Más de un mes de un crimen sin resolver y una familia que reclama justicia: “¿Quién mató a Javier Naranjo?”

El asesinato de Javier Naranjo fue uno de los 12 que hubo en 2022, que marcaron no sólo un año crítico, sino un mes. Diciembre fue donde más crímenes se registraron en San Luis. El del joven de 25 años fue en los primeros minutos del jueves 8.

El trágico episodio convulsionó a todo el barrio Solidaridad, en la zona sur de la ciudad, porque sucedió en plena calle. La víctima recibió un disparo a la altura de la ceja izquierda. Murió en el lugar.

Lo llamativo y justamente la principal crítica de la familia a la investigación judicial es que, a más de un mes del hecho, no existen detenidos. Sin embargo, en el lugar había decenas de personas. Muchas de ellas fueron testigos y vieron lo que sucedió.

Una de las primas, que estaba la noche que ocurrió todo, Dalma Castillo cuestionó los avances de la Justicia y la “falta de empatía” de quienes llevan adelante la causa. Dijo que el agresor está identificado por vecinos que se encontraban en el lugar, pero no han sido convocados a declarar.

En diálogo con El Chorrillero recordó ese día, cuando en la noche previa junto a una tía habían ido a visitar a Naranjo. Fue una cena y luego estaban sentados en el patio de la vivienda. Pasada la medianoche, el joven salió a comprar una gaseosa a una verdulería ubicada a la vuelta de su casa.

Minutos más tarde se acercó a ellas la mamá de Javier preguntando donde estaba. Casi de inmediato escucharon un disparo. “Ese es ´el Javier´, esos son los quilomberos”, dijo la mujer y salió corriendo.

Castillo y su otra tía, fueron detrás de ella. Cuando llegaron a la esquina vieron el peor panorama: “Lo estaban tiroteando como 20 personas, tiraban piedras y botellas”. El joven ya había recibido la herida mortal.

La prima relató que, por pedido de la mamá de Naranjo, se dirigió a la garita de la Policía que estaba frente a la casa. Había antecedentes violentos con quienes serían los agresores, y por eso los efectivos tenían una consigna en el lugar para cuidarlos. Antes ya habían tiroteado la propiedad.

“Estaba la Policía con la puerta cerrada. Me respondieron que ya venía el refuerzo y habían llamado a la ambulancia”, le manifestaron los oficiales. Y se mantuvieron dentro.

Castillo volvió a la esquina de la vivienda y escuchó cuando su tía le transmitió “está muerto ´el Javier´”.

“Quería acércame y no podía porque seguían atacando. Veía como mi tía arrastraba el cuerpo para que no le siguieran tirando piedras y tiros”, rememoró y precisó que el disparo fue el lado de la ceja del ojo izquierdo.

Minutos más tarde llegó la ambulancia, fue antes que la Policía, y les manifestaron que “no podían hacer nada”.

“Queremos Justicia, que el juez y los fiscales dejen de mirar para otro lado. Que cumplan con lo que prometieron: encerrar al asesino y que los cómplices vayan presos. Hay pruebas y testigos. Pero no hacen nada”, observó.

El mismo día del homicidio, se realizaron cuatro allanamientos en inmediaciones al lugar del hecho y en el barrio Los Álamos. Estuvieron a cargo  de efectivos del COAR y de la División Homicidios, bajo la orden del fiscal de Instrucción N°2, Ricardo Barbeito.

En ese momento aseguraron que los resultados fueron positivos, aunque pasó más de un mes y no hay personas detenidas.

“Hemos llevado nombres de los testigos, de los que vieron al hombre que pasó el arma (con que lo mataron), el que se llevó al asesino. Y no han llamado a nadie a declarar”, apuntó Castillo.

Añadió que ahora reciben burlas a través de las redes sociales y amenazan a quienes estuvieron en el lugar para que no hablen porque “van a terminar con un tiro como ´el Javier´”.

“¿Cómo puede ser que había testigos que vieron quién se lo llevó y no lo detienen? El juez y el fiscal no tienen empatía. ¿Cómo se sentirían si fuera su hijo? Hay una muerte. Dejaron a una familia destrozada y a una madre sin su hijo”, manifestó.