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Murió María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges y albacea de su obra

La escritora y traductora falleció como consecuencia de un cáncer de mama que le había sido detectado en los últimos tiempos. Su muerte se produce a la misma edad que el autor de "Ficciones".

María Kodama se casó con Jorge Luis Borges en 1986.
Actualizada: 26/03/2023 18:59
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La actitud guardiana con la que María Kodama manejó el legado de Borges, que en muchos casos llegó a la Justicia a través de distintas demandas, fue una mención ineludible este domingo en redes sociales, donde usuarios y usuarias se inclinaron con mensajes de gratitud por su enorme tarea como divulgadora de la obra del escritor argentino y al mismo tiempo recordaron su celosa tarea como albacea literaria, que le valió numerosas rivalidades y enfrentamientos.

Una galería de imágenes de cientos y cientos de usuarios y usuarias de redes sociales retratan a María Kodama con sus grandes anteojos negros o sus ojos rasgados, su pelo blanco, su sonrisa en mueca mirando a la cámara. Otras tantas son fotografías en blanco y negro con Borges, en un viaje, en una biblioteca, mientras caminan por el Sena o ingresan en algún evento, él tomado siempre de su brazo.

Las redes sociales despiden a la traductora y docente que murió a los 86 años en su casa de Vicente López como consecuencia de un cáncer. La mujer a la que Borges convirtió en la viuda literaria más famosa de nuestro país cuando la nombró albacea sin que ella supiera y le dedicó palabras amorosas en sus libros, otras de las postales que circularon en las redes sociales, como la que le dejó en "La cifra": "Yo pronuncio ahora su nombre María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio".

 

Aunque fue también traductora, docente y autora, Kodama no alcanzó la misma fama con sus otras facetas como sí con la de heredera de Borges, una tarea que asumió polémica, controversial y "samurai", como se la apodó por sus orígenes japoneses. Al despedirla en redes, la filósofa Diana Maffia alternó las formas de su presentación: "Murió María Kodama, escritora, traductora y profesora de literatura, además de la viuda y albacea de Jorge Luis Borges, este 26 de marzo a los 86 años".

La noticia de la muerte de Kodama no pasó inadvertida. El historiador Felipe Pigna la despidió con un "hasta siempre", mientras que instituciones, editoriales y fundaciones se hicieron eco de su partida, como Penguin Random House Grupo Editorial, que lamentó la muerte de una autora con la que "ha trabajado estrechamente en el cuidado y difusión de la obra de Jorge Luis Borges". También, desde la Fundación El Libro lamentaron "profundamente" su fallecimiento.

Justamente, otra batalla que ha impulsado Kodama fue contra el actual presidente de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro, escritor, biógrafo y coleccionista de Borges, con quien ha tenido una larga rivalidad y lo ha acusado en numerosas oportunidades de querer sacar "ventaja" con el nombre de Borges. También llevó su denuncia a la justicia cuando lo demandó por delito de injurias a partir de una nota publicada en una revista.

Santiago Llach, otro estudioso de la obra del autor de "Ficciones", sostuvo en redes sociales que María Kodama "fue la única que no leyó a Borges y la única que lo hizo feliz en el amor. QEPD" y agregó: "El año pasado, contra Borges, publicó un libro rosista (Rosas y el color rosa fueron una obsesión de Borges). Borges decidió morir ginebrino y universal, Kodama eligió su destino sudamericano".

Kodama asumió su tarea de heredera universal como una verdadera guardiana: participó en la decisión de cada edición -incluso frenó ediciones, como la publicación norteamericana de "Diálogos Borges Sábato" que salió en portugués, italiano hasta en idioma chino pero no tuvo edición inglés en ese país por su negativa- y mantuvo numerosos litigios y enfrentamientos, desde demandas de plagios hasta calumnias. También asumió la voz pública de los entretelones de Borges, como cuando salió a decir que "Bioy fue un traidor" porque publicó charlas con su amigo.

