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Habló el padre de Walter Gramaglia tras la fuga de Alberto Figueroa: “No me sorprende, es una desprolijidad más”

El padre del kinesiólogo asesinado en 2004 cuestionó el accionar de la Provincia. Consideró que por las horas transcurridas debe estar fuera del país. En paralelo, el ministerio de Seguridad se mantiene en silencio.

Los padres de Walter Gramaglia.

por Antonella Camargo

elchorrillero.com

Actualizada: 01/05/2023 00:53

“Es una desprolijidad más de las tantas que se cometen en el Poder Judicial de San Luis”, de esa forma Walter Gramaglia (padre) definió la fuga de Alberto Figueroa del Servicio Penitenciario. El hombre de 61 años estaba cumpliendo una pena de prisión perpetua.

En 2008, Figueroa fue condenado por el homicidio de Gramaglia, que había ocurrido cuatro años antes.

Este domingo se supo que el ahora prófugo estaba en la granja del Servicio Penitenciario, ubicada a unos kilómetros de la cárcel. En el lugar, que no contaba con seguridad, solo permanecen unos pocos internos que tienen “buena conducta y no representan peligro”.

El hecho trascendió pasado el mediodía, pero habría sucedido a la madrugada.

“El tipo se fugó a la madrugada y recién tipo 11 ‘descubren’ su ausencia. Seis o siete horas después. Tiempo suficiente para salir de la provincia”, cuestionó el padre del kinesiólogo.

Gramaglia apuntó a que “estas fugas requieren mucho apoyo externo y mucha logística. La organizan gente muy profesional. No son amateurs. Son para no volver más. Te ofrecen también sacarte del país”.

El escape tuvo un fuerte impacto y se convirtió en la noticia del fin de semana extra largo. En medio del silencio oficial se generaron especulaciones alrededor de la hora a la qué ocurrió y el momento que recién fue advertido por el Servicio Penitenciario. En el caso de la desaparición de Guadalupe Lucero siempre hubo interrogantes y también cuestionamientos sobre el accionar de la Policía en las horas inmediatas.

El hombre, que reside en Córdoba, que habitualmente recorre los medios de San Luis contó que se enteró por El Chorrillero que Figueroa había escapado.

Además, transmitió su malestar porque hace dos meses aproximadamente, se comunicaron desde la Justicia de San Luis con él para que manifestara su posición ante la posibilidad de “concederle la libertad” a Figueroa.

“Fue de forma muy desprolija. Me hablaron a mí como particular damnificado, pero no fui el único”, expuso. Dijo que fue mediante una notificación con la Policía y él respondió “diciendo que era un despropósito, que no era la forma de actuar”.

Después de eso, se contactaron con su hija y con el abogado que fue su patrocinante en la causa, José Luis Dopazo.

“Me preguntaban si yo estaba de acuerdo en conceder la libertad al que asesinó a mi hijo”, insistió con molestia.

Gramaglia reconoció que le “sorprendió y no tanto” la fuga del condenado porque “ya la veía venir”.

“Sabía que el comportamiento al que aludían en la Cámara no era exacto, decían que era un comportamiento ejemplar. Todas mentiras”, advirtió sobre el planteo de la Justicia.

Al mismo tiempo, estimó que “si estaba planificado puede estar fuera del país” por el tiempo transcurrido.

“Ojalá lo puedan encontrar, sería lo correspondería”, dijo.

Figueroa fue condenado por el homicidio calificado con alevosía de Darío Walter Gramaglia, el kinesiólogo de 29 años asesinado en 2004, cuyo cuerpo sin vida fue hallado sumergido y atado a una viga en el dique La Florida el 9 de octubre de ese mismo año. Había desaparecido 17 días antes.

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