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De Jerusalén a Siria: las claves para entender la escalada de tensiones en Medio Oriente

Desde que la policía israelí irrumpió en la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén, a inicios de abril, las alarmas han vuelto a sonar en la Franja de Gaza y en las fronteras con Líbano y Siria. Oriente Medio se tensiona un año más al coincidir el mes sagrado del Ramadán para los musulmanes con el Pesaj, la Pascua judía.

Visitantes judíos caminan junto a personas que leen el Corán, en el recinto que alberga la mezquita de Al-Aqsa, conocida por los musulmanes como Noble Santuario y por los judíos como Monte del Templo, mientras surge la tensión durante los enfrentamientos en la Ciudad Vieja de Jerusalén, 9 de abril de 2023
Actualizada: 10/04/2023 10:01
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Jerusalén, la eterna ciudad partida en dos, vuelve a ser el epicentro de unas tensiones que irradian hacia todos los puntos calientes de la región. La violencia que empezó en la Explanada de las Mezquitas y el templo de Al-Aqsa, cuando la policía antidisturbios israelí irrumpió en uno de los lugares más sagrados del islam en pleno mes del Ramadán, ha tenido consecuencias en los territorios palestinos y en países como Siria o Líbano. Aquí explicamos las claves para comprender el conflicto.

¿Qué pasó en Al-Aqsa la primera semana de abril?

Dos incursiones de la policía antidisturbios israelíes en menos de 24 horas marcaron el inicio los días sagrados tanto para judíos como para musulmanes ya que, este año, las celebraciones de ambas religiones coinciden.

Después de que unos 80.000 fieles asistieran a las oraciones vespertinas en la mezquita el martes 4 de abril, cientos de palestinos se atrincheraron en su interior durante la noche para rezar. Algunos dijeron que querían asegurarse de que los judíos extremistas no llevaran a cabo sacrificios de animales para celebrar el primer día de la Pascua judía, como lo habían anunciado unos días antes. Esta antigua práctica está expresamente prohibida por las autoridades políticas y religiosas de Israel.

La policía israelí detiene a una mujer palestina en el recinto de la mezquita de Al-Aqsa tras una redada en el lugar, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, miércoles 5 de abril de 2023. Los medios de comunicación palestinos informaron de que la policía había atacado a fieles palestinos, lo que hace temer una mayor tensión al coincidir las festividades islámica y judía.

Cuando los palestinos se negaron a salir, la policía israelí entró en la mezquita e irrumpió en la sala de oración de Al-Aqsa, donde detuvo a más de 350 personas que calificó de "alborotadores". De nuevo, el miércoles, multitudes de musulmanes se congregaron en la mezquita y sus alrededores para las oraciones nocturnas del Ramadán.

Según la policía israelí, "decenas de forajidos, algunos con máscaras, dispararon fuegos artificiales y piedras contra la mezquita". De su lado, fuentes palestinas denunciaron un "uso excesivo de la fuerza" por parte de la Policía y destacaron que el número de detenidos supera los 500, además de registrar al menos 25 heridos.

Médicos palestinos comprueban los daños en la sala de primeros auxilios de la mezquita de Al-Aqsa, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, tras los enfrentamientos entre fieles palestinos y fuerzas de seguridad israelíes la madrugada del 5 de abril de 2023.

Las imágenes de esas violentas incursiones fueron ampliamente criticadas por países de la región y del mundo. Una denuncia respaldada por la ONU, cuya y relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, declaró: “Condeno enérgicamente el uso excesivo de la fuerza por parte de Israel contra los musulmanes palestinos que rezan en la mezquita de Al-Aqsa durante el Ramadán y sus violaciones del ‘statu quo’. Esta imprudencia corre el riesgo de provocar una mayor devastación a ambos lados de la Línea Verde".

En 2021 y 2022, la policía israelí ya había entrado en la Explanada de las Mezquitas durante el Ramadán, unos actos especialmente ofensivos para la población palestina musulmana, al que se suman estos hechos de violencia. En 2021, las tensiones escalaron hasta llegar a unos cruentos enfrentamientos que duraron diez días entre Israel y Hamás.

