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Villa Mercedes: la triste y desolada historia de los que duermen en la calle

La pobreza ha puesto a la sociedad al límite de la indigencia. Siempre es la solidaridad de los vecinos la que permite atender las situaciones que se exponen en las redes sociales. 

El dolor de dormir en la calle.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 02/07/2023 12:11

Aunque las situaciones que llevan a una persona a vivir en la calle pueden ser variadas, es imposible no relacionar su contexto a la pobreza que transita, en particular la provincia de San Luis. Que hace rato dejó de ser ajena a los flagelos de las grandes ciudades del país. Estar inmersos en esa realidad, es la última opción de todo (es tocar fondo) posiblemente porque antes fallaron todos los organismos de asistencia que tiene un Estado.

Todo el tiempo las redes sociales se hacen eco de estas situaciones, y entonces se despliegan en muchos casos acciones solidarias. Por la empatía es que estas historias se hacen públicas.

El 19 de abril Nelly Muñoz graficó lo que sintió al ver dos abuelitos en situación de calle, con hambre y con frío durmiendo en la Terminal de Ómnibus, de Villa Mercedes.

“Millones y millones invirtiendo en traer cantantes y no invierten en un buen hogar familiar para gente en estas situaciones. Ojalá tuviera recursos o ayuda para ayudar, hoy les brindé un café calentito y una medialuna”, contó.

“Sé que no fue suficiente. Charlé con ellos y uno no es de la cuidad, no quiere moverse mucho porque tiene miedo a perderse. Me pidió que lo ayude que si sabía de algún comedor de algún lugarcito para dormir por qué está muy frío. Le comenté que esto lo iba a subir a las redes así podía pedir ayuda, buscar alguna solución. Es tan triste”, señaló.

Pidió a quienes tienen responsabilidades que “vean a la gente que realmente necesita ayuda, que andan tirados sin un techo”.

Félix Omar Tobares tiene 75 años y es una de esas historias. Todas las noches se refugia entre los pasajeros y los micros porque el invierno es cada más rudo. No es fácil conciliar el sueño en la madrugada por eso cuando se duerme, al otro día se termina despertando alrededor de las 11, y otra vez sale a la calle.

En una entrevista en un radio contó que algunas ocasiones lo quisieron correr: “Les dije que era un ser humano. Una cosa que no tiene explicación. La gente que realmente necesita una mano la discriminan. Como uno es viejo se quieren aprovechar de uno. Gracias a Dios estoy vivo”. También dijo que hace un año está esperando que alguien le tienda una mano.

 

Hace dos años que Claudio, de 46 años, deambula por la ciudad porque no tiene techo. En Pedernera y Necochea se refugia del invierno, y anda con un carrito donde transporta lo que le dan, o lo que usa para hacer su cama a la intemperie.

“Fui a pedirle ayuda al intendente, a Acción Social, pero siempre me ignoran. Estoy pasando una situación jodida”, comentó.

Necesita conseguir un empleo. Dijo que es “trabajador del campo” y que espera una oportunidad donde poder estar y pasar estas bajas temperaturas. “Yo voy y que me den lo que sea para poder estar, para poder vivir, pasar el invierno. Yo le trabajo, le colaboro sin parte de cobro de nada, simplemente eso”, señaló.

Come lo que le van dando las personas que lo conocen. “Soy de Villa Mercedes. Estoy así porque tenía casa, después falleció mi viejo y están mis sobrinos, mi hermana, manejan ellos, todo el sistema entonces yo quedé en la calle”, le transmitió a Radio La Bomba.

Para que todos sepan el frío lo está “matando” por estos días.

El Chorrillero se encontró con otro hombre sin hogar, de esos que no duermen siempre en el mismo lugar. Por lo general se los ve en los espacios públicos. Esa noche estaba en una esquina de la Plaza del Mercado.

Walter Iván Agüero, de 42 años, dormía en la Plaza San Martín, en la esquina de Maipú. La semana pasada Naty Irionera pidió ayuda por él en Facebook. Dijo que necesitaba ropa y calzado. “Sabemos que ver estos casos en provincias grandes son muy común. No dejemos que sea común en la nuestra. Cualquier cosa sería de gran ayuda”, escribió.

Sus palabras llegaron y Walter se chocó con la suerte y la humanidad de alguien que le ofreció un sitio para dormir calentito. “Una señora lo conocía, contó que hace muchos años él la ayudó, y que ahora le toca a ella. Dios sabe el propósito de su vida y Walter super agradecido. Ahora le hace falta un poco de ropa”, relató la joven.

Dario Gil se encontró algo parecido. Semanas atrás contó que se había encontrado con un señor que a las 3:40 de la madrugada buscaba algo para comer. A cuestas llevaba un carrito repleto de cartones. “Me ofrecí a llevarlo y me invitó a ver su humilde casa”, escribió y publicó fotos, con lo cual no había nada más que aclarar. “Necesita ayuda”, pidió.

De lo que se puede observar en las imágenes, improvisó un hogar en un cuadrado donde las paredes están a la mitad y le puso un nylon que le sirve de techo. Como no tiene la altura necesaria, debe entrar agachado. Es indigno, pero está refugiado un poquito más que si estuviera en algún rincón de un edificio del centro.

Fernando, otro usuario de Facebook expuso el 1º de junio cómo un señor dormía todas las noches frente a un negocio, en plena Avenida Mitre, frente a la Plaza Sarmiento. “Pareciera que no tienen visión para estas cosas, un hombre que no podría decir la edad, ni tampoco de quién se trata, que en definitiva no es lo importante, es una persona, está frío y a medida que pasen las horas, será peor”, comentó.

Colaboración en informe: Sonia Schoenaker

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