En este sentido, tras la noticia de su muerte algunos recordaron su estilo como protectora de los derechos de autor de Borges, como el guionista, productor y director de televisión Luciano Olivera que escribió: "Fuerte leer la muerte de Kodama. Celosa guardiana, excesiva quizás, también necesaria para semejante obra".

Más crítico se mostró Pablo Wisznia, gestor y abogado, que tuiteó: "Con la muerte de Kodama se recupera la obra de Borges en forma plena para las futuras generaciones. Para que el derecho de autor no sea administrado arbitrariamente por los familiares, debería finalizar con la muerte del autor".

Otro enfrentamiento permanente fue con Roberto Alifano, uno los biógrafos de Borges que escribió varios libros en los que relata conversaciones que mantuvo con el escritor cuando era asistente de Borges. Kodama lo demandó por defraudación de los derechos de propiedad intelectual de El Aleph, tras una acusación de plagio y falsificación que la Corte Suprema de Justicia rechazó.

Si hubo un caso que alcanzó revuelo internacional y sacudió al campo literario que se organizó en defensa del autor, fue el del escritor Pablo Katchadjian, que engordó con 5600 palabras el más famoso relato de Borges, "El Aleph".

Katchadjian fue procesado en 2015 por el juez de instrucción Guillermo Carvajal en una causa por presunto plagio de "El Aleph", iniciada a partir de una denuncia de la propia Kodama. El juez sostuvo en ese entonces que el libro "El Aleph engordado", era una ‘copia’ de la obra de Borges, a la que se le "intercalaron palabras, frases y oraciones completas, sin ninguna diferenciación en su impresión". Pero meses después la Cámara revocó el procesamiento por falta de mérito.

En 2019, el escritor y empresario Alejandro Roemmers había ofrecido donar al Estado argentino más de 6.000 libros y manuscritos de Jorge Luis Borges para poner en marcha con ese aporte la creación de un Museo Borges.

En ese momento, el abogado Fernando Soto, quien representaba a María Kodama como viuda y albacea de Jorge Luis Borges, aseguró a Télam que era "absolutamente seguro que Borges jamás dispuso de esos bienes materiales, por eso es verosímil sospechar que puede haber manuscritos comercializados ilícitamente o de mala fe, como ocurrió en colecciones de todo el mundo". Sin embargo, Roemmers, aseguró que la colección no fue un robo y que la compra de las distintas adquisiciones se realizó de manera legal.

La persistente mirada guardiana de Kodama en temas vinculados a derechos de autor fue más allá de nuestro país. En 2006 puso un freno a la publicación de las obras completas por la editorial francesa Gallimard y a un libro de conversaciones con Jean Pierre Bernés. La explicación de Kodama es que Bernés se negaba a entregarle la copia de la conversación que mantuvo con Borges poco antes de la muerte del escritor, en Ginebra.

Pero la protección de Kodama no quedó únicamente en el terreno de los libros. En 2017, una diputada presentó un proyecto para repatriar los restos de Borges y la heredera salió al cruce. En una conversación radial en aquel entonces, dijo que estaba "terriblemente triste" por la iniciativa y consideró que "en una democracia ninguna persona de ningún partido puede disponer o intentar disponer del cuerpo de una persona que es lo más sagrado, frente a otra que ha dado y sigue dando su vida por amor".

En una entrevista con Télam en 2021, Kodama contó sobre ese nuevo título que le trajo la muerte de Borges y que ella no esperaba. "Si hubiera sabido que Borges me nombraba heredera no hubiera aceptado. Por eso, cuando él murió su abogado me dijo que antes de hablar con la prensa tenía que darme la noticia de que me había nombrado como heredera universal. Yo le dije: "¿Cómo no me consultaron? Y él me contestó que Borges le dio la orden de decírmelo cuando él estuviese muerto, porque de lo contrario yo no iba a aceptarlo. Borges sabía que iba a ser yo. Mis amigos me decían: "Claro, fue un vivo, porque sabía cómo vas a cuidar su obra, sos japonesa y si tenés una responsabilidad la vas a cumplir, aunque te cueste la vida".