¿Por qué es tan importante Al-Aqsa para musulmanes y judíos?

El nombre Al-Aqsa designa el complejo que alberga dos lugares importantes para el islam: la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al-Aqsa. Al-Aqsa está situada en la Explanada de las Mezquitas, o Noble Santuario, que es el tercer lugar más sagrado para esta religión después de La Meca y Medina. Hace parte de Jerusalén Este, el sector palestino de la ciudad santa ocupado y anexionado por Israel.

La Explanada de las Mezquitas está construida sobre lo que los judíos llaman el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo por ser considerado como el último vestigio del Templo de Salomón. Los judíos rinden culto en el Muro Occidental, o Muro de las Lamentaciones.

El Gobierno de la vecina Jordania se considera la guardiana oficial de Al-Aqsa desde que Israel se anexionó el territorio, y delega su gestión a la fundación islámica Waqf. El lugar está abierto a los turistas cristianos y judíos durante cuatro horas al día y cinco días a la semana, pero sólo los musulmanes pueden rezar en él. Así lo estipulan las normas informales, conocidas como ‘statu quo’, establecidas tras la guerra de 1967 en la que Israel tomó Jerusalén oriental, donde se encuentra el recinto de Al-Aqsa, junto con Cisjordania y la Franja de Gaza.

Los palestinos consideran que Al-Aqsa es el último vestigio de su patria que no está bajo control israelí y temen que Israel planee algún día apoderarse de él o dividirlo. Las autoridades israelíes afirman que no tienen intención de cambiar el ‘statu quo’, pero el país está encabezado actualmente por el Gobierno más derechista de su historia, con ultranacionalistas religiosos en altos cargos, que impulsan políticas claramente a favor de seguir anexionando territorios palestinos.

¿Qué tiene que ver Al-Aqsa con los misiles en Siria, Líbano y la Franja de Gaza?

La violencia en el recinto de Al-Aqsa desencadenó la ira en el resto de palestinos que no viven en Jerusalén y en todo el mundo árabe. Desde el mismo miércoles, una oleada de cohetes cayó sobre Israel desde la Franja de Gaza; al día siguiente, 30 proyectiles más alcanzaron territorio israelí desde el Líbano.

Israel afirmó que los disparos no reivindicados procedentes de Líbano eran "palestinos" y muy probablemente del movimiento islamista Hamás, en el poder en la Franja de Gaza. El número de cohetes disparados desde el Líbano fue el más alto desde 2006, pero no se reportaron víctimas mortales por los ataques ni en Gaza, ni en Israel, ni en el Líbano.

Israel no hizo esperar su respuesta y bombardeó tanto Gaza como el sur de Líbano el viernes.

Líbano e Israel se encuentran técnicamente en estado de guerra tras varios conflictos y la línea de alto el fuego está controlada por la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas (FINUL), desplegada en el sur del Líbano.

Las tensiones se intensificaron también en la frontera entre Israel y Siria. A pesar de que Israel suele atacar objetivos vinculados a grupos armados libaneses e iraníes en el país vecino, esta vez fueron cohetes lanzados desde Siria los que alcanzaron Israel durante la noche del sábado en los Altos de Golán, una región estratégica anexionada por el país judío.

Hasta ahora, ningún grupo se ha atribuido el ataque, pero se sospecha que podrían ser grupos armados vinculados a la yihad palestina y apoyados por Irán.

Este domingo, Israel contraatacó por tierra y aire. No se registraron víctimas mortales.

Además, las tensiones desatadas por los hechos de Al-Aqsa también se sienten en Cisjordania, donde el 8 de abril falleció un palestino por disparos de la policía israelí. Sin embargo, la violencia va in crescendo desde hace meses.

Desde enero, al menos 19 personas han muerto en ataques cometidos por parte de palestinos o árabes-israelíes, mientras que al menos 94 palestinos han muerto en incidentes violentos de distinta índole con israelíes. Este ha sido el inicio de año más mortífero en el marco del conflicto palestino-israelí desde 2000. (France 24)

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