Abrazo simbólico al Nacional: un colegio destrozado, una obra paralizada y el pedido de respuestas que sacan a la calle los padres
La empresa que tenía a cargo las tareas de refacción las suspendió “hace 20 días”. No se sabe por qué los trabajos que comenzaron en septiembre se atrasaron tanto a tal punto que la escuela no pudo recibir al alumnado.
La comunidad educativa del Colegio Nacional Nº 2 “Juan Esteban Pedernera” convocó a un abrazo simbólico para este jueves a las 18. El histórico edificio está ubicado sobre Avenida Mitre 873, y mientras estaba en obra la piedra del 26 de enero destrozó por completos las tejas.
“Vamos a cantar el himno que deberíamos hacerlo adentro, le vamos a dar a conocer a la comunidad educativa todo esto a través de un escrito y, además contaremos toda la situación que estamos viviendo”, contó Andrea Barzola, presidenta de la asociación cooperadora del establecimiento, en diálogo con El Chorrillero.
La obra está frenada hace más de 20 días. No hubo por el momento “una justificación o comunicación” por parte de la institución para saber qué está pasando.
En abril del año pasado se hicieron manifestaciones por el mal estado del edilicio. Después de eso el Gobierno provincial confirmó la obra de refacción que comenzó en septiembre (a pesar de que la fecha de inicio era en agosto). Tiene un presupuesto de más de $111 millones.
Mientras tanto, los alumnos seguían acudiendo a clases. “Nos fuimos acomodando, unos por una parte y algunos por otra”, señaló Barzola.
El 15 se diciembre se presentó un acta para reclamar por los avances, ya que solo se veían “parches en las paredes y techos mal pintados”. Desde la otra parte se comprometieron a terminar “a tiempo”.
Por los daños en el techo el Concejo Deliberante autorizó el 27 de febrero la colocación de chapas en lugar de las tejas. De ese modo se daba una respuesta más urgente a las lluvias.
“Ya pasó un tiempo desde que se pidieron las chapas, pero no llegaron. Ahora nadie sabe nada, nadie te dice nada. Yo la llamé dos o tres veces a la arquitecta, pero no me contestó”, aseguró la mujer.
El colegio luce como si estuviera abandonado. Las aulas están inundadas, los techos tienen los huecos porque se removieron las tejas, las paredes tienen grietas y los vidrios están rotos. “¿Quién controló cuando la empresa se fue?”, cuestionó Barzola. “Además esto ya fue presupuestado, o sea que ese dinero alguien lo tiene”, agregó.
Los 1000 alumnos que forman parte del colegio están distribuidos en el Centro Educativo Nº9 Escuela Normal, en la Escuela Nº 33 Vicente Dupuy y en la Casa de la Cultura.
Barzola dejó en claro que están “esperando soluciones” y que ya no quieren elevar más notas ni burocracia: “Acá la única respuesta valedera para toda la comunidad educativa es que la empresa esté trabajando”.
El abrazo simbólico saca un nuevo reclamo a la calle, y persistirá hasta que las autoridades “vengan a dar respuestas”.