El Gobierno presenta la temporada turística como exitosa, pero el sector privado advierte otra realidad
Operadores sostienen que, a comparación del año pasado, los visitantes prefieren rentar las propiedades sin anticipación debido a la búsqueda de ofertas y que no lo hacen por más de tres días. Otro de los escenarios que enfrentan es que, ante el faltante de agua en distintos centros turísticos optan por otros lugares.
Con la temporada de verano el sector turístico de San Luis mantenía fuertes expectativas para recomponerse, pero a pocos días del inicio del 2023, la realidad es otra: las reservas anticipadas cayeron y el faltante de agua hace que los turistas elijan otros destinos.
El Gobierno se esfuerza por presentar una temporada exitosa, pero los datos que ofrecen hoteleros y cabañeros no se corresponden con las estadísticas difundidas en los últimos días por Terrazas del Portezuelo. Según la secretaría de Turismo el fin de semana se registró una ocupación del 81,1% que generó un movimiento económico de $2.712.414.375.
Los índices varían de acuerdo a cada localidad, las propuestas que hay, la situación hídrica y los servicios que ofrecen.
Desde el sector privado se las ingenian para atraer visitas y poder recomponerse. Lanzan promociones, descuentos y se enfocan en ofertas a través de internet. Pero los números no son los mismos de la temporada pasada y la esperanza de alcanzarlos cada vez es menor.
Qué dice el sector privado
Un cabañero de El Trapiche, Mariano Gil, reflejó el panorama al que se enfrentan: “Si hacemos una comparación con el año pasado está mucho más flojo porque antes en diciembre ya teníamos las reservas completas para enero, pero ahora está costando llenar”.
En comunicación con El Chorrillero consideró que la poca demanda se debe, por un lado, a la baja del programa Pre-Viaje y por otro, a que “las personas estaban enfocadas en el Mundial”.
En este sentido, destacó que “los turistas ahora llaman sobre la fecha o cuando llegan, salen a buscar ofertas. También otras de las modalidades que han implementado es alojarse varias familias juntas para reducir los gastos”.
El impacto de la inflación afectó a los valores de los alojamientos, los cuales al menos en El Trapiche rondaban entre $15 mil y $16 mil por día para dos personas: “Percibimos que no teníamos reservas, muchos cabañeros decidieron bajar la tarifa y ahora podés encontrar hospedaje desde $11 mil”.
Otro de los puntos que abordó fue la poca inversión en atractivos turísticos: “No tenemos casi nada para ofrecer en cuanto a la actividad nocturna, tenemos dos bares y música en vivo solo los fines de semana. La gente consulta mucho, sobre todo si tiene hijos adolescentes”.
La emergencia hídrica se instaló en la provincia y las escasas lluvias han aportado poco a los ríos. Por esto, es que los viajeros antes de realizar la reserva consultan si hay agua: “Es lo primero que te preguntan si tenemos agua y si hay pileta”.
Contó que los cabañeros ubicados más lejos del río son quienes realizan más promociones.
Por último, reveló que ahora hay demanda para fines de enero y sobre todo para la época de carnaval en febrero: “Para después del carnaval no hay ni siquiera consultas”.
En Potrero de los Funes la temporada está lejos de ser la ideal.
“Años anteriores en los primeros días de diciembre tenía como mínimo un 50% de reservas para enero, pero esta vez solo llegamos al 15%. A principios de este mes tuvimos un alivio y llegaron las consultas. En la actualidad tengo una ocupación del 65%”, contó Carlos Elgar, propietario del complejo “Los Troncos”.
El encargado de otro establecimiento en Potrero reveló que hay cabañeros que “no se animan a alquilar todas las cabañas por el faltante del agua”.
“La demanda es muy baja en comparación a otros años y también el tema el agua es clave, no podemos trabajar así”, afirmó.
“Desde nuestro lugar de prestadores vemos que es una temporada bastante tranquila, no con gran movimiento y poca demanda de servicios”, dijo el propietario de donde se encuentra el Salto de la Moneda, Ignacio Olagaray.
En este contexto, explicó que a diferencia de otros años “hay mucho recambio”: “Hay gente que viene de pasada o se quedan pocos días. De hecho, en los grupos de cabañeros cuando alguien solicita un alojamiento inmediatamente contestan cuatro o cinco complejos es decir qué lugar hay”.
Con respecto al agua consideró que la problemática no solo replica en los complejos, sino que hay una gran pérdida en el atractivo de los arroyos y espejos de agua.
Otra muestra de la realidad la expuso una cabañera. Describió que el agua es un factor fundamental para el turismo y por eso aquellos establecimientos que no cuentan con pileta van a pérdida. En lo que va del año se han encontrado con situaciones donde turistas ven el estado del río, piden la devolución del dinero y se van.
En el mismo sentido, por la emergencia hídrica quienes sí tienen piscina deben pagarle a la Municipalidad $10 mil por cada camión de agua para cargarla. Cada una suele requerir tres o cuatro cargas.
San Francisco del Monte de Oro se enfrenta al mismo dilema salvo que las consultas llegan, pero no las reservas.
“Ha bajado muchísimo a comparación del año pasado que tenía la plaza completa, es decir, tuve una ocupación de un 98% y hoy en día solo 50%”, señaló Patricia dueña del complejo “Quinto Elemento”.
“El pueblo estaba feo, los turistas se expresaron en las redes sociales y vivenciaron un pueblo descuidado. No habían cortado el pasto al costado de la ruta, animales sueltos, y pocos eventos, todo eso aplacó mucho que la gente vuelva a San Francisco”, tuvo en cuenta.
“Hay que ayudar a que la gente venga promoviendo el pueblo, desde la parte municipal tendrían que hacer un poquito más de hincapié porque falta mucho”, insistió.
Carina Pérez coincidió con su colega en la disminución de reservas, pero destacó que para ella el factor económico es el principal problema que afrontan y que por tal motivo los turistas se hospedan no más de tres días.
“Ya no tenemos más esos turistas que venían 15 días y siempre se renovaba la primera quincena de enero, pero esta temporada se presentó distinta. Si bien hay gente, pero se quedan poquitos días y se van renovando”, explicó.
A la hora de trasladarse a la ciudad de la Villa de Merlo, tanto hoteleros como cabañeros, los primeros días de diciembre pasaron por una gran frustración por la poca ocupación.
“Arrancamos con una Navidad y Año Nuevo con un buen nivel de ocupación rondado el 72% por ciento en cada fiesta y después decayó, el arranque de enero vino complicado, y luego por suerte repuntó paulatinamente”, dijo el secretario de Turismo de Merlo, Santiago Trobo.
Reflejó que durante el todo el año pasado tuvieron una ocupación del 65% dividido en tres grupos: “El de los contingentes que vienen con una empresa de turismo, los particulares y aquellos que vienen por eventos de gran magnitud”.