Joaquín Mansilla: “Esta es una oportunidad histórica de generar una alternativa superadora al modelo feudal de Alberto Rodríguez Saá”

-Daniel Miranda: fuiste diputado provincial entre 2017 y 2021 ¿Qué pudiste hacer como legislador?

-Joaquín Mansilla: un montón de cosas. La primera fue darle participación popular a la experiencia en la Legislatura. No solamente promovimos iniciativas respecto de las necesidades de los sectores populares y visibilizamos la mala nutrición en los barrios y la falta de viviendas; también logramos hacer aprobar leyes como la creación del colegio de higiene y seguridad en el trabajo, que en ese momento le solucionó el problema de trabajo a más de 200 familias que necesitaban la formalización de un colegio para ejercer una profesión. Fue una experiencia colectiva con muchos involucrados para poder gestionar los acuerdos dentro de la oposición y con el oficialismo, incluso en el Senado. También logramos aprobar la ley del Día de la Paisana Puntana. Este fue el primer año que se celebró, el 8 de febrero. Y dejamos instalados temas como la emergencia alimentaria, la necesidad de controlar la salud de los sanluiseños en el momento de la pandemia, cuando el Gobierno se ausentó de los barrios populares y se demostró la deficiencia del sistema de salud. Le dimos protagonismo a la lucha colectiva.

-¿Cómo hay que entender la presencia de Libres del Sur en Cambia San Luis?

-Habría que explicar por qué no estar. Es una oportunidad histórica de generar una alternativa superadora al modelo feudal que lidera Alberto Rodríguez Saá. Siempre fuimos partícipes de una lucha por una alternativa superadora. En Cambia San Luis venimos construyendo una relación con Claudio Poggi, una oposición que se plantee como algo real. Queremos construir vasos comunicantes con toda la oposición desde hace mucho tiempo. Estamos en Cambia San Luis para darle protagonismo a los sectores populares en la nueva era que se viene en San Luis.

-¿Qué trabajo hace Libres del Sur?

-Gestionar en los sectores más necesitados casi sin recursos, con lucha, con lo poco que podemos conseguir. Sostenemos más de 200 centros alimentarios en San Luis, donde servimos más de 10.000 porciones semanales de alimentos entre almuerzos y meriendas. Gestionamos soluciones para los que no tienen acceso a un trabajo formal, que viven de la changa, les conseguimos el plan Potenciar Trabajo para que tengan un ingreso que les permita salir de una situación extrema. También gestionamos viviendas, impulsamos el Registro Nacional de Barrios Populares, que es un relevamiento de esos asentamientos para que puedan acceder a un certificado de vivienda y a servicios básicos. No solamente asistimos a la emergencia diaria de la falta de alimentos, también los organizamos políticamente para que entiendan que no es natural la desigualdad, es producto de los malos gobiernos, que hay que involucrarse.

-Intermediarios y gestores…

-Militantes. No intermediamos, le damos poder a la gente. Cuando el poder se concentra en pocas manos se envicia, se transforma en algo autoritario como pasa en la actualidad. Transformamos el poder a la gente humilde, a los barrios, a los jóvenes, a las mujeres. Es lo que cantábamos cuando éramos más jóvenes: “Crear, crear poder popular”. Llevamos propuestas y soluciones a los barrios. Cuando hacemos un relevamiento de la malnutrición en los barrios, con cifras que el Estado no quiere, lo hacemos con los militantes, caminan puerta a puerta, con un metro y una balanza para tener peso y altura de los niños y elaborar los índices reales.

-El Gobierno parece empecinado en no reconocer el cuadro social en el que vive San Luis. Por la militancia que hacen, ¿cómo ven reflejada esa situación social que atraviesa la provincia?