La muerte de María Kodama a sus 86 años -la misma cifra que Borges- deja como pregunta quién será ahora la persona que asuma la responsabilidad de velar por los derechos de autor de Borges.

Lo cierto es que la obra de Borges seguirá siendo custodiada al menos por unos 33 años más, cuando en 2056 se cumplan los 70 años de la muerte del autor y sus textos pasen a dominio público.

Historia de una relación

La escritora y traductora María Kodama, última esposa de Jorge Luis Borges y heredera universal de su obra, falleció a los 86 años como consecuencia de un cáncer de mama que le había sido detectado en los últimos tiempos, un hecho que no le había impedido lanzar hace dos meses su último libro: "La divisa punzó", una historia del caudillo Juan Manuel de Rosas que escribió a cuatro manos junto con Claudia Farías Gómez.

La noticia de su muerte fue confirmada por su abogado, Fernando Soto, quien escribió en Twitter: "Ahora entrarás al ‘gran mar’ con tu querido Borges. Que en Paz Descanses María”. La viuda de Borges padecía cáncer de mama desde hace unos meses y en su etapa final permaneció recluida en su casa de la localidad de Vicente López.

Kodama se consideraba japonesa porque su padre tenía esa nacionalidad, aunque había nacido en Buenos Aires el 10 de marzo de 1937. Era hija de María Antonia Schweizer, de ascendencia suizo-alemana, inglesa y española, y del químico japonés Yosaburo Kodama. Tras haber cursado una Licenciatura en Letras, participó de varios cursos, en uno de los cuales se reencontró con Jorge Luis Borges, a quien contó más de una vez que había conocido a los 12 años cuando un amigo de su padre la llevó a una de sus conferencias.

Él era 38 años mayor pero eso no fue un impedimento para una relación que se extendió por más de una década y que recién se formalizó legalmente en abril de 1986, dos meses antes de la muerte del escritor, que curiosamente también falleció, como ella, a los 86 años.

"Mi madre me decía que Borges podía ser mi abuelo y tenía razón. Por esa diferencia de edad (él cincuenta y cuatro y yo dieciséis) era una adelantada. Pero, por otro, cuando éramos adolescentes mis amigos hablaban de la familia y los hijos, y yo no quería formar ninguna familia porque mis padres estaban separados y yo al cuidado de mi abuela. Cuando me hablaban de esposas yo solo conocía a las que se les ponían a los presos. Desde los cinco años en mi cabeza ya primaba el razonamiento: yo no quería casarme para ser una prisionera y menos tener hijos que me iban a absorber toda la vida, no quería generarme una esclavitud: quería ser libre", había contado en una entrevista reciente con Télam.

 

Juntos firmaron dos libros: "Breve antología anglosajona", una recopilación de una de sus grandes pasiones conjuntas, la literatura inglesa; y "Atlas", un libro de sus viajes publicado en 1984 con las impresiones del escritor. Esta segunda obra a dúo funciona como una bitácora de los cuantiosos viajes que realizaron. "María Kodama y yo hemos compartido con alegría y con asombro el hallazgo de sonidos, de idiomas, de crepúsculos, de ciudades, de jardines y de personas, siempre distintas y únicas. Estas páginas querrían ser monumentos de esa larga aventura que prosigue", se lee en el prólogo escrito por el autor de "El Aleph".

La obra incluye una foto emblemática de Borges en la que se lo percibe de perfil, sonriente, viajando en globo, una experiencia que el narrador pudo vivir pese a las prevenciones de los encargados de estas travesías que la desaconsejaban por las limitaciones a las que lo exponía la ceguera. Kodama, sin embargo, se jactaba de no restringir los deseos de su marido en nombre de su discapacidad visual.

