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La historia del abuelo que hizo una dramática advertencia cuando vino el presidente: “Si no consigo la casa me pego un tiro”

Jacinto Roque Ojeda lleva 41 años trabajando en Colegiales, y ahí es donde tiene su lugar, sus recuerdos. Después que llevara su pedido al acto donde estuvieron Alberto Fernández y Alberto Rodríguez Saá, ahora le prometieron que le solucionarán el problema. “Ya no puedo trabajar, tiene que venir gente joven, y eso significa que me tengo que ir, y me quedo en la calle”, comentó en una entrevista a este medio.  

Jacinto en la casa que habita en el Club Colegiales.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 03/12/2022 23:58

Los funcionarios de Alberto Rodríguez Saá se enteraron de la existencia de Jacinto Roque Ojeda cuando El Chorrillero y otros medios medios se hicieron eco de su historia. El hombre tuvo que llegar a ese grado de exposición para que atendieran su emergencia.

Tiene 83 años y lleva 41 trabajando para el Club Colegiales de Villa Mercedes. Tiene la esencia de esos personajes que habitan en algún rincón de la cancha y que se encargan de cortar el pasto, de regar, de marcar las líneas del campo de juego, de atender a la gente, de alentar cuando se juega. Los famosos “cancheros”. Él es un histórico, sin dudas, del fútbol de ese barrio. Y pese a las limitaciones propias de su edad, sigue trabajando todos los días.

“De acá no me han echado, pero necesitan gente joven. Hay días que puedo rendir, y otros que no. Ellos no quieren que no trabaje porque tienen miedo que me pase algo y un día me encuentren muerto por ahí. Yo me tengo que dar cuenta solo que si viene alguien nuevo, me tengo que ir. Ellos no me lo tienen que decir”, relató en diálogo con El Chorrillero.

Esa situación lo puso al límite de la desesperación. Fue ahí que se dio cuenta que no tenía un lugar dónde vivir, que se quedaba en la calle. “Pensé… ¿qué voy a hacer? Si con el sueldo de jubilado (la mínima) solo me alcanza para comer”, aseguró. Con esa angustia en su corazón y en la garganta se fue este jueves hasta el barrio 300 viviendas que inauguró el presidente Alberto Fernández.

Sus palabras de ese día se hicieron eco. “Si no consigo la casa me pego un tiro, espero que el Gobierno me dé una ayuda, estoy en la calle, no aguanto más”, le comentó a un periodista cuando entrevistaba a los adjudicatarios que iban a recibir las llaves de su nuevo hogar. Por muchas horas Jacinto permaneció bajo el sol esperando que alguien le diera una respuesta.

Dos días después de eso ya se siente más tranquilo. “Acaricié dos veces el revólver”, aseguró para confirmar que las palabras que transmitió fueran ciertas. “No quiero hacerle problemas a nadie, solo un lugar para vivir tranquilo lo que me quede de vida”, expuso.

En la casa que habita hace más de 40 años.

Él vive solo pero siempre lo acompañan sus hijos, nietos y bisnietos. En la puerta de la casa que habita en Colegiales (con entrada por calle Corrientes Nº 245) contó que la muerte de su esposa, con quien estuvo por más de 40 años, lo tiene “todavía muy sensible”, y que esa situación lo mantuvo “en depresión” mucho tiempo. Ahí donde habita está lleno de recuerdos, y se pueden ver desde la entrada. Todo es humilde, como la infraestructura (desgastada por el paso del tiempo) y como su historia. Nació en Mendoza pero forjó raíces en tierras villamercedinas, y es donde se quiere quedar hasta el último de sus días.

Jacinto en la vereda del Club Colegiales.

Después que su testimonio les llegara a las autoridades, a las pocas horas fueron a buscarlo, lo llevaron a comer una pizza y le prometieron una vivienda. “Me dijeron que no puedo vivir solo, así que tuve que contarles que estoy enamorado. Me van a anotar con ella, y nos vamos a casar”, dijo con mucha esperanza. A ella la conoció en la confitería que el club tiene en el centro. “Es una señora inteligente, viuda, que me ayudó a salir adelante. Cuando estás enamorado te dan más ganas de vivir, de vestirte mejor, de perfumarte”, contó. Esa es la otra parte de la historia, la más linda que está viviendo.

Entrevista y fotos: Cintia Escudero. 

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