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VILLA MERCEDES

Encadenado, idas y vueltas y la burocracia del Pami que perjudica la salud de los jubilados

Pasan los días, las semanas y la obra social no le da una solución definitiva a una jubilada de 89 años que necesita de cuidados en su casa. La mujer está en sillas de ruedas y vive en el Barrio Ciudad Jardín.

Cergio López la última vez que se encadenó.
Actualizada: 02/07/2023 22:00
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Doce días después de la primera vez que se encadenó en la puerta del Pami, en Villa Mercedes, Cergio López no encuentra una solución definitiva para su mamá. Logró que vaya una enfermera a realizarle las curaciones en una pierna, pero no le autorizan hasta el momento una asistencia domiciliaria.

Cansado de las idas, las vueltas y la burocracia, López inició un reclamo en contra de la obra social que en San Luis está manejada por Alberto Rodríguez Saá. El responsable de la coordinación, Diego González nunca dio la cara, ni siquiera se presentó en las oficinas donde debería prestar sus funciones. Fue la última opción que le quedó a López luego de tantas horas inútiles de trámites.

Después del tercer día consecutivo de estar encadenado a un poste de la luz, personal del Pami se presentó en su casa para hacer una evaluación del estado de salud de la mujer que está en una silla de ruedas. “No me mandaban la enfermera porque Íntegra no hacia los servicios en el Barrio Ciudad Jardín (que está distante del centro) que es donde vivo. Era muy lejos, y hasta les pregunté si no tenían otra empresa que lo haga”, señaló.

Después de eso, su caso quedó otra vez en espera. “Fueron a presionarme para que no me encadene, fueron a investigarme cómo vivo”, aseguró.

“Personas que pasaron por esta situación me dieron el número de la superintendencia de salud para que llame, pero nunca me atendió nadie. Entonces decidí hacer un viaje a San Luis para encontrar las respuestas, y la llevé a mi mamá para no dejarla sola y que fuera un paseo para ella”, relató este sábado en el programa que conduce Nino Romero por Radio Dimensión, en Villa Mercedes.

Sin embargo, la mala suerte o el destino los dejaron a mitad de camino: el auto se fundió. Pidió ayuda en el peaje y así logró que lo acercaran hasta Fraga, que era el pueblo más cerca. “Agradezco lo que hicieron”, dijo.

Las últimas dos semanas han sido para Cergio de mucha tristeza e impotencia. “Ahora me avisaron que ya está todo. Pero si el lunes no me responden, no atienden bien, voy a volver a encadenarme”, anticipó.

Contó que su madre tiene una pensión que le permite pagar a una señora para que la asista solo en una franja del día, pero necesita un mayor cuidado y por eso insiste en la prestación que le están demorando.

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