VILLA MERCEDES
Colegio Nacional: los padres salieron otra vez a la calle para reclamar soluciones
Después que trascendiera el reclamo porque se paralizaron las obras en la institución, esta tarde llegaron desde San Luis funcionarios de Educación y Obras Públicas a justificar las negligencias que se cometieron y que hoy tienen al edificio destrozado.
Padres, alumnos, ex alumnos y docentes realizaron esta tarde un abrazo simbólico y emotivo en defensa del edificio que es patrimonio cultural de la ciudad. Días antes advirtieron que las obras de refacción estaban paralizadas y por eso reclamaron soluciones urgentes. Todo eso tuvieron que hacer para que esta tarde el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá llegara al Colegio Nacional Nº 2 “Juan Esteban Pedernera”.
El edificio está destrozado. Cuando removieron la totalidad de las tejas que se rompieron con la piedra del 26 de enero no pusieron una protección momentánea y todo lo que estaba adentro se arruinó; el mobiliario histórico y los pisos de pinotea que tienen más de 105 años.
Para los que sienten esa construcción como su propia casa, y que principalmente le dan valor a la historia, sienten dolor y tristeza. No quieren más mentiras. Reclamaron menos palabras y que “se pongan a trabajar los que deben responder por todo esto”.
Los representantes de Educación y de Obras Públicas fueron a explicar y a tratar de justificar las demoras. No se hicieron cargo de las negligencias que se cometieron desde el Estado provincial.
Los padres desmintieron las voces oficiales que en primer momento quisieron hacer foco en el fenómeno climático, pero les recordaron que las aulas que dejaron libres los alumnos en septiembre del año pasado para que sean reparadas “están como aquel día”. Que la gran tormenta que devastó la ciudad solo agudizó los problemas que ya tenía la edificación.
A lo largo de todos estos meses “solo se hicieron parches” y la empresa adjudicataria “tuvo trabajando a 5 o 6 empleados” para una obra de tanta magnitud.
Le desmintieron una nota donde la empresa informaba que el 14 de marzo, los obreros hacían tareas de limpieza. “Acá ese día no había nadie, hasta hoy que mandaron a 9 empleados a quienes les trajeron en una bolsa los uniformes azules y cascos amarillos, para que se cambiaran afuera ¿Creen que estamos equivocados, que tenemos ganas de estar acá y de salir a la calle a reclamar? A nosotros nos gustaría estar cumpliendo nuestras funciones en esta escuela, con los maestros dando clase”, aseguró la presidenta de la cooperadora, Andrea Barzola.
A partir de esto, las clases no comenzaron con normalidad. Una semana después de lo previsto a nivel provincial los mil alumnos fueron distribuidos en tres edificios de la ciudad.
Una mamá reclamó por las malas condiciones en las que se dictan clases en la Casa de la Cultura. Apuntó que “los chicos se descomponen por el calor que hace en horas de la siesta, y todo el lugar es cerrado”.
Expuso: “No están teniendo clases en lugares dignos. Queremos educación para nuestros hijos, más que fiestas y otras cosas, esto debe ser la prioridad”.
Otra cuestionó porque comenzaron a enviar las tareas de manera virtual, que por cuestiones de conectividad fracasaron: “El ministerio de Educación tiene que garantizarnos la presencialidad. La pandemia ya pasó, y saben que lo virtual no funciona, no es lo que queremos. Los chicos tienen que estudiar en las aulas”.
Por otra parte una docente habló del polideportivo de la Escuela Normal que fue dividido con cartones para que los grados asistan. “Hay cuatro aires acondicionados y no funcionan, a los docentes nos apartaron el baño para personas con discapacidad, pero están rotos. Les parece que es digno ir a trabajar de esa manera”, se preguntó una educadora.