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SEQUÍA Y HELADAS

Las pérdidas de los productores ya superan los 14 mil millones de dólares

La sequía persistente y las heladas bajaron en 50 millones de toneladas las proyecciones en soja, maíz y trigo. También pierde el Estado nacional, que dejaría de percibir derechos de exportación por más 2.300 millones.

La sequía castigó al campo argentino.
Actualizada: 18/03/2023 00:43
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La sequía persistente que castiga al campo argentino, que lleva tres veranos consecutivos, hizo caer la proyección de cosecha de soja, trigo y maíz en 50 millones de toneladas, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. Incluso con los mayores precios registrados debido a la falta de oferta, la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a US$ 14.140 millones, lo que también repercutirá en la recaudación impositiva vía derechos de exportación.

No hay palabras para describir el impacto que ha tenido una campaña marcada por todos los récords históricos que registró el clima: déficit de lluvias estivales por tercer año consecutivo, olas de calor persistentes hasta entrado el mes de marzo y heladas agronómicas tan tarde como octubre en 2022 y tan temprano como febrero en 2023. Bien lo experimentó San Luis, que tuvo un registro de hasta cinco grados bajo cero en la madrugada del sábado 18 del mes pasado.

El golpe sobre la “fábrica a cielo abierto” que representa el campo ha sido dramático: cultivos, animales, recursos naturales, han visto semana a semana deteriorarse sus condiciones hasta dejar en vísperas del invierno un vendaval de pérdidas que se extenderán más allá del bolsillo del productor, ya que hay peligro de que se corte la cadena de pagos antes de comenzar con las inversiones de la próxima campaña. Además, si al campo le va mal, lo pagan los pueblos porque se cae el empleo indirecto (choferes, gomerías, estaciones de servicio, fábricas de maquinaria, comercios relacionados con los insumos agrícolas) y las economías regionales en general.

Sólo poniendo el foco en los cultivos de soja, trigo y maíz, que son responsables en conjunto del 87% de la producción de granos en Argentina y del 43% de las exportaciones totales, como promedio de los últimos 3 años, las pérdidas para el sector productor superan los US$ 14.140 millones de dólares. Si a ello se suma el impacto en menor demanda de fletes, labores, servicios financieros, entre otros, las pérdidas totales para la actividad económica nacional ascienden a US$ 19.000 millones. En otras palabras, la sequía ya se ha cobrado 3 puntos del PBI argentino estimado para el año 2023.

Respecto a las exportaciones netas de los tres complejos trigo, incluyendo los despachos de aceites, harinas, biodiesel, y demás productos obtenidos por el procesamiento de los granos, la proyección de ingreso de divisas para la campaña 2022/23 cae a US$ 21.740 millones. Son US$ 13.950 millones por debajo de la anterior campaña y US$ 14.240 millones por detrás de lo que se proyectaba al momento de las siembras, en septiembre de 2022.

Finalmente, como consecuencia de la retracción en las exportaciones argentinas de granos y subproductos, se espera que el impacto sobre la recaudación de derechos de exportación resulte en una caída superior a los US$ 2.314 millones respecto a lo esperado al momento de la siembra. En tanto que se perderían otros US$ 3.742 millones en concepto de otros impuestos, incluyendo ganancias. De este modo, la sequía habría erosionado los ingresos del fisco, que necesita dólares con desesperación, se vería afectada por unos US$ 6.056 millones.

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