Pagó por dos departamentos y hace tres años que espera que se los entreguen

A mediados de 2020, un hombre decidió comprar dos departamentos ubicados en calle Belgrano al 331, entre pasaje Buen Pastor y avenida Presidente Perón de la ciudad de San Luis.

Vendió su auto, un terreno de su padre en El Volcán y entregó todos sus ahorros con la ilusión de tener un hogar propio junto a su pareja. Estas propiedades las publicitaba y comercializaba la “Inmobiliaria Tamayo” (propiedad de la familia del actual intendente de la ciudad) pero la encargada de la construcción del edificio era Desarrollos Milano.

El damnificado los compró mediante la modalidad "en pozo", es decir, se firma un contrato ante escribano, se hace una entrega inicial (puede ser el total del valor) y con ese dinero la empresa se encarga de avanzar con la obra.

El hombre, que prefirió la reserva de su identidad, habló con El Chorrillero y aseguró que las propiedades debían ser entregadas el pasado 30 de julio, pero la realidad es que nunca se construyeron. De hecho, lo que se observa en el lugar es un sitio baldío donde ni siquiera hay cimientos.

Incluso estaba estipulado por contrato que, si no cumplían con ese plazo las empresas debían abonar un canon al valor de un alquiler por cada una. Sin embargo, eso tampoco ocurrió.

El proyecto, denominado “Milano III”, preveía la construcción de 40 departamentos en dos torres con locales comerciales y un bar.

El damnificado pagó al contado una propiedad de 45 metros cuadrados con una habitación (ubicado en un segundo piso) y abonó la mitad del valor de otro con las mismas características, pero de 50 metros cuadrados (en el sexto piso). El resto del precio de este último se fijó en 48 cuotas de $40 mil en ese momento, pero se ajustaban de acuerdo al Índice del Costo de la Construcción. Ambas están valuadas actualmente entre 55 mil y 60 mil dólares.

“Era una oportunidad única y lo pensamos como una inversión a futuro con mi pareja que ya llevamos más de 10 años juntos y queríamos tener lo nuestro y dejar de alquilar”, sostuvo.

Pasaron varios meses desde que firmó contrato y le pareció extraño que nada avanzaba. Consultó varias veces a la empresa, pero la respuesta era la misma; que desde Serba “no habilitaban la planificación de cañerías hacia la calle”.

“Me dijeron que los materiales ya los habían comprado y el retraso era por ese tema del Municipio, pero comprobé que era mentira. No sólo que me desprendí de mi auto, ahorros, sino que nunca me atrasé a pesar del esfuerzo enorme que hacía (representaba más del 50% de su sueldo), siempre creyendo que valía la pena”, planteó.

Pagó 22 cuotas en total del segundo departamento y quedaron pendientes 26. La última fue en julio del año pasado y decidió dejar de hacerlo al no tener certezas de nada.

El 29 de ese mes envió una primera carta documento a una de las socias gerente de Desarrollos Milano, Noelia Casiragui. El 8 de agosto fue la segunda. En ninguna tuvo contestación.

“El problema es que no me decían nada desde la empresa. No soy una persona mala, confrontadora, que busca quilombo, podían darme otra solución, pero prefirieron quedarse en silencio y por eso reaccioné de esa manera”, expresó.

El 22 de septiembre una tercera carta documento fue dirigida a una de las propietarias de la Inmobiliaria Tamayo, María Elena Lucero. Decidió esperar, pero no tuvo novedades y por eso el 10 de febrero de este año decidió demandar nuevamente a Casiragui aunque el resultado fue el mismo.

“Lo que creo es que vendieron algo que nunca tuvo la habilitación, era un terrero de ellos seguramente pero nunca recibieron la autorización de la Municipalidad”, afirmó.

En abril denunció el hecho penalmente en la Justicia. La investigación recayó sobre la fiscal de Instrucción, María del Valle Durán y la causa fue caratulada como “averiguación de estafa”.

“Esto era nuestro futuro. No me fui de vacaciones, me privé de muchas cosas para no atrasarme y resulta que me salen con esto”, expuso indignado y añadió: “¿Sabes lo que es levantarse todas las mañanas o acostarte por las noches y dormir amargado porque jugaron con nuestra ilusión? Cada vez que paso por esa zona vemos que no hay nada y recordamos que estas personas se nos cag… de risa en la cara. Gracias a Dios comida no me falta, pero esta estafa nos destruyó. Mi padre me pregunta por los departamentos y no sé qué decirle”, indicó.

Hace un mes aproximadamente, el damnificado se cruzó en la calle a Cynthia Tamayo (otra dueña de la inmobiliaria) y le planteó la situación: “Me dijo que ‘ya habían arreglado a todos los otros dueños que también compraron y era raro que a mí no me hayan avisado de nada’, pero eso es totalmente mentira”.

“Yo creo que la obra directamente no la van a hacer porque nunca estuvo habilitada y aparte que se borraron y jamás dieron explicaciones”, dijo.

“La solución que podrían brindarme es que me den dos departamentos de esas mismas características o el dinero actualizado para comprar algo similar”, cerró.