Con el aumento incluido, un trabajador del Plan debería cobrar 3 beneficios y medio para alcanzar la línea de pobreza
Más allá de las últimas actualizaciones, los beneficiarios siguen lejos del umbral mínimo de los $145.947 que se necesitan para no ser pobre. Además, la mensualidad no alcanza para superar la línea de indigencia.
En la semana el gobernador Alberto Rodríguez Saá anunció los diferentes aumentos en los salarios de la administración pública y el bono de fin de año de $40 mil. Todo esto incluye a los beneficiarios de los planes sociales provinciales.
Pero ni con estas subas, los trabajadores del Plan de Inclusión Social (PIS) logran siquiera acercarse a lo mínimo que se requiere en la economía actual para no ser considerado pobre.
Con el incremento en diciembre, la mensualidad cerró el año con una actualización acumulada del 88,5% y se ubicó en los $43.355 (sin los aportes a Dosep), muy por debajo de los $64.012 que estimó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) para no caer en la indigencia.
Pero a la hora de comparar este ingreso con lo necesario para superar la línea de la pobreza, esta diferencia se estira aún más a tal punto que un beneficiario del PIS debería cobrar 3,36 veces más.
Es que, según el Indec, la canasta básica subió 4,4% en noviembre y una familia de dos adultos y dos chicos necesitó $145.947 para superar el umbral.
En una situación más precaria se encuentran los que perciben las becas 22AG. Con una suma actual de $16.588, deberían cobrar 3,9 veces más para no ser indigentes y unas 8,8 para no ser pobre.
Por su parte, los Jóvenes líderes reciben por sus tareas $34.588, un panorama similar al de los anteriores.
Claro está que todo esto sucede en medio de un delicado escenario económico con una inflación que en estos 11 meses llegó al 83,8%% en San Luis, según la dirección provincial de Estadísticas y Censo.