X

VILLA MERCEDES

La venta de ropa usada fue el comienzo de muchas emprendedoras; ahora las ferias están por todos lados y le dan “otra oportunidad a la vestimenta”

La aceptación en la ciudad tiene que ver con la crisis económica. Cada vez más personas se suman a la moda circular que ofrece un abanico de opciones a un costo accesible.  

Actualizada: 18/02/2023 23:44
PUBLICIDAD

Las vendedoras compran ropa usada, le hacen arreglos y la ponen a la venta. Son una fuerte tendencia en Villa Mercedes que está enmarcada en la crisis económica.

La industria de la indumentaria es una de las que más contamina el planeta. Para tratar de evitar el impacto ambiental, es que se fomenta darles una segunda oportunidad a las prendas usadas. Pero también es una forma de ganarle a la inflación ya que los precios son mucho más económicos.

En Villa Mercedes las ferias americanas están en todos los barrios. Las impulsoras de estos locales compran prendas, las reciben de donaciones familiares, las colocan en perchas y las ofertan a costos muy accesibles. Una remera puede valer $400 y un conjunto de ropa para niños $500.

La inflación que golpea con más fuerza a los sectores humildes, donde apenas si les alcanza para vestirse, encuentran en estos lugares una alternativa acorde a sus bolsillos. Además por los grupos de Facebook suelen publicar que compran vestidos usados para fiestas, inclusive zapatos, lo cual demuestra que lo usado está en auge.

Silvia y Nancy son dos hermanas de 56 y 60 años. Antes de que empezara la pandemia sacaban una mesa a la vereda. Así comenzaron a vender las prendas que les donó la hija de Silvia.

Con el tiempo, amigos y conocidos les empezaron a ofrecer lo que tenían sin usar o con poco uso, y entonces decidieron armar una feria en su casa, ubicada en la Avenida 25 de Mayo y Rivadavia.

“Cuando arrancamos había pocos comercios como este, y desde el último año por cada cuadra ahora hay alguna”, comentaron las hermanas en dialogo con El Chorrillero.

El objetivo principal que tienen es destinar las ganancias a sus aportes jubilatorios. “En parte estamos para darle una mano a las personas y a su vez nos dan una mano a nosotras”, manifestó Silvia.

La moda circular significa darles a las prendas una segunda oportunidad. Para esto la ropa debe estar en buen estado. “Las prendas ingresan en buenas condiciones, y otras las recuperamos. Si hay que coser, cambiar cierres, lavar, perfumar, almidonar, arreglar, lo hacemos”, explicó.

Las academias de folclore y las escuelas de teatro van ocasionalmente a comprar vestimentas “retro” para representar distintos tipos de cuadros.

Con respecto a los impuestos, cada mes se hace más complicado para las hermanas.

“Pagamos siempre todo, pero sentimos que la Municipalidad no te deja crecer como comercio”, opinó.

Aunque en la virtualidad existen muchas ferias que promocionan sus productos, ellas no se manejan con las redes sociales. “Los que vienen están acostumbrados a tocar, a palpar las telas. Las ferias virtuales si bien te muestran una prenda, no ves bien el estado en que esta”, aportó Nancy.

En el barrio San José se encuentra la feria americana de Yohe Ortiz. Empezó vendiendo la ropa que ya no podían usar sus hijos y eso más tardes se volvió en su emprendimiento. Hoy además de exponer prendas de segunda mano, incorporó la venta de ropa nueva.

Cuando empezó con el proyecto, la mujer compraba bolsones de ropa que ofertaban otras ferias de la ciudad. “A veces me venía ropa que había que lavarla, asique la lavaba, lo mismo con las zapatillas”, contó.

“Gracias a Dios me ha ido bien y he podido progresar mucho”, aseguró Yohe.  “No se vende todos los días porque esto no es como el pan, pero por lo menos me va bastante bien", señaló.

En su local se pueden encontrar un conjunto de ropa para niños por $500, remeras por $300, y lo nuevo no supera los $5000.

“Uno cuando tiene muchos niños prefiere comprar en ferias porque la ropa esta barata y está impecable”, afirmó.

“Yo siempre digo que esto es un segundo estreno”, agregó.

Además de atender de lunes a sábados, hace ventas a través de las redes sociales.  “Si no me queda muy lejos se la llevo”, contó.

Cuando se le junta mucha ropa en el local, la dona a la escuela donde acude su hijo. “Muchas veces le doy a algún compañerito y a gente que realmente lo necesita porque si no se me junta mucho”, explicó.

Luego del temporal del 26 de enero, Ortiz donó bolsas a los merenderos, para que tuvieran como destino a los damnificados.

Paula Carbajal es estudiante. Tenía un emprendimiento de joyas, pero eso no le alcanzaba para comprar la entrada a un concierto. Por eso con sus primas se pusieron manos a la obra y organizaron una feria americana.

Cómo tuvieron éxito, ella siguió el camino. Junto con su cuñada hicieron un pedido y el emprendimiento se hizo realidad.

“Vimos que la gente se re prendía, nos compraban y todo el mundo nos felicitaba porque la ropa estaba en muy buen estado, muy buen precio y ahora ya quedó el showroom”, señaló.

Paula se considera una “apasionada” por estos espacios.

“Creo que es la emoción de ir y no saber lo que vas a encontrar, es un gran abanico de posibilidades”, aseveró. También remarcó la importancia que tiene la moda circular en la sustentabilidad ecológica. “Hay prendas que están como nuevas y son preciosas. Es una lástima que no se les dé un segundo uso”, sostuvo.

“La idea era darle una oportunidad a la gente que no le alcanza para comprarse algo nuevo y que puedan encontrar ropa linda en buen estado y a buen precio”, manifestó.

El local está ubicado en la esquina de Ardiles y Bolivia. Allí se pueden encontrar faldas a $1500, jeans a $2000, ropa de salir y también para usar todos los días.

A través de las redes informan qué días abren. “También solemos hacer vivos, sobre todo a la noche por Instagram o Facebook. Mostramos la ropa y ahí nos encargan por número de articulo y al otro día las enviamos”, aseguró.

PUBLICIDAD

EN PORTADA EL CHORRILLERO

SUBIR