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Trabajo esclavo: explotaban a un menor con retraso madurativo en un taller clandestino

En el lugar, ubicado en la localidad bonaerense de Villa Celina, se confeccionaba ropa. En el marco de un operativo, las autoridades rescataron a otras 11 personas. Hay tres detenidos.

El taller clandestino funcionaba en La Matanza.
Actualizada: 16/04/2023 15:35
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Un menor con retraso madurativo y otras 11 personas fueron rescatadas en las últimas horas de un taller clandestino que funcionaba en la localidad de Villa Celina, en La Matanza, donde eran sometidos a extensas jornadas laborales sin descanso para confeccionar ropa que luego se vendía en la feria “La salada”.

El allanamiento del lugar fue realizado por la División de Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA que arribó al domicilio ubicado en el mencionado partido bonaerense a partir de una investigación que se había iniciado hace más de tres meses tras la denuncia de una víctima.

Desde entonces, las autoridades dieron inicio a un sigiloso trabajo en el que realizaron tareas encubiertas en la zona, vigilando y filmando el lugar durante semanas. Con los datos recopilados fue que se pudo comprobar la carga y descarga de mercadería, como así también el ingreso de personas al lugar, quienes entraban en horarios habituales de talleres textiles.

Tras determinar la actividad que se realizaba puertas adentro, se procedió con el allanamiento en el establecimiento que contaba con tres pisos. En estos funcionaban dos talleres clandestinos con 15 habitaciones: seis eran depósitos de telas, cuatro cuartos dedicados al estampado de las prendas y cinco para corte y costura. Además, en el lugar funcionaban dos viviendas particulares.

Allí había un total de 13 personas, las cuales dos eran quienes estaban a cargo del domicilio donde había una falta total de higiene y seguridad y “hacinamiento en la faz habitacional”, según indicaron fuentes policiales. El resto eran trabajadores esclavos.

Entre las víctimas que fueron rescatadas inmediatamente había un joven boliviano de 16 años con retraso madurativo que, al igual que el resto, era sometido a extensas jornadas laborales, sin descanso ni la supervisión de sus tutores.

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