Una radiografía del trabajo informal en San Luis: aumentó un 18%, la mayoría son mujeres y personas con estudios incompletos
A través de las cifras del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (Renatep), se puede visualizar cómo se compone el sector más vulnerable de la sociedad puntana que ya cuenta con más de 34 mil inscriptos.
Durante los últimos años el trabajo precarizado y la informalidad avanzaron en todo el territorio nacional y San Luis no fue la excepción. En tiempos donde el aumento de los “cuentapropistas” es una realidad, bueno es conocer los detalles de este sector, el más vulnerable.
Detenerse en el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (Renatep), perteneciente al ministerio de Desarrollo Social de la Nación, es una buena manera para observar en profundidad la realidad económica y social del país.
Pero antes de entrar al desarrollo, hay que subrayar que la economía popular no tiene una definición precisa. Más allá de eso, se lo suele asociar a trabajos que son ubicados por fuera del empleo formal, es decir, en relación de dependencia, con una clara relación patronal-empleado y con derechos laborales.
Algunos ejemplos de estos son cooperativas, emprendimientos, empresas recuperadas, talleres familiares, o agricultura familiar. La idea original del Renatep, era contener esta población para “acceder a programas de trabajo, seguridad social y capacitación; participar de redes de comercialización y tener acceso a herramientas crediticias y de inclusión financiera”.
Dicho esto, a nivel nacional el crecimiento de los inscriptos fue de casi 400 mil personas en un año. De los 2.830.520 pasó a los actuales 3.225.268.
En la provincia se encuentran registradas 34.116 personas (número hasta el 31 de octubre de este año), un 17,81% más en comparación al anterior corte realizado en agosto del 2021 cuando presentaba 28.958, de acuerdo a lo informado por Desarrollo Social.
La principal característica que se desprende es que el 56,59% del total son mujeres, es decir, unas 19.305 y la mayoría se desempeñan en “servicios personales” (unas 13.200 personas) que se dividen en tareas de cuidados, servicios de limpieza, peluquería, depilación, vendedores ambulantes, albañiles, poda; o cumplen funciones en comedores y merenderos.
La franja etaria de estos trabajadores, calificados como “por fuera de las relaciones asalariadas formales”, es muy joven, de 18 a 35 años.
También refleja la falencia del Estado al momento de escolarizar a los niños y adolescentes ya que el 61,1% de los inscriptos no tienen completos los estudios obligatorios, inicial, primario y secundario.
¿Cómo se dividen estos trabajos en San Luis?
|Agricultura familiar y campesina -3102.
|Comercio Popular y Trabajos en Espacios Públicos -3636.
|Construcción e Infraestructura social y mejoramiento ambiental -2455.
|Industria Manufacturera -1220.
|Recuperación, Reciclado y Servicios Ambientales -1313.
|Servicios Personales y Otros Oficios -13.200.
|Servicios Socio Comunitarios -6735.
|Transporte y almacenamiento -402.
|Sin datos -2053.
A su vez, cada uno de estos grupos tienen otras tareas, más específicas. Por ejemplo, dentro de los Servicios Personales y Otros Oficios hay 2461 que se desempeñan en limpieza; 1248 en peluquería-manicura-depilación-masajista y 1058 asador-cocineros.
En Servicios Socio Comunitarios, 3838 trabajadores cumplen funciones en comedores y merenderos; 333 en el cuidado de niños y adolescentes; 197 en medios de comunicación comunitaria; entre otros.
Otro dato que surge es que hay 10 recolectores de residuos en villas, 133 cartoneros, 1211 albañiles, 898 vendedores ambulantes y 1043 trabajadores en viveros y huertas.
Este informe oficial, cuyos datos son públicos, marcan la precariedad de miles de puntanos: no están sindicalizados, no tienen obra social, ni vacaciones pagas, ni aguinaldo, entre otras conquistas laborales.
Además, sigue el ritmo de otro indicador que alerta dentro del territorio provincial: el de la pobreza que se ubica en 38,3% en el Gran San Luis, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec).
Si bien las cifras de desempleo (3,6%) deberían reflejar un contexto favorable en el mercado laboral, muestra que hay una fuerte migración hacia el trabajo “en negro”. Se reemplazó la formalidad en puestos de menor calidad.
Quienes integran esta economía popular son considerados por el Estado como ocupados. Sin ellos el desempleo sería mucho mayor.