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Caminar kilómetros, gastar “millonadas”, hacer “dedo” y faltar al trabajo: la realidad de los usuarios ante la falta de transporte

Miles son los pasajeros del interurbano que se ven afectados desde hace casi una semana por la suspensión del servicio. Ir a trabajar, al médico o simplemente hacer un trámite, se volvió una odisea. El panorama se agrava de cara a las fiestas de fin de año.

El cese de servicios rige desde el sábado.
Actualizada: 22/12/2022 18:03
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Este jueves en el sexto día sin transporte interurbano en la provincia y no hay indicios de una solución desde el Gobierno provincial. Se aproxima Navidad y la preocupación se intensifica. Las empresas encargadas del servicio y la UTA aguardan con desesperación alguna acción de la secretaría que dirige Sebastián Anzulovich.

La prestación es nula desde el sábado pasado cuando las compañías decidieron un cese por la falta de recursos para hacer frente a los costos. Ante esto y la demora en el giro de los subsidios, no han pagado el aguinaldo a los trabajadores y el gremio que los nuclea se encuentra en estado de alerta y movilización.

Este jueves, los conductores de cuatro empresas recibieron entre el 30% y 40% del sueldo anual complementario. En el caso de Juana Koslay, depositó la totalidad.

Las horas transcurrieron y las respuestas no llegan. Mientras tanto, miles de usuarios deben ingeniárselas para poder trasladarse a sus empleos, al médico, a hacer las compras o un trámite.

Entre las alternativas que emplearon estos días se encuentran los viajes compartidos, los taxis (con importantes gastos), hacer “dedo”, caminar sin importar las distancias o tomar la determinación de suspender las actividades programadas y no ir a trabajar. En el caso de estos últimos deben enfrentarse además a descuentos o días que no les serán pagados.

El Chorrillero consultó a sus lectores que usan el servicio interurbano y muchos dieron a conocer sus experiencias durante los últimos días. La mayoría cuestionó la problemática y consideró que esto no puede estar pasando, principalmente en esta época del año.

Gisela Serra dijo que debió acudir a los taxis, pero “gastando más” de lo que percibe “en un día”.

Graciela Gaudina calificó la falta de transporte como “una vergüenza” y contó que “desde Quines a San Luis hay una sola empresa diaria” y una otra que llega desde La Rioja.

“Estamos aislados, viajar en remis sale una fortuna y las autoridades no se preocupan. No hay transporte a Villa Dolores que queda a 60 kilómetros. ¡Por favor hay que dar una solución!”, reclamó.

Sofia Santagata comentó que no puede trasladarse hace cinco días y lo calificó como “una falta de respeto porque se acerca Navidad”. Lara Sánchez tuvo que hacerlo a través de taxis y debió “cambiar todos los compromisos que tenía esta semana”.

Cristian Lagos dijo que debió caminar desde Potrero de los Funes a Juana Koslay porque “no queda otra”.

“No tengo movilidad y no puede ser que todavía no pueda ir a trabajar. Y más ahora que se acercan las fiestas”, expresó Julieta Pelegrin.

Para Gladis Fernández fue “imposible el traslado”. Agregó que tenía pensado viajar el sábado a San Luis y ahora no sabe “qué hacer”.

Sabrina Anahí describió que desde el mismo día no puede “ir a ningún lado que necesite el colectivo” y perdió “días de trabajo”. Por lo mismo consideró que es “una vergüenza que hagan esto ahora”.

Luz Azcurra es otra de las pasajeras que no logró ir a su empleo porque no encontró auto compartido o “cobraban más de $350”.

Anto Furnari tuvo que recurrir al remis. Lo mismo hizo Mili Siendo “gastando fortuna”. Victoria Molina fue otra de las que pagó “una millonada en un pasaje a larga distancia”. Luna Conte debió trasladase en taxi o caminando y Damián Manchento en bicicleta.

“Una vergüenza la verdad. Perjudica a los trabajadores. La mayoría en remis calculo y me incluyo, y esa plata es perdida. ¿Por qué no arreglan de una vez el problema? Somos los únicos que estamos así”, planteó Evi Morales.

Miriam Cuello describió que esperó en las paradas de colectivo si alguien pasaba para que le llevara hasta San Luis por $200 y cuando esto no sucedió tuvo que hacer frente a un taxi que le salió “$1200 de ida y $1200 de vuelta”.

“Soy del interior y perdí mi turno para atención médica en el Carrillo, y ¿quién me soluciona mi problema? Estoy padeciendo una artrosis de rodilla que me tiene inmovilizado. Con la salud no se juega”, cuestionó Vicente Carassale.

Otra fue la realidad de Darío Alfonso quien contestó que de Santa a Rosa a Merlo lo hizo “a dedo” o lo acercaban. Consideró que es “una lastima todo lo que sucede”.

Para este jueves estaban programadas audiencias en Relaciones Laborales y desde la UTA amenazaron con “tomar medidas” en el caso de que no se destrabe el conflicto desde el viernes.

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