Ambientalistas y vecinos iniciaron un acampe para frenar la obra del Parque Acueducto Vulpiani

Ambientalistas y vecinos autoconvocados iniciaron un acampe y permanecen en estado de asamblea permanente en el Acueducto Vulpiani con el objetivo de frenar la mega obra millonaria que el Gobierno provincial quiere desarrollar en esa zona.

Están en contra porque el proyecto que se pretenden llevar en ese sector implicaría un costo enorme en el ecosistema del lugar ya que deberían desmontarse 12 hectáreas de bosque nativo.

“Ayer nos encontramos con que las máquinas empezaron a trabajar así que vimos la necesidad de estar acá y la idea es sostener la medida hasta que se presente alguna autoridad y nos brinde una respuesta”, manifestó la vecina María José Escudero.

El proyecto megamillonario incluye edificios para comercios y oficinas, senderos, un teatro al aire libre, juegos infantiles, miradores y una pasarela. El inicio de obra fue el 5 de abril y tiene un plazo estipulado de 360 días corridos. La inversión es de $1820.823.419,69 y la empresa a cargo es Serving SRL.

Escudero explicó que solicitaron una audiencia pública a la secretaría de Medio Ambiente de la Provincia, pero no tuvieron respuestas hasta el momento.

“Creemos que no se preguntó ni se informó debidamente cómo va a ser el proyecto y que todo lo que quieren hacer implica desmonte que es la causa principal que defendemos”, sostuvo Escudero.

Por otra parte, Nahuel Arias, calificó la obra como “completamente innecesaria" y "fuera de foco”.

“Quieren desmontar 12 hectáreas de bosque nativo el cual funciona como una esponja que absorbe agua para que no se inunden los barrios que están más abajo. Por eso pedimos al gobernador Alberto Rodríguez Saá y al intendente Jorge ‘Toti’ Videla que se hagan presentes a esta asamblea que es abierta, autoconvocada, que les den explicaciones a los vecinos”, planteó.

La empresa realizó el estudio de impacto ambiental obligada por los vecinos porque cuando comenzaron los acciones en abril, no se había hecho.

Sin embargo, hubo objeciones de los asambleístas al informe como que la etapa de construcción tiene un efecto “negativo” e “irremediable” superior a los positivos que la obra proveerá en su etapa de funcionamiento; que la compañía se declara como "generadora de residuos peligrosos" y no precisa estimativo en volúmenes, transportista ni centro de disposición final; tampoco se cuantifica la totalidad de la diversidad de flora y fauna que comprende el área del proyecto, "por lo que se considera que su alcance y daño sería aún mayor".

Otro de los puntos que mencionaron es que no se observa información sobre la factibilidad económica de la instalación de un centro comercial en el lugar; que el desmonte, la degradación y la baja en la cota de nivel, erosionarían el suelo y podrían ocasionar anegamientos en el área urbana ubicada cota abajo; no se reconocen las consecuencias generales negativas para habitantes colindantes; y si bien se declara el área como protegida, sin embargo se avanza sobre ella.

“No vamos a permitir que sigan avanzando. Más allá de cualquier partido político o creencia religiosa, el medio ambiente es transversal y nos va a dañar a todos perder todo esto”, puntualizó Arias.

Nadia Reig, otra vecina autoconvocada, explicó que el concepto de progreso “está mucho más ligado a la salud y este es uno de los últimos pulmones verdes que quedan en Juana Koslay y me parece sumamente contradictorio que el Gobierno la pinte como la ciudad verde y quiera desmontar para hacer un centro comercial”.

“El turista que viene a San Luis lo hace por la naturaleza, no por un shopping”, cerró.

Por último, anticiparon que continuarán con el acampe hasta que se paralice la obra o alguna autoridad se haga presente.