-No lo reconoce el Gobierno provincial porque tiene una responsabilidad mayúscula, sería reconocer su fracaso. El primer dato es la malnutrición y la falta de acceso a una alimentación saludable. Más del 40% de los niños y adolescentes de San Luis sufren esa malnutrición, es un dato actual de un relevamiento que hacemos cada seis meses. Malnutrición implica desnutrición, bajo peso, sobrepeso y obesidad. Pasa en los distintos núcleos urbanos de la provincia en niños de 0 a 18 años. Es un producto de la falta de recursos, la gente come lo más barato, fideos, arroz, harinas. Deja de lado carnes, cereales, frutas y verduras, lo que daña a los niños en la etapa de crecimiento y predispone a sufrir diabetes e hipertensión. Es producto de la pobreza.

-El Gobierno dice que ustedes politizan la pobreza que hay en la provincia.

-La pobreza es política. Porque la pobreza es producto de sus malas decisiones, de concentrar los recursos, de no redistribuir, de no cumplir el rol del Estado que es proteger a los más débiles y desregular el mercado en una provincia tan rica como la que tenemos, porque San Luis tiene los recursos para que no haya pobreza. La pobreza es política y tiene que tener una solución desde la política.

-¿Cómo se las rebusca la gente hoy?

-La gente vive en la informalidad, tiene changas y algo de asistencia social que se mantiene más allá que los gobiernos, buscando cumplir con el FMI y recortar para tener caja para las elecciones, va podando las ayudas sociales. San Luis, en la pandemia, estuvo muy por debajo en cuanto a asistencia estatal, alimentaria, en los barrios populares. Mucha gente que tenía el Plan de Inclusión se vio obligada a renunciar a otras asistencias con las que paraban la olla porque el Gobierno provincial entendió que ya no le servía políticamente.

-¿Aumentó la cantidad de planes sociales nacionales en San Luis?

-No, disminuyó. La Nación los recortó desde que está Sergio Massa en el Ministerio de Economía, con la anuencia de Alberto y Cristina Fernández. Se planteó cumplir con las metas de ajuste fiscal del FMI.

-¿Y en cuanto a los planes sociales de la provincia?

-También hay recortes. La Ley de Reempadronamiento que combatimos en la calle fue una estrategia para achicar el gasto del Estado, dejando sin oportunidad a mucha gente que con eso vivía y comía. No pasa solamente que Alberto Rodríguez Saá tiene una mirada negativa, piensa que es un gasto que no le sirve, también vio que ya no es una herramienta de coerción política para ganar las elecciones.

-¿Por qué le quieren ganar a Alberto Rodríguez Saá el 11 de junio?

-Porque entendemos que en San Luis, para tener una sociedad más justa, democrática e inclusiva primero hay que resolver la hegemonía del poder concentrado que tiene Alberto Rodríguez Saá, omnipresente en toda la vida institucional, lo que impide una vía democrática que piense en un programa para un San Luis con más futuro.

Rodríguez Saá sólo quiere sostenerse en el poder, sus políticas sociales se lanzan antes de las elecciones y después se cierran y se vuelve a la incertidumbre. Es una gestión que no está presente en los barrios, no asiste a los sectores más necesitados y no genera alternativas para solucionar la pobreza en San Luis, aun habiendo tenido los recursos para hacerlo.

-¿Qué mirada tiene de la gestión de Sergio Tamayo en la ciudad?

-Fue la cara del ajuste en el municipio. Llegaron en 2019 para recortar el gasto en el boleto educativo, donde dejaron de lado una política universal, que pasó a convertirse en clientelar. Hicieron acuerdos con Edesal sobre cómo aumentar la recaudación y también buscaron sacar más dinero por el uso del agua, que es un derecho humano básico. En lugar de transformar al Municipio en una institución presente en los barrios, hicieron todo lo contrario. Los barrios están desatendidos. Ahora aparece pintando cordones y arreglando alguna plaza, pero no resuelve problemas como el desmalezamiento y el alumbrado público, sabiendo que en los barrios populares es donde más se siente la inseguridad.

Video: Víctor Albornoz – Edición: Juan Ledesma – Fotos: Marcos Verdullo