"Todo el mundo condicionaba a Borges por sus capacidades (porque era ciego, sobre todo) y yo, por lo contrario, soy la libertad. Entonces él sabía que libertad es hacer lo que se le antoja y además correr con las consecuencias de eso que se me antoja. Eso es libertad, como fui educada por mi padre. Yo le decía: "Mire, los peligros que corren son estos, ¿acepta o no acepta?" Y él quería. Entonces yo le decía: "Bueno, después no llore, eh". Estaba feliz. Disfrutaba de todo", evocaba ella.

En 1988, Kodama creó la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que presidió hasta su muerte. Por el celo con que buscó preservar la circulación de la obra del escritor, mantuvo varios litigios legales. El más resonante fue contra el escritor Pablo Katchadjian, a quien en 2015 le inició una demanda por presunto plagio y defraudación luego de que en 2009 usara "El Aleph", de Borges, para un libro titulado "El Aleph engordado" que consistió en sumarle 5600 palabras al texto del narrador. Katchadjian fue sobreseído definitivamente en 2017 y la Justicia Civil finalmente intimó a Kodama a pagar 888.500 pesos de costas y honorarios.

En 2021, la escritora y profesora de Letras se atrevió a hablar de sí misma y de su historia previa a su encuentro con Borges en la autobiografía "María Kodama. Esclava de la libertad", que escribió junto al periodista Mario Mactas. Allí se explayaba en dos aspectos: la envidia que despertó en “amigos” la decisión del escritor de nombrarla heredera de su obra y la insistencia de él en querer casarse.

En el libro publicado por Ediciones de la Flor y escrito por Mactas se puede ver claramente cómo la vida de Kodama se puede dividir en tres etapas: la primera abarca hasta los 16 años -momento en el que conoce a Borges-, la segunda recorre sus años junto al autor de "El Aleph", y la tercera, su vida como viuda del escritor argentino. En uno de los tramos más sorprendentes llega a revelar los celos de Borges y cómo ella nunca soportó ninguna presión, ni ninguna posesión.

"Yo me di cuenta de que era una persona celosa porque habíamos ido a ver como cincuenta veces la película ‘Lawrence de Arabia’. Borges un día me dijo que quizá yo estaba aburrida de ir a verla. Yo le contesté que todo lo contrario, porque Peter O’ Toole era una persona genial. Seis meses después me dice: ‘Estuve pensando en algo que usted me dijo. Ese actor jamás podría ser su pareja porque los irlandeses beben mucho y usted no ha probado alcohol en su vida y Peter O’ Toole es un enano y a usted le gustan los hombres altos'", recordaba Kodama.

Hace dos meses, Kodama había presentado su libro "La divisa punzó", escrito a cuatro manos con Claudia Farías Gómez y centrado en la figura del "Restaurador" Juan Manuel de Rosas. La obra había surgido de las múltiples y contradictorias bibliografías sobre su figura, así como de la correspondencia entre el estanciero y San Martín, de las propias anotaciones personales del exgobernador de Buenos Aires, y también de algunos diálogos con la viuda de Borges había mantenido con el escritor.

Durante una entrevista con Télam, la escritora contó que habló muchas veces con Borges sobre Rosas, ya que su figura siempre la atrajo y, en cierto modo, despertó su simpatía a pesar del entorno totalmente adverso y de la educación que recibió: "La profundización en el tema, me llevó a convalidar lo que yo intuía. Cuando hablábamos de los caudillos federales y de Rosas, Borges empezaba el debate y yo en broma, aludiendo a que él le dedicó a Facundo un espléndido poema, le decía: ´Borges, El General Quiroga va en coche al muere´, a lo que él respondía, ´Bueno. Cambiemos el tema´", reveló durante la charla.(Télam)

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