La querella buscará probar que Viollaz y Lucas Pertossi fueron parte de la brutal golpiza que le quitó la vida a Fernando Báez Sosa
Con el antecedente de Luciano Pertossi, Fernando Burlando —a cargo de la defensa de la familia de la víctima— afirmó que el análisis facial forense ubica a otros dos rugbiers en la escena del crimen
En la novena audiencia del juicio, los peritos de la Policía Federal que analizaron videos y fotos de la golpiza a Fernando Báez Sosa realizaron ayer un importante aporte multimedia a través del cual se observó que Luciano Pertossi habría participado del mortal ataque al joven de 18 años. Tras esta prueba presentada que compromete al rugbier, la querella asegura que Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi también le pegaron a Fernando.
“No hicieron de vallado humano, estaban pegándole a Fernando también”, señaló este viernes Fernando Burlando y recordó que “Inicialmente la fiscalía ubicó a estas dos personas como un cerco humano: pegándole a Tomás D’Alessandro —amigo de Báez Sosa— y amenazando a todas las personas que querían acercarse para defenderlo”.
“Yo tengo certeza de que no fue así —enfatizó Burlando en declaraciones al programa de Telefé Cortá por Lozano—. Lucas Pertossi, quien supuestamente es uno de los que no pegó, porque estaba filmando, fue la persona que apaga el teléfono en el momento que lo abordan Enzo Comelli y Ciro Pertossi. En ese momento lo apaga, ¿o por que piensan que lo apaga? Después se lo ve en las imágenes al lado de Fernando. No se lo ve solamente pegándole a D’Alessandro, sino que lo tenemos identificado al lado de Fernando”.
La prueba presentada ayer y que comprometió a Luciano Pertossi logró generar la primera grieta en el pacto de silencio que mantienen los rugbiers en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. En este sentido, Burlando se apuntaló en el trabajo presentado por los peritos de División Individualización Criminal Análisis Forense Facial de la Policía Federal para su argumentación.
Así, sobre Ayrton Viollaz aseguró: “Lo mismo nos pasa con Ayrton Viollaz, que supuestamente dicen que no pegó. Si vos te fijas en la filmina que ayer presentó la Policía Federal, está pegado al cuerpo de Fernando”.
“¿Este grupo de violentos ustedes piensan que no le estaba pegando a Fernando?”, planteó el abogado cuando reflexionó por la presencia de los imputados cerca del cuerpo del joven de 18 años aquella noche en cercanías al boliche Le Brique, en Villa Gesell. “A los otros dos también los tengo”, aseguró sobre Viollaz y Lucas Pertossi al reafirmar su postura de que ambos fueron parte de la golpiza y que están identificados en el material de la Policía Federal.
Con respecto la prueba audiovisual, Burlando detalló sobre Viollaz y Lucas Pertossi: “Hay agujeros negros, como digo yo. Porque los videos que tenemos son fragmentados. Entre el primero video y el segundo, hay aproximadamente entre 8 y 16 segundos que es el vacío en el que nosotros ubicamos a las personas que dicen que supuestamente que hicieron de vallado humano”.
Lo que no se vio del momento en que Luciano Pertossi pidió declarar
Habían pasado una hora y cuarenta y cinco minutos del inicio de la novena audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa cuando ayer ocurrió lo inesperado. Desde la cuarta silla de la segunda hilera del banquillo de los acusados, Luciano Pertossi le hizo un gesto a su abogado, Hugo Tomei. Hacía rato que se lo veía inquieto. Segundos después, el imputado se puso de pie y se sentó frente al Tribunal.
“Quiero aclarar algo, ¿lo hago? Yo no estaba ahí”, aseguró el acusado ante la mirada atenta de los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia.
Fue el primero de los ocho imputados en hablar en todo el proceso.
El disparador de la reacción de Luciano Pertossi fue un video de la pelea de la madrugada del 18 de enero de 2020 que se proyectó en la sala.
La secuencia, una de las menos conocidas del caso, está filmada desde la vereda de enfrente de Le Brique. Se ve lo que sucede en la parte lateral, delantera y posterior de un auto gris que estaba estacionado sobre la Avenida Tres. Minutos antes, Yanina Cuenca, Agostina Matticoli, Ricardo Gabriel Pisoli y Andrés Bruzzese, miembros de la PFA especializados en análisis facial forense, habían exhibido ese video, pero no habían identificado a Luciano Pertossi.
Llegó el turno de las preguntas y el particular damnificado, a cargo de Fernando Burlando, Fabián y Facundo Améndola, se puso insistente: querían que los cuatro peritos marcaran a una persona cuya silueta se divisaba atrás del auto “haciendo ademanes”: “De todos los que identificaron, ¿cuántos tenían remera o prenda superior negra?”.
Los peritos contestaron: “Lucas Pertossi, Luciano Pertossi y Máximo Thomsen”. La querella siguió: “De esos tres, ¿cuántos tenían pantalón largo”. “Lucas y Luciano”, respondieron los peritos. “¿Alguno tenía una marca blanca en la remera?”, siguieron los abogados.
Después de retroceder una y otra vez la secuencia y de agrandar los cuadros de la imagen, Cuenca, Matticoli, Pisoli y Bruzzese identificaron a alguien con una prenda negra oscura. “No llegamos a determinar mucho más”, dijeron. Burlando buscó precisión: “¿Quién era el sujeto número once en la filmina 75, entonces?, preguntó en referencia a las imágenes que se habían proyectado previamente en la pantalla.
El ida y vuelta entre el particular damnificado y los testigos comenzó a preocupar a Luciano Pertossi. En ese momento, el acusado hizo un gesto para que su abogado se acercara a él. Casi en sintonía, uno de los peritos contestó la pregunta y arrojó su nombre al aire:
“Es Luciano Pertossi”.
Hugo Tomei se dirigió a la presidenta del Tribunal. “(Mi defendido) quiere aclarar algo”, dijo en referencia a su asistido.
El clima en la sala se puso espeso. Hubo murmullos. Varios de los presentes se pusieron de pie. Nadie quería perderse lo que estaba a punto de suceder.
Luciano Pertossi se paró y, por primera vez desde que arrancó el debate, caminó en la sala sin esposas. Dio unos pasos y se sentó frente al Tribunal Oral en lo Criminal N°1.
“Quiero aclarar algo, ¿lo hago? Yo venía de ese lado, pero no estaba ahí”, aseguró. Los hombros hacia abajo, el pecho hacia adentro, la voz nerviosa.