Macron versus sindicatos: ¿qué está en juego en la reforma pensional de Francia?
Los sindicatos franceses están unidos en su rechazo a la propuesta de que se eleve la edad legal de jubilación a los 64 años, al tiempo que el Gobierno galo endurece su postura sobre la necesidad de un cambio para evitar un “colapso del sistema”.
Desde París hasta Marsella, pasando por Montpellier y ciudades más pequeñas como St Lo (Mancha), decenas de miles de personas se movilizan y paralizan actividades este martes en Francia para poner más condimento al mayor desencuentro con el presidente Emmanuel Macron desde que llegó al poder en 2017.
Más de un millón de personas ya se habían congregado el 31 de enero, según estimaciones del Ministerio del Interior. Su exigencia: que se retire el proyecto de ley que hace su curso legislativo y que pretende modificar el sistema de pensiones. Pero, ¿qué es lo que molesta a los franceses?
Elevar la edad legal de pensión, un ‘mal necesario’ para el Gobierno de Macron
La impopular esencia de la iniciativa, que ya había fracasado en el primer mandato de Emmanuel Macron y que se convirtió en su caballo de batalla en las más recientes elecciones, es elevar gradualmente la edad de pensión de 62 a 64 años.
De esta manera, se pondría más en línea con sus pares de la Unión Europea, la mayoría de los cuales ha retrasado la edad de jubilación a 65 años o más.
Francia es uno de los países de Europa con la edad más baja de jubilación.
La ley también aboliría los privilegios que disfrutan algunos empleados del sector público, como los del Metro de París, y supondría pequeños aumentos para las pensiones más bajas.
La principal queja de los sindicatos es que los cambios penalizan a los trabajadores no calificados que tienden a comenzar temprano sus carreras y, a menudo, se esfuerzan en trabajos físicamente más exigentes, a diferencia de los graduados universitarios.
Para el Gobierno, es la única manera de garantizar la supervivencia financiera del sistema estatal de pensiones a largo plazo y que las cada vez más reducidas generaciones de jóvenes no carguen con la responsabilidad de financiar a las crecientes generaciones mayores.
Hoy en día, el sistema de pensiones francés está basado en un esquema de solidaridad que hace que los empleados coticen para financiar el ingreso de los jubilados.
La reforma pensional busca elevar la edad legal de jubilación.
"Sé que pocos franceses quieren trabajar dos años más, pero es una necesidad para preservar nuestro sistema de pensiones", declaró la primera ministra, Elisabeth Borne, en el canal ‘France 5’ el lunes 6 de marzo por la noche.
“Hay que trabajar más”, ha repetido insistentemente el jefe de Estado galo para hacer énfasis en que, de lo contrario, el sistema colapsaría y generaría un déficit calculado en unos 160.000 millones de dólares para la próxima década.
El Gobierno ha mantenido un perfil relativamente bajo, dejando la discusión del proyecto en manos de la Asamblea Nacional, en la que los miembros de la Cámara Alta, en donde la derecha es mayoritaria, esperan votar este martes el artículo relativo a la extensión de la edad de jubilación. (France 24)