EN SAN LUIS SON MÁS VARIABLES
Estudian la dirección y la velocidad de los vientos en cada región del país
Un trabajo de tesis de la FAUBA determinó con son más fuertes en el sur que en el norte del país y además que en la Patagonia suelen soplar del oeste. En San Luis, son más variables y registran un promedio anual de 15 kilómetros por hora.
Los vientos tienen una relación estrecha con la producción agropecuaria, sin embargo existe poca información sobre este fenómeno meteorológico a nivel nacional, que es un protagonista muy importante en el clima de San Luis. En la provincia, la mayoría de la población conoce sobre sus efectos y orígenes, sabe que si viene cálido seguramente será un Zonda, y si es frío es porque aprieta el Chorrillero.
Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) publicado por el sitio propio Sobre la Tierra (SLT) analizó los vientos de la Argentina y determinó su dirección e intensidad, entre otras características. En la Mesopotamia provienen principalmente del noreste; en la Patagonia, del oeste; y tienen origen variable en el centro y el oeste del país, como bien lo puede atestiguar San Luis. Las velocidades más bajas de viento se dan en el norte y se hacen más altas hacia el sur. Estos resultados abren puertas para que el sector del agro y el ambiental puedan hacer sus previsiones y mejorar las condiciones en las que trabajan.
“Los vientos se originan cuando la radiación solar calienta la superficie terrestre de forma desigual, lo cual genera diferencias de presión atmosférica. Para compensarlas, el aire se mueve desde las zonas de mayor presión hacia las de menor presión”, explicó Tomás Lúgaro a partir de su tesis para egresar de la Licenciatura de Ciencias Ambientales de la FAUBA. Y añadió que conocer el viento es fundamental por la influencia que tiene en las sequías, en la propagación de incendios, en el transporte de contaminantes y en la generación de energía eólica.
“Usamos información de estaciones meteorológicas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y una base de datos satelitales de la NASA. Trabajamos con la velocidad del viento en su marcha diaria y anual en distintas localidades. Además, analizamos su dirección en las diferentes regiones”, señaló.
Según Lúgaro, “en todo el noreste del país, desde Misiones hasta el norte de Buenos Aires, los vientos vienen principalmente de esa dirección. En esa región, los vientos mayores a 30 kilómetros por hora en general provienen del sur y son más fríos. En la Patagonia, desde los 40º de latitud hacia el sur, los vientos provienen del oeste. En el centro y en el oeste del país, tienen una dirección variable debido al relieve de la Cordillera de los Andes y a las Sierras de Córdoba. En pocos kilómetros, el rumbo predominante varía mucho”.
En cuanto a intensidad del viento, destacó que las velocidades medias anuales mínimas ocurren en el norte del país, mientras que las máximas se dan en el sur. El investigador indicó que las mayores velocidades se registraron durante la primavera, y que las menores se dieron durante el otoño en todo el país, excepto en la Patagonia, donde las velocidades máximas ocurren en verano y las mínimas en invierno.
La información puede contribuir a estudiar las sequías, la erosión eólica, el transporte de contaminantes o la producción de energía eólica. “Por ejemplo, puede representar una guía para colocar cortinas forestales en los cultivos. Posibilita predecir cómo se propagan los incendios y así tomar las medidas necesarias para combatirlos. También es posible estimar la distancia que puede recorrer un contaminante desde la fuente de emisión”, añadió Tomás, en clara referencia a la pulverización con agroquímicos, una de las tareas más delicadas que realizan los productores.
María Elena Fernández Long, docente de la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA y directora de la tesis de Lúgaro, señaló que los resultados del trabajo se plasmaron en una página web llamada Anemoi (www.anemoi.net.ar). “Hay distintos mapas en los que se puede ver la marcha diaria, anual y la dirección de los vientos de las distintas localidades. También hay gráficos que muestran la frecuencia de calmas en todo el país a escala anual y diaria. Es decir, la probabilidad de que el viento baje a menos de 1 kilómetro por hora cada mes y cada hora del día”.
Desglosando los datos de San Luis en esa página, encontramos que según los datos recabados en el SMN, la velocidad media anual de los vientos en San Luis es de 15 kilómetros por hora, siendo un poco más fuertes en primavera y verano, y más débiles en las restantes dos estaciones.
Fernández Long afirmó que el viento es una variable muy difícil de trabajar porque es muy discontinua. Puede variar de un segundo a otro. “Además, los cambios o rupturas en el instrumental para medirlo generan saltos que no son representativos de la realidad. Cuando buscamos datos de viento, encontramos discontinuidades muy grandes. Solo pudimos usar la mitad de las 120 estaciones meteorológicas operativas del SMN”.
“Además, las estaciones del SMN se distribuyen de forma muy heterogénea en el país. Hay muy pocas en el sur y en el norte, y una mayor cantidad en la región pampeana y en el centro. Por eso, decidimos trabajar también con datos satelitales”, completó la docente de la FAUBA.
Para cerrar, agregó que a futuro quieren incorporar más información agroclimática como temperaturas, precipitaciones y evapotranspiración. “A partir de esos datos, podemos generar índices de sequía para el territorio nacional. También queremos incorporar otras fuentes de datos satelitales de intensidad y dirección del viento”.