San Luis: el consumo de carne vacuna bajó un 50% en 2022
La pérdida del poder adquisitivo de los puntanos influyó en los índices negativos. Los altos valores en algunos cortes llevaron a los clientes a inclinarse por el pollo y cerdo. En lo que va del año, la merma llegó al 40%.
A través de un relevamiento que realizó El Chorrillero por la ciudad de San Luis, carniceros de la capital puntana confirmaron que disminuyó considerablemente la venta de carne vacuna en comparación con el 2021.
Es una realidad que la gente dejó de consumir porque los precios son altos. Incluso optan por cortes más económicos o eligen pollo y cerdo que son más baratos.
También mutó la forma de compra; dejaron de consumir por kilo y sólo adquieren lo que tienen en el bolsillo. Eso conlleva una disminución.
A este escenario se suma que desde que comenzó el 2023, la carne viene registrando aumentos progresivos que en algunos casos llegó hasta el 48%. Con estas actualizaciones, los clientes se cuidan de gastar más.
El último ajuste se aplicó el mismo día en que el Gobierno nacional anunció el congelamiento de siete cortes y llegó a casi el 10% en la provincia. Los comerciantes recibieron la mercadería con la sorpresa de la actualización en el kilo de medias reses.
Martín Jaime, propietario del Frigorífico Lafinur, informó que en los primeros nueve meses del año pasado tuvo una caída del 50% en la comercialización.
En octubre, noviembre y diciembre remontó, pero no alcanzó para llegar a los niveles del año anterior. “Esto es porque empezó a circular el dinero un poco del turismo más el mundial”, dijo.
La merma se produce generalmente por la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores: “Ganamos poco y si bien suben los salarios, la realidad es que se los come la inflación”.
En su caso, este escenario llevó al comerciante a cerrar otro negocio porque ya no podía mantenerlo.
“El 2022 fue un desastre. Laburamos mal los primeros meses, se trabajó muy poco”, argumentó.
Cristian Vega, de carnicería El Capo, señaló que el año pasado registraron una caída del 25%. “Hacemos cortes por mayor, eso quizás ayuda a que no sea tan fuerte el impacto”, expuso.
Por otra parte, en lo que va del 2023, la caída es superior; entre el 25 y 30% comparado con el mismo periodo del 2022.
“Se nota la baja del consumo de carne. La gente prioriza las vacaciones, algún otro gasto en verano, pero esperemos que mejore en los próximos meses”, sostuvo.
Federico Olguín, dueño de Granja Los Amigos, precisó que el año pasado cayó un 30%. Hubo un aumento en las fiestas, pero no cambió el complicado panorama que arrastran desde hace tiempo.
Por otro lado, calificó enero y febrero como dos meses “terroríficos” porque es la época en donde más disminuye la comercialización: alcanzó el 40% en el local.