SAN LUIS
Estaba con su bebé a upa, delincuentes le apedrearon la casa, tiraron la puerta abajo e ingresaron
La madre terminó con un corte en la cabeza por los piedrazos. Es el cuarto robo que la familia sufre en un mes y medio. Vecinos están cansados de los hechos delictivos que cada vez son más violentos.
Una familia del barrio Faro 3 vivió momentos de terror cuando fueron asaltados en su vivienda este lunes por la noche.
Según el relato de una de las víctimas, Jorge Izaguirre, a La Mañana de Dimensión alrededor de las 22:30 los delincuentes comenzaron a arrojar piedras a las ventanas: “La primera le rozó a mi esposa (que estaba en la cocina) y le cortó la cabeza. Conté aproximadamente seis piedrazos que por la forma y dirección le apuntaban a ella que tenía la bebé de siete meses en su falda”.
El hombre llevó a su familia hacia las habitaciones de la casa para resguardarlos y llamó a la Policía. Mientras hablaba con emergencias, los malvivientes rompieron la puerta abajo a patadas.
“Entraron gritando que nos iban a matar”, graficó.
Fueron 30 segundos de terror para los damnificados. Tiempo suficiente para que los ladrones sacaran un televisor LG de 43 pulgadas, un router y escaparan corriendo hacia un descampado.
“No sabemos cuántos eran, sólo alcancé a ver a uno de ellos por la espalda”, contó.
Izaguirre señaló que este tipo de hechos son habituales en la zona y cada vez más violentos: “Ya le pasó la semana pasada a una señora, la diferencia es que sus hijos estaban con ella dentro de la casa y salieron a perseguirlos. Esto de arrojar piedras es re común, es un modus operandi que utilizan para saber si hay alguien en las viviendas”.
Personal del Sempro tuvo que asistir a la mujer por un pequeño corte que tenía en la cabeza producto del piedrazo. Sin embargo, está fuera de peligro.
Por otro lado, Izaguirre aseguró que hace un mes y medio se mudaron al barrio y es el cuarto robo que sufren en ese periodo.
“Siempre hicimos denuncias en la Comisaría 3°, pero no hay detenidos ni hemos recuperado las cosas”, afirmó.
El problema que tienen los vecinos es que la zona está rodeada por descampados que utilizan los delincuentes para escapar, esconder lo que roban o vigilar cuando los hogares quedan solos.
“Hay hechos insólitos. Por ejemplo, roban a caballo, los usan para trepar medianeras”, expuso el hombre.
Por esta situación, los habitantes se reunieron con autoridades policiales para exponerles la situación. Pero si bien aumentó la presencia policial, los robos siguen ocurriendo.
Por último, Izaguirre explicó que se mantienen comunicados entre vecinos por grupos de WhatsApp y se cuidan como pueden: “Cuando me voy a trabajar por la mañana temprano, veo que varios que están construyendo sus casas se quedan a dormir por la noche para cuidar los materiales”.