Historias de San Luis: el hombre que peleó con el diablo en San José del Morro
Esta historia la conocía toda la gente del pueblo y de alrededores, Bruno Chavero era un hombre común, un jornalero.
Un día le habló a toda la gente de Loma Blanca (paraje cercano al Morro) y les dijo: "hoy martes 13, a las doce de la noche, me toparé a pelear con “el mandinga”, ustedes deben salir a buscarme, al primer canto del gallo, no se olviden, estén atentos, yo tengo que resistir, hasta que el gallo dé su primer canto”.
Luego se despidió de todos. Los vecinos le creían fehacientemente y sabían que era imposible que Bruno saliera vivo.
Esa noche la gente permaneció despierta, esperando el primer canto del gallo, las mujeres rezaron el rosario, los hombres hablaban sobre la locura de Bruno.
Al dar el gallo su primer canto, todos salieron en busca de Bruno, era de madrugada pero todavía estaba oscuro.
Se alumbraron con candiles, recorrieron toda la zona, porque no sabían el lugar exacto donde se encontraría Bruno con el diablo.
Al fin, lo hallaron sobre una pirca de piedras, moribundo, todo arañado, semidesnudo y la poca ropa que tenía estaba despedazada.
A simple vista parecía estar muerto.
Al recobrar el conocimiento les contó cómo fue la pelea. Les dijo: el diablo se me presentó en forma de un muñeco enano con enormes ojos, luchamos incansablemente, él quería llevarme a un pantano, donde muy cerca había una isleta de chañares, si el maldito lograba eso, nos les podría estar contando esto ahora…según creo hemos peleado toda la noche cuerpo a cuerpo.
De repente, me soltó, debe de haber cantado el gallo no lo sé, porque yo me sentía muy aturdido, al girar mi cabeza para mirarlo, veo un enorme perro negro, feo, como baboso, con enormes dientes: era el mismo diablo que se había convertido en perro y me preguntó: – ¿que es lo que queres?- yo le respondí: -quiero tener mucha fuerza y que ningún hombre me supere- ese fue su pedido al mandinga y fue concedido.
Cuenta la gente del lugar, que Bruno hacía cualquier cosa demostrando su fuerza física.
Era como un animal. Todos creyeron en que realmente había peleado con el diablo y lo había vencido, porque era sobrehumana la fuerza que tenía.
También contaba un tal Mario Funes que era compañero de trabajo de Bruno, que una tarde, estando los dos sentados bajo una galería.
Mario empezó a decirle: "¿che, es verdad que tenìs’ trato con el mandinga, porque no lo demostras?".
Bruno sonreía y el otro le insistía: "dale, hacè algo, todo la gente dice que vos tenes trato con el coludo”.
Bruno le contestaba: "no molestes que te voy hacer cornear con esa osamenta de vaca".
Los dos reían, como bromeando. Era una osamenta de vaca que estaba a unos metros de ellos, con los huesos secos y se dejaba ver la cornamenta. Mario Funes lo seguía molestando y contaba que Bruno hizo un pequeño movimiento con la mano y de repente se levantó la osamenta y lo encaró, como si estuviera viva, la vaca. Casi muere del susto. Apenas vino el patrón al campo le contó lo sucedido. Por lo que el patrón decidió dejar sin trabajo a Bruno.
Bruno pasó mucho tiempo trabajando como minero en El Yulto (lugar cercano al Morro, donde existían muchas minas de granito).
Era un minero muy trabajador y forzudo.
Cuentan los compañeros que luego de la agotadora jornada de trabajo, al atardecer, solían jugar al truco y estando jugando, Bruno, les advertía:"hoy va a venir a buscarme una pelotita negra, pero ustedes no tengan miedo, nada les va hacer".
Dicen que llegaba saltando una pelotita negra y que Bruno se iba con ella y desaparecía.
También sabía ir a buscarlo un vizcachòn grandote.
Los mineros no le temían y ya estaban acostumbrados a ver esto tan raro.
Cuentan que un día los reunió a todos y les mostró un libro sumamente raro, con escrituras imposible de entender.
Bruno les explicó que allí, en ese libro se encontraba el secreto de su fuerza sobrenatural.
Bruno, se fue muy lejos de los pagos del Morro y nunca más volvieron a saber de sus andanzas.
( Autora: Fernanda Quiroga)
Fuente: Mary Silvia- San José del Morro – Pinceladas de Recuerdos
Relato extraído del sitio Pueblo y Parajes de San Luis cuyo administrador es Gastòn Bertola.