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Tras los allanamientos en Remar: “Seguimos trabajando normalmente y nadie se quedó en la calle”

Luego de los allanamientos que tuvieron lugar en los cinco domicilios que la ONG tiene en San Luis, las personas que son parte hablaron con El Chorrillero. La noticia causó una fuerte preocupación entre los familiares de las personas que sufren adicciones o son víctimas de violencia de género, y están allí siendo contenidas.  

Uno de los negocios que sostiene a la organización en San Luis.

por Catalina Ysaguirre

elchorrillero.com

Actualizada: 18/07/2023 15:29

“Seguimos trabajando normalmente, por lo menos eso nos dijo la Policía que hiciéramos, por lo tanto nuestros hogares están funcionando, nadie se quedó en la calle. Seguimos recibiendo gente”, comenzó diciendo en el diálogo que mantuvo con El Chorrillero, el subdirector de Remar en San Luis, Cristian Aguilera.

La ONG fue noticia el martes cuando la Policía Federal desplegó un operativo para allanar las sedes que Remar tiene en San Luis, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza y provincia y Ciudad de Buenos Aires. Los procedimientos fueron dispuestos por el juzgado Federal de San Luis a cargo de Juan Maqueda. Tuvieron la intervención de la fiscalía Federal y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX).

Por muchas horas, los cinco domicilios de la entidad ubicados en la ciudad de San Luis fueron inspeccionados. El hecho tuvo una fuerte repercusión y a la vez generó preocupación, principalmente entre los familiares de las personas que están en esos lugares llevando un proceso de rehabilitación y contención por las drogas, u otros problemas.

En las últimas horas se conoció oficialmente que en los 38 allanamientos realizados en todo el país se detectaron indicios de que en Remar había “situaciones compatibles con reducción a la servidumbre y explotación laboral e irregularidades patrimoniales”. En total son siete los imputados que tienen la prohibición de no salir del país, pero no están detenidos.

En primer lugar, Aguilera (quien está en la lista de investigados por ahora) desmintió la versión que hizo pública un joven al asegurar que se quedó en la calle, como otras personas. El testimonio lo realizó a un medio de comunicación, donde explicó cómo era la tarea que se veía “obligado” a hacer para “ganarse un plato de comida”.

“Eso es falso. Esta persona, que es de La Rioja, firmó su alta voluntaria el sábado, y a nosotros nos allanaron el martes. Dijo que se volvería a su provincia en un micro que se iba a tomar a las 13, pero parece que no se fue. Le entregué todas sus pertenencias”, señaló. Al mismo tiempo planteó con los comentarios que se generaron desde entonces “causaron un daño terrible”.

“Vinieron personas especializadas sobre trata de personas desde Mendoza, nos aislaron a los líderes y mantuvieron entrevistas con cada mujer y cada hombre. Allanaron todo y no encontraron nada. Se llevaron toda la plata que había, inclusive el dinero de las asignaciones de las mujeres, sin importar que era para el sustento diario. Nos sacaron todos los teléfonos, nos dejaron sin los recursos que teníamos”, relató.

Puntualizó que “no había nada fuera de lugar”, y afirmó que le dijeron “que estaba todo en regla”.

“Todo lo que buscaban lo encontraron en orden, nos dijeron que estaba ‘impecable todo’. Y de acá no rescataron personas. Cuatro chicos se fueron de manera voluntaria, que eran nuevos aquí, porque ellos les pagaron el pasaje”, agregó.

Por otra parte dio detalles de cómo es el funcionamiento desde que llegan las personas al centro de contención: “Les damos tareas ocupacionales, así no tienen tiempos de ocio donde piensen en consumir. Hay diferentes actividades con las cuales van restaurando la responsabilidad, la dignidad, donde van recuperando las ganas de ser una persona de bien. Un adicto está acostumbrado a estar en una plaza o en una esquina, entonces cuando ve que es de nuevo útil se empieza a fortalecer, recupera la esperanza”.

Pero antes de todo eso, cada uno firma un consentimiento, y comienza a transitar etapas. La primera en la granja ubicada en El Suyuque. 

“Tenemos los papeles de manera legal y en regla. Cuando la persona entra firma una ficha donde dice que todas las tareas las va a hacer de manera voluntaria, como una tarea ocupacional, y firma ese acuerdo, sin cobrar nada. Y cuando se va firma la baja voluntaria llevándose todas sus pertenencias. Obligado no hay nadie. Nadie le impide que se vaya. Las 140 personas que tenemos acá están porque quieren estar. El que se quiere ir, simplemente se va”, señaló.

En el inicio “darles para manejen dinero es lo peor”, aseguró. Con el tiempo, como se ha dado en muchas situaciones, las personas pueden “llevan adelante un negocio”.

“Les damos ingreso inmediato a las personas sin cobrarles nada. Si tenés un hijo con adición y buscás ayuda ya, ¿quién te la da? Acá no les preguntamos qué hizo, porque ya sabemos que tiene problemas de violencia, de robos. No hay muchos lugares así, ninguno como la obra que realiza Remar”, agregó.

¿Quiénes viven en los hogares de Remar?

No son solo los hijos de madres desesperadas y sin recursos económicos los que llegan a Remar en San Luis; también personas que salen de la cárcel para recuperarse de las adicciones y poder reinsertarse en la sociedad, siempre por orden de un juez penal de la provincia.

Inclusive mujeres con sus hijos que son derivadas desde la secretaría que trabaja en Terrazas del Portezuelo estos casos, y que tienen a Remar como lugar de referencia. “El juez nos ha dado la tutela de muchas jóvenes, previo de haber venido con profesionales tales como abogados, asistentes sociales y de la secretaría de la Mujer para comprobar que este lugar es adecuado para ellas. Mandamos un informe al mes y están al tanto de todo”, aseguró.

Son alrededor de 15 mujeres con adicciones y víctimas de violencia las que viven en las casas de Remar.

Allí hombres y mujeres están divididos y tienen que cumplir ciertas reglas “para mantener el orden”. El organismo “no recibe ayuda ni subsidios del Estado”, como sí en otras provincias, como en Mendoza, donde hay un convenio para que se alojen en las instalaciones a personas en situación de vulnerabilidad. 

“Tenemos que trabajar para sostenerlo, y tenemos que enseñarle a la gente a trabajar, que cada uno va a tener que poner su parte, su granito de arena. Es así como sustentamos la obra”, dijo para responder cómo se sustentan económicamente.

La entidad tiene “talleres escuela” donde se realiza la preparación para salir al mundo laboral, entre esos está presente la carpintería y la carnicería. “Hay personas que se rehabilitaron, que se fueron de Remar y que hoy están trabajando de carniceros”, añadió Aguilera.

Tienen funcionando una carnicería, dos mueblerías (una de hombres y otra de mujeres) y una rotisería. Todos estos lugares son muy conocidos en la ciudad de San Luis. La oficina se encuentra en Italia 1798.

Mientras que su presencia en Villa Mercedes es a través de la atención personal, cada vez que son convocados por diferentes familias, además realizan charlas de prevención de drogas.

“Mínimo debemos tener más 100 personas de Villa Mercedes distribuidas en todas las sedes de Remar en Argentina, como Mendoza, Córdoba, Río IV y San Luis. Por semana tenemos alrededor de 10 ingresos”, aseguró para graficar el difícil panorama que se vive la segunda ciudad más importante de la provincia.

“Es caótico, sabemos lo que está pasando. Se están matando entre ellos, es un desastre”, graficó.

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