Luke, un australiano que dejó una vida de lujo para venir a buscar oro a La Carolina
En su país tenía la vida asegurada: venía de una familia adinerada, había ganado un certamen similar a “Bake Off” y su camino en el rubro sería un éxito. Sin embargo, decidió tomar otro rumbo.
Por Juan Vilallonga
La llamativa historia de Luke, el australiano que dejó una vida acomodada en su país para buscar oro en las sierras de San Luis, se viralizó este miércoles por su peculiaridad.
Nació en una suerte de realeza en su país natal, pero eso no le impidió trasladarse a vivir a La Carolina para buscar oro. Todo se remonta al siglo XVIII.
Este relato fue contado en un extenso hilo por el escritor identificado en Twitter como @Periodistán.
La “Fiebre del oro” de siglo XVIII en San Luis
Aunque en la actualidad quedan unos pocos habitantes en este pequeño pueblo del norte de San Luis, en aquella época la localidad estaba minada de buscadores de oro de todo el mundo.
“En el año 1795, un aventurero portugués se perdió en la zona y encontró oro en el cerro Tomolasta. Fundó el pueblo, claro”, describió.
“Entonces, empezó a llegar la gente. Buscadores de todo el mundo. ¡Hay oro en el sur del virreinato! En el siglo XIX, La Carolina (nombrada en honor al rey Carlos III) llegó a tener 3 mil habitantes. La actividad era frenética. Hasta que se terminó”, contó en su hilo el autor.
“La cosa es que, al terminar el boom del oro, La Carolina se fue despoblando. Eran 3000, hoy son 300″, añadió.
Luke, una persona muy peculiar, descubrió esta historia y se obsesionó con ella. Fue tal la pasión que le generó que decidió dejar una vida acomodada en Australia para venir al medio de las sierras puntanas a buscar los pocos vestigios que quedan del oro.
El australiano que vino a buscar oro a La Carolina
El joven, de unos 30 años, había ganado un certamen a lo ‘Bake off’ en su país natal. Tenía todo asegurado para un futuro con éxito. Sin embargo, decidió tomar otro camino y se mudó a la India.
“Luke nació en una familia de muchísimo dinero: de hecho, el padre es cónsul de una representación australiana muy importante. Él es pastelero y uno buenísimo. Tenía la vida resuelta. Hasta que un día largó todo”, siguió el relato en Twitter.
“Se fue a India, vivió muchos años de forma frugal. Se volvió adepto de la deidad Jagganath. Trabajó en minas de diamantes. Y un día se enteró de que en las sierras argentinas había existido una fiebre del oro, más de un siglo atrás”, detalló después.
También se refirió al primer empleo en La Carolina: “Luke se obsesionó. Y se enteró, así, de que aún quedan algunas vetas en los ríos de San Luis. Llegó a Argentina, decidido. Trabajó con Marcos, como pastelero. La gente se volvía loca con su repostería, querían conocerlo”.
“Pero él no se dejaba ver y fue acentuando su soledad. Entonces, un día se mudó a un ranchito, en el medio de la nada. Las sierras y él. Sin electricidad, sin luz, solo y empezó a vivir de la búsqueda de oro. De manera artesanal, obviamente sin mercurio. Sólo un australiano y su tamiz”, agregó.
Hoy, Luke vive en soledad y se dedica a la búsqueda de oro de forma artesanal. Usa un tamiz y evitando el uso de químicos dañinos para el medio ambiente.
Aunque es difícil encontrar a Luke, ya que vive en una zona remota y casi inaccesible, a unas cuatro horas del pueblo, un grupo de personas se aventuró a buscarlo, dieron con él y descubrieron a una increíble persona.
Contaron que es un hombre solitario pero amable. Él vive por y para la búsqueda del oro en las sierras de San Luis.
Su historia ha causado gran interés en San Luis y muchos se han acercado a conocerlo y a unirse a su búsqueda aurífera. Luke ha encontrado una nueva vida en Argentina, dedicada a su pasión por la búsqueda del oro, lejos de una vida acomodada en el país de los canguros.