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VILLA MERCEDES

Un pedido desesperado para que los niños con TEA tengan “una mejor calidad de vida” y puedan acceder a la salud pública

Por iniciativa de una abuela se hizo una convocatoria para exponer la necesidad de más profesionales. Se supo que para la fonoaudióloga hay 85 chicos en lista de espera, y el único cirujano infantil, que viene de otra provincia, no alcanza a cubrir la demanda.

Foto Ilustrativa
Piden acceso público al acompañamiento terapeuta de los niños en Villa Mercedes.
Actualizada: 19/08/2023 21:31
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Silvia Alcaraz tiene un nietito con retraso madurativo y TEA (Trastorno del Espectro Autista), y por eso sabe del peregrinaje que deben hacer las familias para que los niños con estas patologías tengan el derecho a la salud.

“Acá si no tenés mutual, olvidate”, comenzó relatando la mujer en una entrevista con El Chorrillero.

El panorama de la salud pública se agrava un poco más si se hace foco particularmente en los niños que necesitan de especialistas para poder llevar adelante su vida, lo más liviana posible. Lo que cuenta Silvia es el ejemplo de todo eso. No es nada nuevo, pero esta vez ella se puso a la cabeza para intentar que las cosas cambien.

“Hay 35 niños en una lista de espera para que los atienda una fonoaudióloga”. Graficó que esa es solo una parte del triste panorama que se vive en la salud pública de Villa Mercedes. Es en el mismo hospital donde cada día se hacen filas desde la madrugada para poder acceder a un turno.

“La convocatoria es para todos, abuelos, padres y madres de personas que sufran cualquier discapacidad. Es para que tengan el derecho a una mejor calidad de vida. Sabemos que un chico con TEA necesita mucho tiempo de fonoaudiólogo, psicopedagogo, psicólogo, necesita de este acompañamiento, de lo contrario se atrasa y con el tiempo sufren las consecuencias”, describió Silvia.

Dijo que se busca “terminar con la discriminación”, y apuntó al sistema educativo: “Hay escuelas donde los reciben una o dos veces por semana porque no hay maestras especiales. Queremos integración, que no sean discriminados por padecer ninguna discapacidad, que los acepten y que tengan maestras integradoras. Hoy en las escuelas no hay nada”.

Comentó que por lo general un niño con autismo “tiene que ir al psicólogo dos o tres veces por semana”. Sin embargo en el sistema de salud pública de la ciudad eso nunca podría ser posible: “Si lo ve hoy un psicólogo, después lo vuelven a llamar en dos meses, y queda en una lista de espera. Y eso no sirve, el tratamiento no es continuo y nunca van a mejorar así. Necesitan una atención que acá no la tienen”.

“No hay psicomotricista. Viene de Río IV un neurólogo infantil, pero nunca se puede conseguir un turno, porque un solo médico no alcanza. A mi nieto lo llevé a Córdoba y tuve que pagar $5 mil la consulta, y luego el informe me salía $25 mil. No todos los papás pueden irse a otra ciudad, porque no tienen el dinero”, relató.

El miércoles, Silvia pretende hacer el primer encuentro con muchos otros que están de acuerdo con sus peticiones, y organizar una movilización “para ser escuchados”, para que la situación actual cambie y los que menos tienen no les quede otra más que resignación.

“Tenemos que ayudarnos entre todos, y vamos a pelear por el derecho de los niños. Todos saben (las autoridades) de esta situación, pero no hacen nada. Tiene que cambiar el sistema educativo y de salud”, agregó.

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