Barba en la festividad del Cristo de la Quebrada: “Jesús nos quiere dignos, de pie, con vida, con dignidad, con esperanza”
El obispo de San Luis encabezó la misa central y la procesión. Llamó a los fieles a dejarse amar, iluminar y llevar por Dios.
Ante una multitud, el obispo de San Luis, Gabriel Barba presidió la misa central en el Día del Cristo de la Quebrada. La celebración se realizó en la explanada de la parroquia y comenzó a los 15:20.
Monseñor hizo alusión a la historia del Santo, que fue descubierto por Tomás Alcaraz cuando estaba hachando un árbol: “Llegó un hacha que lo liberó y nos lo abrió para todos nosotros”.
“Aquello que estuvo oculto, como que la naturaleza lo guardó hasta el momento oportuno. Esta imagen tan pequeña, pero que encierra tanto”, expresó en su homilía.
Barba habló de la cruz, que durante mucho tiempo fue vista como “un instrumento de tortura y de muerte”, pero que ahora es vista como “árbol de la vida”.
La misa comenzó a las 15:20.
“Cristo fue levantado en alto, entregando su vida por todos nosotros. Con su sangre lavó nuestras culpas y pecados. Con su entrega la cruz demostró la calidad de amor que tenía, de fidelidad, que lo llevó al final. Ya no vemos la cruz como algo de muerte porque Dios lo ha resucitado”, explicó el obispo.
Desde las primeras horas de este miércoles, los devotos del Cristo arribaron a Villa de la Quebrada. Algunos recorrieron el calvario y muchos se quedaron para escuchar la misa y luego participar de la tradicional procesión.
“Celebrar estas fiestas nos tiene que llevar a mirar nuestra vida desde la luz del Cristo crucificado, que viene a cambiar nuestra vida. También aquello que no tiene sentido o que es signo de muerte. Si lo vivimos con Jesús, si nos dejamos llevar, entonces Cristo siempre va a transformar la muerte en vida”, siguió monseñor.
Los fieles acompañaron la actividad central del día.
Llamó a “aceptar la cruz que nos ha tocado porque va a ser camino de redención” y a querer que “Dios escriba una historia distinta en nosotros, y transforme nuestras sombras en signos de vida y de esperanza”.
“Como pueblo de San Luis, dejemos todas nuestras intenciones, necesidades y dolores. Pidamos que él sea aquel árbol donde nos apoyamos. No guardemos la vida eterna para después de la muerte. Se construye ahora”, afirmó Barba.