Su hija es electrodependiente, tiene parálisis cerebral, su hogar se llueve y hace años suplica una casa
Marianella Escudero contó la desesperada realidad que enfrenta junto a la niña de 4 años.
Frida tiene 4 años y desde que llegó al mundo, su vida no ha sido fácil. La pequeña tiene parálisis cerebral y es electrodependiente. Pero a eso se suma una vulnerabilidad extrema por la falta de un techo propio, que se agrava a diario cuando su vida se pone en riesgo.
La necesidad habitacional es una realidad palpable en San Luis y muchas familias la exponen de forma permanente. Hoy lo hizo Marianella Escudero, la mamá de la niña, que lleva años suplicando por una vida un poco más digna.
Este jueves el presidente Alberto Fernández y el gobernador Alberto Rodríguez Saá entregaron 187 viviendas en la ciudad de San Luis. Marianella no estaba entre las beneficiarias y tuvo que volver a ver su deseo frustrado y con eso, la posibilidad de un futuro mejor para la niña.
La lucha de la joven de 27 años viene desde que estaba embarazada y se enteró de la condición de su beba. Fue entonces cuando buscó inscribirse, pero no pudo hacerlo porque no tenía un recibo de sueldo. En ese momento pertenecía al Potenciar Trabajo y hoy continúa siendo su fuente de ingreso.
Para Marianella nada ha sido fácil. En estos años tuvo que dejar muchos trabajos que ella consideraba buenos por no poder cumplir. Esto debido a que su hija requiere “atenciones al 100%”.
También envió una carta al gobernador donde expuso las condiciones donde deben vivir. Pero no recibió respuesta.
“Ya no sé qué más hacer para que se me otorgue una casa”, expresó con tristeza a El Chorrillero.
Es mamá soltera y ante la condición de Frida hizo una ampliación en la casa de sus padres, en el barrio José Hernández. El lugar es de 8 por 2 metros, y tampoco es el más apto para la pequeña.
La propiedad se les llueve y a eso se suman cortes de energía eléctrica, que afectan la salud de la niña, que debe permanecer todo el tiempo conectada a aparatos.
Hoy Marianella sólo pide acceder a una vivienda social. No quiere que se la regalen, sino pagarla. Y así, que Frida pueda vivir en un lugar digno.