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En el 2022 se profundizó la crisis en la educación de San Luis: marchas docentes, escuelas abandonadas y una ausencia de datos sobre la realidad

A lo largo del año se sucedieron las demandas que siguen sin resolver. Los gremios volvieron a las calles después de años, hubo escuelas sin clases por falta de agua, calefacción o docentes. El ciclo lectivo culminó y no existen estadísticas sobre la deserción y el rendimiento de los chicos.

La ministra de Educación, María Eugenia Cantaloube.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 01/01/2023 23:48

La pandemia por Covid-19 dejó graves consecuencias en la educación del mundo debido a la suspensión de clases y a la virtualidad. San Luis no estuvo ajena a esa situación y en el primer año de vuelta a la “normalidad” quedaron en evidencias las falencias y la falta de políticas en el tema.

Durante 2022, la educación estuvo en escena de forma reiterada por diferentes situaciones que fueron desde el gran ausentismo en las aulas hasta la incertidumbre por medidas que se anunciaban por el Gobierno provincial y no eran explicadas.

Uno de los hechos que permite graficar la crisis que existe en la provincia fue expuesta por los docentes. Después de años sin hacerlo, volvieron a marchar en las calles de San Luis. La primera de ellas fue la movilización más convocante y multitudinaria de los últimos años.

La falta de inversión en las escuelas públicas, el rechazo a las generativas, las demoras en la cobertura de cargos, el pago del doble cargo, una jubilación digna, la precarización laboral y la intención del Gobierno de modificar el estatuto de los trabajadores, fueron algunos de los ejes por el que realizaron la primera manifestación en junio.

“Esta es la provincia donde nació el sistema educativo argentino y no va a ser donde morirá”, fue uno de los puntos más resonantes de esa protesta. Pero como lo advirtió el sector más tarde, no fueron escuchados y en septiembre volvieron a las calles de la ciudad. Esa vez fue en menor magnitud debido a que el ministerio de Educación dispuso una capacitación obligatoria para el mismo horario.

En esas dos ocasiones y a lo largo del año denunciaron un vaciamiento de la educación pública que se vio reflejada con otras acciones de la gestión de Alberto Rodríguez Saá como la prevalencia en la construcción de escuelas generativas o el estado en que se encuentran los edificios de los establecimientos convencionales.

Hubo incluso instituciones que debieron suspender sus clases por varios días debido a techos que se derrumbaron, no contaban con agua o calefacción. Una de las imágenes más dolorosas en este sentido surgió de la Escuela Especial N°4 “Un Lugar en el Mundo”, donde los alumnos tuvieron que llevar colchas para abrigarse.

Pero las problemáticas no se quedaron allí y también fueron expuestas por maestros y padres. La droga y la violencia se metió dentro de los establecimientos. Desde varios sectores aseguraron que la venta de estupefacientes era una realidad entro de las instituciones.

En este punto, surgió el reiterado pedido por la conformación de gabinetes psicopedagógicos dentro de los colegios para contener a toda la comunidad. Otros dos hechos que marcaron la ausencia fueron en la misma semana.

En el primero de ellos, un compañero apuñaló y abuso de una joven de la misma edad a la salida de clases. El otro fue dentro de la Escuela Técnica de Juana Koslay y tuvo como víctima a una docente. Su ex pareja ingresó armada en pleno horario de clases y le disparó en una pierna.

Todo este escenario social también repercutió en el desempeño de los chicos. Los resultados de las pruebas Aprender de 2021 que se conocieron este año marcaron la complejidad de la educación en San Luis porque se ubicó como una de las dos provincias donde más bajó el desempeño.

Al mismo tiempo, los alumnos de nivel socioeconómico bajo registraron el peor desempeño. Los datos de este ciclo lectivo recién se conocerán en los próximos meses, pero el panorama no es alentador.

Uno de los gremios que más hizo énfasis en la problemática fue UTEP, desde donde pidieron acciones por los chicos que tenían un gran ausentismo y habían dejado de ir con normalidad a los establecimientos.

Por otro lado, este año estaba planificado por el Consejo Federal de Educación la extensión de la jornada de clases para recuperar los contenidos afectados por la pandemia de Coronavirus. San Luis dijo que implementaría esta medida aunque terminó el ciclo y no sucedió.

Hubo ideas y vueltas. Primero la ministra de Educación, Eugenia Cantaloube dijo que sería en algunas instituciones, después lo redujo a las rurales y más tarde estableció cada directivo iba a tomar la decisión. Lo cierto es que no existen certezas sobre si llegó a aplicarse la hora extra de clases ni cómo.

En este contexto, San Luis culminó el periodo escolar y no existen conclusiones, estadísticas ni información transparente sobre la realidad de la educación en toda la provincia.

En esto, es necesario detenernos en el Sistema Integral de Información Digital Educativa (SInIDE), que fue creado en 2012 tras la aprobación del Consejo Federal de Educación. El principal objetivo era contar con una plataforma única para que cada provincia incorpore sus datos y esto permitiera seguir la trayectoria académica de cada alumno a fin de poder intervenir cuando fuera necesario. Como por ejemplo, ante un bajo rendimiento o reiteradas inasistencias.

Hace un par de semanas, se anunció la puesta en vigencia. Sin embargo, San Luis es una de las cinco jurisdicciones que no cargó ni transfirió información al Sinide, tampoco comunicó si lo hará en 2023.

Desde el ministerio de Educación local, aseguraron que cuentan con un propio sistema para incorporar estos datos. Pero nada se sabe de esa plataforma, no existen resultados y nadie conoce qué pasa en San Luis. Termina el 2022 y la educación en la provincia está en crisis.

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