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Del ADN en las uñas al “nos cagamos a piñas”: una por una, las pruebas que incriminan a Blas Cinalli

El joven es uno de los rugbiers señalados por haber atacado a Fernando Báez Sosa en las inmediaciones del boliche Le Brique, de Villa Gesell. Su material genético estaba en el cuerpo de la víctima y sus chats se viralizaron en las redes sociales.

Un nuevo hallazgo en el cuerpo de Fernando Báez Sosa pone en la mira a Blas Cinalli.
Actualizada: 14/01/2023 20:56
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El 18 de enero de 2020, un hecho estremecedor paralizó al país: Fernando Báez Sosa, que se había ido de vacaciones a Villa Gesell con varios de sus amigos de la secundaria y con su novia, fue asesinado a golpes en las inmediaciones del boliche Le Brique por un grupo de rugbiers oriundos de Zárate.

La paliza le provocó a la víctima un paro cardíaco por un shock neurogénico y un severo traumatismo de cráneo. Uno de los primeros agresores incriminados fue Blas Cinalli, cuyo material genético apareció debajo de las uñas del adolescente fallecido. Si bien la pericia ya había dado a conocer esta información hace tiempo, el miércoles esta información fue finalmente confirmada por uno de los peritos que declaró ante el tribunal de Dolores, donde se lleva adelante el juicio.

El ADN en las uñas y los chats del horror

El chico de 18 años había sido señalado, en un principio, como uno de los partícipes secundarios del homicidio, ya que no se le atribuía un rol preponderante. De todas formas, la posterior aparición de diversos videos en los que se lo puede ver lanzándole patadas y puñetazos a Báez Sosa lo ubicaron como principal sospechoso.

Más allá del informe pericial en el que el ADN de Cinalli fue identificado, el peritaje de rastros llevado a cabo sobre la vestimenta de los rugbiers arrojó que, en el 70% de las prendas, había sangre que correspondía al joven fallecido. La de Cinalli también estaba manchada, tal como lo indicaron en las últimas horas los peritos en el debate oral.

Por otro lado, horas después del hecho, los deportistas asistieron a un McDonald’s cercano al establecimiento bailable y, desde allí, Cinalli se comunicó a través de WhatsApp con otro compañero que también estaba viajando a la ciudad costera en cuestión.

Sus chats le añadieron más condimentos al horror: no mostró ningún tipo de arrepentimiento e, incluso, brindó algunos detalles acerca de cómo se produjo el primer cruce con Fernando, que no había estado involucrado en inconvenientes dentro de la disco.

“Nos cagamos a piñas en el boliche y nos sacaron a todos. Esperamos a que se vaya la Policía y ahí los recagamos a piñas. Dos convulsionaron, a uno lo mandamos al hospital sin signos vitales. Ahora estamos yendo a comer a ver qué pasa”, señaló Blas en la conversación con su amigo.

El destinatario del mensaje, por su parte, celebró la actitud violenta de sus compañeros de equipo: “Son los demoledores”. La respuesta del imputado fue aún peor: “Amigo, flasheamos. Matamos a uno”. Estos chats fueron exhibidos el martes, día en que los peritos que abrieron los teléfonos de los acusados se presentaron a declarar.

La acusación de un testigo ante la Justicia

El último de los chats enviados, que fue viralizado a través de las redes sociales y de los medios de comunicación, dejó entrever que el presunto homicida no sentía remordimientos por haber asesinado a un chico de su misma edad: “Solo quiero tomar vino y fumar flores”.

Uno de los declarantes anónimos en la causa, que había sido testigo de los hechos, apuntó contra Cinalli por su participación indispensable en la muerte de Báez Sosa: aseguró que agredió a Fernando en el momento en el que este se encontraba arrodillado, completamente indefenso.

Después de que, en marzo de 2020, los rugbiers fueran trasladados al penal de Melchor Romero, hubo pocas modificaciones con respecto a su situación: Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, dos de los encarcelados, fueron catalogados como “coautores”; mientras que los otros seis rugbiers, también detenidos, son “partícipes necesarios”.

El debate oral se lleva adelante en el Tribunal Criminal N°1 de Dolores, donde ya se hicieron 10 audiencias. Cinalli está sentado en el banquillo de los acusados junto con Luciano Pertossi, Ciro Pertossi, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz, Máximo Thomsen, Enzo Comelli y Matías Benicelli.

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