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Los puesteros de Calle Angosta que perdieron todo pusieron en venta sus productos en las redes sociales

Hicieron una gran inversión para vender sus productos en la fiesta. Durante el temporal perdieron mucha comida. La mercadería que les quedó ahora la venden por las redes sociales.

Perder todo y tratar de recuperar las inversiones económicas.
Actualizada: 28/01/2023 21:59
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La tormenta violenta del jueves causó un caos en Villa Mercedes, y particularmente puso en riesgo a miles de concurrentes a la primera noche del Festival de la Calle Angosta.

A pesar de la alerta meteorológica, la celebración no fue suspendida. Hubo un fallecido y muchas personas heridas, como también damnificadas económicamente. Los puestos gastronómicos, los que estaban adentro y a los alrededores del predio, son solo un ejemplo de ello.

Muchos emprendedores se resguardaron debajo de las mesas que había llevado y se cubrieron con lo que pudieron. Las primeras piedras cayeron en seco, cerca de las 23 del jueves.

La gran mayoría hizo una importante inversión en alimentos para instalarse allí, pero la primera noche fue desastrosa para todos, devastadora y trágica.

La Municipalidad abrió una inscripción para eso y les cobró.

Perdieron mucha de la comida que estaba preparada. El agua frenó los choripanes y las empanadas fritas. Todo lo que estaba a la venta se perdió. Ahora se la ingenian para vender lo que quedó y recuperar aunque sea algo.

Melisa Olivera vive sobre Calle Angosta y con su familia destinaron más de $100 mil para las ventas del fin de semana. No pudieron rescatar nada.

“Cuando empezó la tormenta teníamos dos mesas llenas de empanadas, en el disco había más fritándose y teníamos una parrilla grande llena de chorizos”, comentó en diálogo con El Chorrillero.

“Perdimos casi el 100% de las cosas”, agregó.

La comida de los días que restaban de festival estaba congelada, y en el barrio estuvieron sin luz hasta la tarde de este sábado.

"Tuvimos que romper botellas de hielo y meterles a las cosas para que no se pusieran feas y no perder eso también”, dijo.

Este mediodía estuvieron vendiendo empanadas a través de las redes sociales. Los chorizos recién podrán asarlos por la noche ya que la leña seguía mojada.

“No tenemos patio de comida, pero hoy no queda otra de poner mesas afuera y que Dios nos ayude a sacar esta comida porque se nos va a perder todo”, manifestó.

En la noche del temporal, Olivera contó que abrió las puertas para que muchas personas se ampararan del increíble granizo, y después siguió ayudando porque era todo un caos.

“No nos importó si había corriente o no. Escuchábamos gritos, había gente herida. Fue como una película”, sostuvo.

Gabriela es otra comerciante afectada. Vendía miel debajo de un gazebo. La inversión que hizo fueron más de $120 mil y las pérdidas fueron casi totales.

De 60 kilos de miel pudieron salvar unos pocos, el resto del producto no resistió.

“Era una locura, todo el mundo gritaba, corría, nosotros solamente movimos la mesa al centro del gazebo y nos metimos abajo con los cascos”, relató.

Cuando la mesa no resistió más, corrieron a refugiarse en una casa con otras familias que estaban en el lugar. En ese momento, como pudieron, ayudaron a otra emprendedora que había quedado atrapada en su puesto.

“Mucha de la gente que se pudo refugiar después salió a ayudar a los demás”, recordó.

“Gente estamos vendiendo lo que preparamos para el festival, a menor costo. Nos arruinó a muchos en todo sentido. Si alguno quiere colaborar bienvenido sea, tenemos para vender choris, sándwich de milanesa, pizzas y empanadas cortada a cuchillo”, escribió Alejandro Barrera y lo difundió en los grupos de Facebook. A El Chorrillero le confirmó que pagó a la Municipalidad para tener su espacio: “No sé en qué va a quedar, esto es muy reciente".

“Estuve afuera de la Calle Angosta y fue un desastre nosotros fuimos a vender sándwich de milanesas y gaseosas, y de un momento para otro vino la piedra. No nos dio tiempo de guardar las conservadoras ni la moto en la que repartíamos también y bueno perdimos todo”, relató Ángel Cristof a este medio.

Después de quedarse sin nada volvió a hacer “para sobrevivir” y los puso a la venta por las redes sociales. “Mientras la gente compre seguiré vendiendo pero lo que yo llevé esa noche sí lo perdí”, contó.

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