Bernardo Arévalo, el presidente que quiere implantar la semilla anticorrupción en Guatemala
Hijo de un expresidente progresistas que debió exiliarse, fue diplomático y saltó a la política hace pocos años.
Por Lola Itzá López Lungo
Con el 100% de las actas escrutadas del Tribunal Supremo Electoral de Guatemala y publicadas por la prensa local, el líder del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo, obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales con el 58.01%. Arévalo, quien será el primer presidente socialdemócrata del país, se impuso frente al 37.24 % de los sufragios de su contrincante en el balotaje, la ex primera dama Sandra Torres. En medio de la desconfianza hacia las instituciones, el próximo mandatario se enfrenta a un sistema político asediado por la corrupción.
"Esta victoria es del pueblo y ahora unidos, como pueblo, lucharemos contra la corrupción”, declaró Bernardo Arévalo en su primera conferencia de prensa tras conocerse los resultados de la jornada. Junto a él, los guatemaltecos partidarios de Movimiento Semilla salieron a celebrar, ondeando banderas por las calles de la capital.
El candidato del partido progresista Movimiento Semilla ganó los comicios presidenciales con el 58% de los votos, tras un proceso electoral marcado por una fuerte judicialización e intervenciones de la Fiscalía en su contra. “Lo que el pueblo grita es “basta ya de tanta corrupción”, declaró el presidente electo.
La segunda vuelta de las elecciones contó con 45% de participación ciudadana, 15 puntos de porcentaje más que en la segunda vuelta del 2019. La presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Irma Palencia, explicó en una conferencia de prensa que históricamente en Guatemala, la tasa de participación en la segunda vuelta es más baja que en la primera.
“Participar es un acto de defensa de la democracia y en este momento histórico, significó un acto de valentía de cada persona que emitió su voto”, declaró Arévalo.
Ha sido el proceso electoral más convulso desde el regreso de la democracia al país en 1985. El Tribunal Supremo Electoral reconoció los resultados de la primera vuelta dos semanas después, y tras un recuento de votos por presuntas irregularidades denunciadas por un grupo de partidos alineados con el oficialismo. El segundo lugar de Arévalo el 25 de junio con el 11,78% de los votos se vivió con sorpresa en el país. Sandra Torres había liderado con el 15,84%. El gran ganador fue el voto nulo, un signo de la desconfianza y el rechazo de la población a las instituciones políticas del país. En estas elecciones, el 95% de los votos contabilizados fueron válidos: ni votos nulos, ni votos en blanco.
El 12 de junio, tras hacer oficiales los resultados, la Fiscalía ordenó suspender el partido Movimiento Semilla por un caso de presuntas firmas fantasma entre los miembros del partido. Organizaciones internacionales expresaron su grave preocupación ante lo que se consideró un serio ataque a la democracia, pues la Fiscalía allanó en dos ocasiones la sede del TSE. Finalmente la Corte de Constitucionalidad bloqueó la orden de suspensión, pues la Constitución indica que durante el proceso electoral, la máxima y única autoridad que puede decidir sobre los partidos en contienda es el TSE.
El 18 de agosto, a dos días de los comicios, el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), Rafael Curruchiche, declaró que no descarta órdenes de captura a miembros de Movimiento Semilla una vez pasada la jornada electoral. Rafael Currichiche y Consuelo Porras, la Fiscal general, ya han sido señalados por Estados Unidos en previas ocasiones, por estar involucrados en casos de corrupción.
El tumultuoso proceso electoral provocó manifestaciones en distintas áreas del país, exigiendo “elecciones libres” y que se respetara la voluntad del pueblo. Una vez avanzado el recuento de votos, Irma Palencia agradeció a la ciudadanía que se solidarizó con el TSE.
Jornada que se desarrolló sin incidentes mayores, pero organizaciones de la sociedad civil miembros de la Misión de Observación Electoral de Guatemala publicaron reportes a lo largo de la jornada, sin que estos implicaran una interrupción del proceso electoral.
“Resguardar la integridad de estas elecciones ha sido el resultado del compromiso de los ciudadanos que cumplieron un rol responsable y comprometido en las juntas receptoras de voto en el país, así como de los observadores nacionales e internacionales, los medios de comunicación y ustedes, familias enteras, que estuvieron atentas y listas para defender el proceso electoral”, declaró Karin Herrera, vicepresidente electa.
