"El Hospital de Villa Mercedes se rompió, la situación es caótica"
Desde la Asociación de Profesionales y Técnicos de la Salud (APTS) confirmaron cómo se encuentra el nosocomio después de las tormentas que causaron daños en toda la ciudad. La piedra que cayó hace una semana destruyó los techos y la única solución del Gobierno fue poner un nylon que no aguantó las precipitaciones de ayer.
El Policlínico Regional de Villa Mercedes es uno de los edificios públicos más afectados por las tormentas. La piedra que cayó el pasado jueves destrozó las tejas y casi la totalidad de los vidrios. Ayer llovió otra vez, de una manera más intensa, y terminó agravando la situación. Fue como la estocada final para el edificio.
Hoy lo que se vive en el nosocomio más importante de la ciudad es “caótico”. Los médicos no pueden atender porque los consultorios están inundados, porque todo se mojó. Durante toda la mañana no se ordenaron desde el Gobierno que se hagan las reparaciones, y nadie acciona para que la población tenga garantizado el acceso a la salud.
La lluvia del miércoles por la tarde brotó por las lámparas, por lo tanto el sistema eléctrico se vio comprometido. Hay desagües que se taparon por la acumulación de hojas, palomas muertas y hasta cucarachas, lo que se transforma en un gran foco de infecciones.
Desde el inicio de esta semana las cirugías programadas fueron suspendidas porque el quirófano fue uno de los sectores más vulnerados.
El Chorrillero pudo confirmar que la atención está resentida, que muchos pacientes no fueron atendidos en las últimas horas debido a este panorama, y que otros fueron derivados a otros centros de la ciudad.
“No es culpa del Gobierno este fenómeno climático, pero sí es su responsabilidad ocuparse de esta situación que es caótica. No están arreglando nada, el Hospital se rompió”, dijo la secretaria general de APTS, Ana Lía Trifiró. Al mismo tiempo expresó la preocupación por el riesgo de sufrir accidente que corren los pacientes y el personal médico.
No se sabe por qué se tardó tanto en dar una solución a los techos. Cinco días después de la noche devastadora de las bolas de hielo que pocas veces se habían visto en la ciudad, dieron la orden para que los obreros colocaran un nylon, que debido al viento no resistió y no alcanzó a contener tantos milímetros de agua. Según los datos de la REM fueron 41 milímetros los que cayeron de manera ininterrumpida.
Nada se podía hacer. La lluvia inclusive desprendió el techo de uno de los sectores. También se mojaron las habitaciones donde descansa el personal.
Pese a todo esto, el Gobierno no informa, y las decisiones no están siendo eficaces.