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Una nueva estafa virtual en Merlo: un hombre perdió $41 mil

La víctima quería vender una cama y estafadores lograron “marearlo” tras más de una hora al teléfono para que transfiera por error el dinero. Contó lo sucedido para que no le pase a nadie más.

foto ilustrativa
Sucedió en Merlo.
Actualizada: 05/05/2023 22:23
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Este jueves, Nicolás Greco, vecino de la Villa de Merlo y humilde trabajador de una tienda de ropa, sufrió una estafa virtual. El engaño fue congeniado con mucha paciencia y contó con una elaboración digna de un film hollywoodense.

Un supuesto comprador de la cama que tenía publicada en Facebook, su señora y un aparente trabajador de un banco fueron los protagonistas de este robo que, según contó la víctima a El Chorrillero, pudo haber tenido peores consecuencias.

“Tengo dos camas con dos colchones a la venta. Lo publicamos hace un tiempo (con su pareja), para ver si se vendía en distintos grupos de Facebook”, comenzó relatando Nicolás.

Según sus dichos, hasta el pasado miércoles, diversas personas se habían comunicado por mensajes haciendo algunas consultas, pero no lograba venderlos.

Crónica de una estafa orquestada

Anteayer, la pareja de Nicolás recibió un mensaje de una mujer que le comentó estar interesada en las camas y colchones. A partir de esta acción comenzaron las supuestas negociaciones.

Al otro día, una persona se comunicó diciendo que era el marido de esta señora y pronunció que irían a comprar lo ofrecido.

El hombre, en ese momento, le dijo que no tenía todo el dinero a disposición, pero que su mujer le transferiría una parte a Mercado Pago y, más tarde, cuando fueran a buscar las camas, le daría el resto en efectivo.

“Raro que te quiera mandar la parte antes de ver el producto, pero bueno”, analizó ya en frío Greco sobre aquel momento.

Luego continuó relatando que, al rato, le enviaron un aparente comprobante de una transferencia. Él no prestó mucha atención a este documento.

“Yo vi que decía $200 mil, pero dije ‘bueno, capaz vi mal yo’”, comentó al respecto.

Momentos después, este supuesto comprador se comunicó con Nicolás aludiendo que se habían confundido, que por favor le devolviera el dinero.

Nicolás chequeó en su cuenta si tenía esa suma, vio que no lo había recibido y le contestó al hombre, con la mejor intención, que cuando lo recibiera se lo devolvería en su totalidad.

Aquí empezó a tomar forma el entramado de esta compleja estafa. El hombre le dijo que esperara, que podría haber demoras por parte del banco y Nicolás le creyó, quedando a disposición de esta persona.

“El hombre me llamaba varias veces para decirme, muy preocupado, que la cuenta era de una empresa, que esa transferencia le podía armar un lío porque el pago era muy grande”, relató.

Al escuchar a esta persona tan consternada, el merlino se puso nuevamente a disposición para darle una mano y que ese dinero vuelva a sus manos.

“Mira, yo ya hablé con el banco, hicimos todo para la cancelación de este envío”, fueron las palabras del estafador, quien se mostró preocupado porque Nicolás “se quedara” con su dinero. El joven le transmitió tranquilidad y la conversación siguió con el presunto llamado del banco.

Previo al llamado desde esta institución ficticia, a Nicolás le habían dado una serie de pasos que él debía seguir para ayudar a esta persona. “Vos deciles que en realidad es como un préstamo, por el tema de la AFIP, que ese no era el monto que necesitabas”, le dictó el estafador.

Greco accedió y, cuando lo llamó otra persona haciéndose pasar por un empleado bancario, comenzó una etapa de mareo y la confusión.

“Me empiezan a hablar, a preguntar muchas cosas y me dicen ‘mira, ahora la plata no te va a llegar a tu cuenta, se va a desviar a otra’”, comentó Nicolás, quien debió pasar los datos de esta segunda cuenta.

“Yo estaba solo, me fui hasta el negocio de mis papás y en ese momento usé el Mercado Pago de ellos para ver qué podía hacer”, contó.

En ese momento, Greco refirió sentirse “preocupado, pensando que había una persona del otro lado en la que se estaba por meterse en un problema”.

Por intentar ayudarlo, comenzó a seguir una serie de pasos. La secuencia se tornó larguísima.

“Se fue extendiendo la charla. En ningún momento me decían que yo mande plata, pero empezaron apretá acá, apretá este otro botón, tenés que poner este alias…”, relató Nicolás. Para este entonces, la conversación ya llevaba unos 45 minutos.

El joven, con buena predisposición, iba haciendo todo lo que este supuesto empleado del banco le ordenaba hasta que, sin preverlo, cayó en la trampa.

“Escuchaba como podía. Gente entraba al negocio, entonces yo me iba fuera para hablar y, en el medio de todo el lío, sin darme cuenta, le transferí la plata”, comentó consternado.

Tras una hora y diez minutos de llamado, la situación se fue de las manos: “Me hicieron sacar un crédito con Marcado Pago, que yo nunca lo había hecho, no sabía ni cómo era. Te hacen todo un juego con mi teléfono, el de mi novia, la gente que entraba, toda la situación, y me sacaron la plata que teníamos en ese momento en la cuenta de ella, más este crédito”, detalló.

Esta compleja y muy pacientemente orquestada maniobra le costó $41 mil a Nicolás.

Sin embargo, más allá de la desgracia, Greco comentó que pudo haber sido peor, ya que los delincuentes buscaban sacarle esos $200 mil que habían, supuestamente, transferido por equivocación.

Una charla con su padre le hizo darse cuenta que todo había sido un engaño. Para cuando intentó recuperar el dinero, ya era tarde.

“Escuchando y conociendo otras historias te vas dando cuenta de que hay mil formas de estafarte”, comentó el joven merlino, lamentándose por lo sucedido.

“Uno está tratando de salir adelante y va todo para atrás”, concluyó Greco con bronca y desilusión.

Hoy solamente quiere vender su cama para poder recuperar algo del dinero que perdió. Quien quiera comunicarse con el joven para darle una mano puede contactarlo por su cuenta de Instagram @greco.95.

 

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