El próximo gobierno de Bernardo Arévalo se enfrenta a un país en el que únicamente el 7% de la población confía en la Presidencia, según datos de la Encuesta Libre 2023. Un país en el que 10,3 millones de habitantes viven en la pobreza, según cifras oficiales, y en donde el 1% de la población más rica posee la misma riqueza que la mitad más pobre de la población, según datos de Oxfam. Todo ello se refleja en que Guatemala es un país de origen y de tránsito de migrantes hacia el norte, impulsados por una situación de violencia creciente.
Bernardo Arévalo centró su campaña en torno a la lucha contra la corrupción, afirmando que Guatemala posee los recursos necesarios para estabilizarse, si se refuerzan las instituciones. En referencia al Gobierno de su padre Juan José Arévalo, primer presidente electo democráticamente en 1944, Movimiento Semilla habla de su gobierno como el de la “nueva primavera”.
Sandra Torres pierde las elecciones presidenciales por tercera vez
Sandra Torres es una figura conocida de la esfera política guatemalteca. Esta era la tercera vez consecutiva que llegaba a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, liderando al partido socialdemócrata Unión Nacional de la Esperanza (UNE).
Tradicionalmente la UNE es un partido reconocido por sus políticas sociales, en especial la bolsa solidaria, proyecto de distribución de alimentos que Sandra Torres gestionó como primera dama entre 2008 y 2012. Sin embargo, en estas elecciones, el partido dio un giro conservador. Con un pastor evangélico como candidato a la vicepresidencia, Sandra Torres abogó por defender los “valores de la familia guatemalteca”, llegando a formar alianzas con los militares veteranos del Conflicto Armado Interno. Es vista como la candidata de la continuidad del sistema.
En una conferencia de prensa previa al cierre de las urnas, expresó su preocupación porque no se tomaron en cuenta las denuncias de la Fiscalía a Movimiento Semilla, y no afirmó que reconocería los resultados de las elecciones independientemente del ganador. Expresó que esperaría los reportes de los fiscales de su partido: la Corte de Constitucionalidad autorizó la presencia de fiscales de ambos partidos como observadores del proceso electoral.
“Tenemos enfoques distintos en política, pero a ella y sus electores les garantizamos que sus derechos como ciudadanos serán promovidos y protegidos sin distinción alguna por el gobierno de la nueva primavera. No serán olvidados ni marginados y a partir de hoy trabajaremos por el bienestar unido de nuestro querido país”, declaró Arévalo.
Los desafíos del nuevo Gobierno
“Guatemala tiene muchos retos que afrontar, y el Gobierno que venga tendrá que buscar muchas formas de resolverlo”, expresó Marjorie Von Ahn, analista política y periodista, en entrevista con France 24. Señala que las soluciones a los problemas estructurales de Guatemala no se podrán resolver en un solo mandato, sino en décadas, y que es importante la prudencia frente a las promesas en tiempo de campaña.
Sobre todo, cuando Movimiento Semilla cuenta únicamente con 23 escaños en el Congreso. “No es suficiente ni para gobernar, ni para que aprueben sus iniciativas”, explicó la analista. Añadió que, respecto al desafío de la migración, éste está íntimamente relacionado con la carencia de infraestructura en el país, que afecta la economía y es un factor explicativo de la precariedad. Añade que resolver la crisis migratoria es una prioridad, ya que esta “rompe a las familias y al tejido social guatemalteco”.
“Confianza institucional, corrupción y violencia”: esos son los tres pilares de los retos que deberá afrontar el gobierno de Bernardo Arévalo, según la directora nacional de la Misión de Observación Electoral en Colombia, Alejandra Barrios.
En entrevista con France 24, explicó que es urgente tomar medidas que impidan que se pueda repetir una judicialización del proceso electoral como la del 2023. La analista apunta que las acciones de los Gobiernos recientes han hecho más frágiles las relaciones de Guatemala con la comunidad internacional, reduciendo su acceso a recursos de cooperación. Se espera que Movimiento Semilla pueda renovar esos lazos, particularmente con Estados Unidos.
Finalmente, la analista vincula la pobreza con la corrupción y el sistema económico. “Eso significa que se necesita un cambio de cultura: tener una Fiscalía muy fuerte, que ya no persiga lo político sino realmente con capacidad de avanzar contra la impunidad. Quizá ese va a ser su reto más difícil. Cuando hablamos de corrupción, hablamos de pobreza: la una sin la otra no funciona”, detalló Alejandra Barrios.
Tras el escrutinio de los votos, el Tribunal Supremo Electoral cuenta ahora con cinco días para oficializar los resultados de las elecciones.
France24 con información de Reuters, EFE y medios locales