Valeria Lange y su desafío en Villa Mercedes: “Tener una ciudad que apuesta al crecimiento, a la generación de trabajo y conectada con el mundo"

Valeria Lange presentó esta semana las propuestas para la ciudad si el 11 de junio es electa intendenta. Con bases en la arquitectura, que son su formación, trazó un diagnóstico de la ciudad que se merecen los villamercedinos: revalorizar la identidad, proyectar el crecimiento, pequeñas comunidades conectadas entre sí, y cómo los modelos políticos (la visión) se plasman en los territorios.

“Tenemos que entender a la ciudad no como un organismo sin vida, porque no es solamente calles, infraestructura; tenemos que pensarla como un organismo vivo, en contante movimiento y transformación”, sostuvo Lange en el inicio de la exposición donde estuvo acompañada por el candidato a gobernador, Claudio Poggi y demás dirigentes de Avanzar y Cambia San Luis. Así graficó la comparación con el organismo humano que está conformado por sistemas: “La ciudad tiene sus sistemas, que son las circulaciones”.

También habló de cómo se transformaron las sociedades con el tiempo; de estructuras sólidas, a inestabilidad, falta de cohesión, carente de formas, caótica. Ahondó el concepto de la “ciudad fragmentada” (donde está roto el tejido social, donde hay formación de guetos sociales y violencia) pero no solo se detuvo en Villa Mercedes sino que introdujo ejemplos de otras ciudades latinoamericanas donde pudieron hacerse grandes cambios.

“Estamos atravesando una crisis política donde sobre todo los jóvenes están en una postura que la política no sirve, y tenemos que ser lo suficientemente atractivos, transparentes para volver a recuperar la confianza de los jóvenes y volver a generar políticas, y no hacer politiquería, desactivar la corrupción. Si no podemos traspasar esos conceptos de la nueva política hacia las nuevas generaciones no vamos a progresar como sociedad. Desde este espacio estamos dispuestos a trabajar desde nuestra profesión, no haciendo política porque sí, sino desde el lugar que se pueden transformar realidades”, sostuvo.

Habló de los problemas que dejó la pandemia y que todavía no están resueltos. La falta de vivienda y de oportunidades de trabajo. De los barrios y la necesidad de recuperar el sentido de pertenencia, y como estado, de recuperar el terreno perdido en esos sectores “que son tierra de nadie”.

“La Pedrera es un tapón urbano, donde se inyectan fondos públicos en un solo punto de la ciudad”, consideró. Y comparó esa con la obra del puente Monseñor Miranda que tuvo un impacto social y de conexión para los habitantes, además de regenerar toda la zona para sus habitantes. Que además se hizo con “casi un décimo de ese presupuesto”.

Repasó cómo se formó la ciudad en sus inicios, desde el Río Quinto (en el punto fundacional) hasta la estación de trenes y el funcionamiento del Molino Fénix. Y cómo la Avenida Mitres fue para el funcionamiento la columna vertebral.

Del presente, mostró una ciudad “fragmentada” con crecimiento desordenado y caótico, donde en el último tiempo “aparecieron las villas miserias”, donde “por gestiones y falta de visión política e interés, en este momento está absolutamente abandonada”. Hay una desatención del territorio, según insistió.

En este sentido presentó los gráficos que muestran cómo la falta de política de vivienda, que se descontinuó a partir del 2015. Puntualmente lo que sucede en el Barrio Eva perón 3, donde las casitas son de nylon. Ese es un sector donde se están generando los asentamientos.

“La gente está resolviendo el problema habitacional como puede”, señaló Lange.

“Tenemos que ver la fotografía de la ciudad tal cual es, tenemos que atender urgentemente eso, porque ahí están las personas que más sufrieron las consecuencias del último temporal”, agregó.

Consideró la proyección de una ciudad con la visión “de conectarnos” desde todos los ámbitos. “Los ciudadanos están haciendo lo que pueden, la industria también, todos tratando de sobrevivir, no hay contención. Acá es fundamental el concepto de conectar, dar vuelta esta situación de ciudad fragmentada, y reflexionar sobre la gran oportunidad que tenemos como ciudad. Una escala de ciudad trabajable, en vía de definir si vamos a ciudades sustentables, con topografía que nos condiciona, y una trama urbana regular, donde podemos generar sistemas de transporte alternativos”, dijo.

También puso importancia en generar “un trabajo inmenso en el territorio, con el vecino, en el barrio porque tenemos que recuperar sí o sí los vínculos, escucharlos porque están totalmente desatendidos, tenemos que generar confianza, trabajar para hacer una ciudad más habitable, amigable, segura y limpia”. También “mitigar la migración de jóvenes; proteger y potenciar la educación y la cultura; y recuperar el espacio público”.

Así planteó la formación de barrios pueblos (ciudad de 15 minutos) que tengan los servicios para hacer digna la vida de los vecinos, con acceso al transporte, más integrados y cohesionados, y que funcionen como una red. “ Si no estamos presentes no vamos a entender nunca la problemática”, completó.

Expuso el gran problema de drogas “que el gobierno no lo visibiliza, y no le importa”. En ese sentido el desafío que se propondrán para “sacar a nuestros chicos de la calle”, y “transformar” todo eso que ocurre.

También anticipó que trabajará en la creación de un nuevo cuartel de bomberos en La Ribera.

“En Villa Mercedes se están debatiendo estos dos tipos de modelo, la continuidad o el cambio. Una elección histórica, donde salimos de un sistema y vamos a entrar y tener diferentes visiones, donde vamos a decidir cómo proyectarnos y a crecer: tener una ciudad que apuesta al crecimiento a la generación de trabajo a que nuestros jóvenes se queden, a que las universidades se vinculen con el medio y la industria, y trabajar con una ciudad futura conectada con el mundo”, dijo al final.