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“Qué no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”: el horror de los chats entre las acusadas de matar a Lucio Dupuy

El historial de mensajes entre Magdalena Espósito y Abigaíl Páez fue una prueba clave en el juicio en su contra.

Fue parte de lo que surgió en el juicio.
Actualizada: 24/01/2023 17:19
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Las pruebas que se expusieron en el juicio por el espeluznante crimen de Lucio Dupuy, el nene de 5 años asesinado en La Pampa, fueron abrumadoras. Según la fiscalía, quedó demostrado que entre su madre, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja, Abigaíl Páez, lo mataron a golpes luego de meses de tormentos. Una de las pruebas clave que permitió llegar a esa conclusión surgió de los celulares: fueron las conversaciones de chat entre las dos acusadas.

En esas charlas dejaron al descubierto el tormento que padeció Lucio.

El intercambio más intenso entre las dos se dio desde los primeros días de octubre hasta el 26 de noviembre, en que Lucio fue asesinado. En esos mensajes, que fueron expuestos en el juicio, las mujeres hablan entre ellas. Dicen que el chico les molesta, de que interfiere en su relación, de que no les permite hacer su vida. Y, lo más grave de todo, habla sobre los castigos que le propinaban.

Uno de los chats que más llamó la atención es el que, en octubre, le mandó la mamá de Lucio a su pareja. La conversación comenzó con dichos sobre el nene, que se portaba mal, y Abigail le dijo que lo golpeó. Ante esta situación, lejos de preocuparse por la salud de su hijo, Espósito Valenti le respondió: “Qué no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”.

La semana pasada y durante el fin de semana, Infobae publicó las declaraciones de las acusadas durante el proceso. Ambas trazaron un relato que no se condijo con las pruebas que se expusieron. Páez, antes de finalizar sus últimas palabras, dijo: “Yo a Lucio lo amaba y lo extraño mucho, y pienso mucho en él y hablo mucho con él”.

Esto último choca de lleno con lo que se leyó en otro de los mensajes. Ambas discutían porque Lucio “interfiere en sus vidas” y Páez escribió, a modo de reproche: “Estoy harta. Yo tengo que estar todo el día con este pendejo”.

Además de ser golpeado y torturado, Lucio pasaba hambre. Esto quedó expresado en el juicio por dos madres de amiguitos del nene, que contaron que les llamó la atención la cantidad de comida que ingería cuando iba a de invitado a almorzar. Esta situación dio pie, increíblemente o ya no en este contexto, a una nueva golpiza que quedó registrada también en mensajes.

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