Vecinos del barrio Gastronómico se movilizaron para pedir seguridad: “Los ladrones se manejan con total impunidad”

Cerca de las 20 de este martes, los vecinos del barrio Gastronómico se autoconvocaron junto a algunos integrantes del Cerros Azules para firmar una nota que luego enviarán al ministerio de Seguridad por la crisis delictiva que los afecta a diario.

Son 107 viviendas y por la cantidad de habitantes, son muchos los ilícitos que padecen. Aseguraron que casi todos los vecinos sufren robos o asaltos en la vía pública.

“No podemos esperar un colectivo tranquilos porque nos asaltan y roban los celulares”, manifestó Walter, uno de los organizadores de la convocatoria en diálogo con El Chorrillero.

Al frente de la manzana 86 se encuentra la Escuela N° 98 “Gobernador José Santos Ortiz”. “Cuando los chicos salen, están a la merced de los delincuentes porque les sacan las mochilas o zapatillas”, declaró.

Relataron que los ilícitos comenzaron hace aproximadamente un año y que en los últimos meses se han agravado. Desde diciembre hasta la fecha, creció significativamente la cantidad.

Sacaron la cuenta de que todos los días mínimo en el barrio hay dos robos o intentos.

En cuanto a la circulación de policías, Walter dijo: “Brillan por su ausencia, pasan un ratito y nada más. Es muy escasa la presencia a no ser que llame algún vecino. Pero de por sí, no tenemos recorridos preventivos. Y nos preocupa porque casualmente los robos pasan después que pasan los policías”.

La iluminación pública funciona, pero la zona tiene mucha forestación que la oscurece. “Habría que podar los árboles para que la luminaria sea efectiva”, destacaron.

Advirtieron que en ese sector de la ciudad no hay cámaras de vigilancia del ministerio.

La Comisaría de jurisdicción es la 2º. Walter indicó que cuando fue a reclamar por los hechos de inseguridad le dijeron que “están complicados, que tienen pocos recursos y poco capital para moverse. Los móviles no están por ahí en condiciones de moverse. Están muy limitados por los presupuestos”.

Guillermo es un vecino desde que se inauguró el barrio (hace más de 30 años).  Aseguró que siempre fue tranquilo. “Cumplí 63 años y no pensé que íbamos a llegar esto. Todos los días pasan cosas insólitas”, criticó.

Erika reside hace 33 años en el lugar. Mencionó que antes podías estar en la calle tomando mates y nunca te iba a pasar nada. “Ahora es increíble, se manejan con total impunidad”, agregó.

A Guillermo le entraron a robar un día a las 22 mientras se encontraba cenando con su familia. De los tres malvivientes, lograron atrapar a uno, pero era menor de edad.

“Si la Justicia actúa como corresponde, esto se frenará. Hay que ser más duros. Los menores nos hacen mucho daño y no les hacen nada”, enfatizó.

A su vez, mencionó que lo más indignante es el daño que provocan: “Te cansaste de trabajar para comprarte un televisor y te lo roban”.

Lo que más miedo le genera al hombre es que un día ingrese algún delincuente armado. “Los pibes se drogan y no sabes qué pueden llegar a hacer. La Justicia tiene que dar la solución”, sugirió

Erika subrayó que realizan las denuncias solo para saber qué pasó porque soluciones no les dan.

“Lamentablemente la solución la tenemos nosotros. Es cuidarnos entre todos. Mano propia, es la única porque si es menor, te lo sueltan. Si es mayor, te lo largan a las dos horas”, acentuó.

 

Los vecinos destacaron que tienen puntos rojos de quienes pueden ser los delincuentes, pero no pueden mencionarlos porque después son “presa de esa gente”.

“Hay casas marcadas, una de ellas es la de una vecina que tiene dos hijos policías”, recalcaron.

Por último, Walter concluyó: “Estamos buscando respuestas, ya no damos más. No nos vamos a quedar con los brazos cruzados”.