Pensé que me estaban tomando el pelo. Pasaron por alto la orden que ya había dado una profesional. Solo quería que la reciban, porque yo me encargaba de contratar una ambulancia privada”, continuó.
“Estuvimos casi 5 horas esperando el traslado. Llamamos y llamamos al 107. En un momento hasta pensé en subir a mi mamá a mi auto y llevarla. Creo que otra persona que no sabe cómo manejarse ante esto, puede estar un día o dos así”, añadió.
“No critico a los profesionales ni al personal, el problema es que no hay procedimientos claros, porque todos me decían cosas diferentes, o no sabían qué decir”, destacó.
Añadió que en otra oportunidad para conseguir el comprobante de una cirugía (para que le reintegraran el dinero) pasó “por cuatro oficinas y no me lo pudieron dar, acudí al médico que me hizo el favor y me envió el informe por Whatsapp”.
Finalmente una ambulancia del Sempro llegó al domicilio y llevaron a su madre. “Recién a las 16:45 ingresaron a mi mamá al servicio de urgencia, donde están esperando que se habilite una habitación para hacerle los estudios que correspondan”, contó esta tarde en diálogo con El Chorrillero.
Al último explicó por qué decidió hacer público el caso: “Que esto no le pase a nadie más. Hay cero empatía, y sentido común por encima de todo. No saben de la urgencia del caso, y hoy se puede morir una persona en la puerta. No hay un control de gestión, son todos parámetros distintos”.