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Clásicos y algo más en la primera jornada del Cosquín Rock

Las propuestas fueron variadas y apostaron a la calidad como gran imán para el público más tradicional y conservaron la esencia que caracteriza al festival por el que desfilaron en la inauguración 100 mil personas.

Trueno uno de los máximos referentes en esta grilla de los llamados ritmos urbanos.
Actualizada: 19/02/2023 15:03
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Con Juanse acompañado por grandes invitados, entre los que destacó León Gieco; la conocida potencia de Divididos y la supremacía de Skay y Los Fakires; entre otros, la primera jornada del Cosquín Rock, que se desarrolla en el Aeródromo Santa María de Punilla, hizo honor a su nombre, pero ofreció además vertientes musicales que abrieron el juego hacia otros estilos, sin perder su esencia.

En ese contexto, la estelaridad lograda por Trueno como uno de los máximos referentes en esta grilla de los llamados ritmos urbanos, el baile colectivo propuesto en el colorido show cumbiero de La Delio Valdez o el canto de raíz autóctona de Lila Downs, por citar apenas algunos ejemplos, no se resignaron a jugar el simple rol de la diversidad ante los más de 100 artistas que son parte de esta edición.

Se trató de algunos de los muchos casos que salieron a pelearle palmo a palmo el protagonismo a los grandes nombres de la escena rockera y la gran concentración de público en los seis escenarios repartidos en el predio dieron cuenta de ello.

Por supuesto que el hecho de que en la jornada del sábado hayan circulado 100 mil personas por el lugar, según cifras de los organizadores, en una de las ediciones más convocantes que se recuerden, ayudaron a que todos los espacios se vieran colmados.

Lo curioso es que ningún artista acaparó la atención absoluta de los presentes, por lo que mientras en el escenario Norte, Skay desplegaba su inconfundible rock ante una grey eminentemente ricotera; simultáneamente en el escenario Sur, una multitud se abarrotaba para disfrutar de Trueno; a la vez que en el novedoso escenario de Montaña, LP cautivaba y le daba vuelo internacional al festival.

Pero más allá del aspecto multitudinario y los espacios de protagonismo en la grilla, la realidad es que muchas de estas propuestas también apostaron a la calidad como gran imán para el público más tradicional y conservaron la esencia que caracteriza al festival.

Es cierto que el rock tuvo su lugar preponderante y, en ese sentido, también hubo un menú como para satisfacer todos los gustos, con las expresiones más tradicionales, una buena cuota de indie y pop, entre otros.

El tridente Skay, Divididos y Juanse aparecía de antemano llamado a monopolizar la jornada del sábado, y sin dudas podría haber sido así, de no ser por la amplitud de buenos shows que pudieron disfrutarse.

El exRedondos hizo lo suyo con solvencia, siempre basado en su repertorio solista, con ya clásicos como "Oda a la sin nombre", "El Gólem de la Paternal"; títulos más recientes como "Yo soy la máquina" o "Corre, corre, corre", y alguna revisita a su antigua banda como con "El pibe de los astilleros", "Nuestro amo juega al esclavo" y "Ji ji ji".(Télam)

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