Desafío imposible: para ser clase media en San Luis una familia necesita ingresos por $466 mil
El acelerado ritmo inflacionario, la pérdida de poder adquisitivo y la crisis social de argentina y de la provincia complejizan aún más el panorama de un estrato social que no hace otra cosa que achicarse más y más.
Históricamente a la clase media argentina siempre se la caracterizó como el motor de la economía nacional. A diferencia de sus pares, el país contaba con una suculenta masa de trabajadores que integraban el estrato social y las brechas económicas no eran tan anchas.
Hoy el panorama “clasemediero” giró 180°. Años de crisis, una inflación imparable, corridas cambiarias y el casi nulo crecimiento económico, desembocó en que prácticamente un reducido número se sienta parte de ella.
Pero ¿cuántos ingresos debe tener una familia para ser considerada clase media? En San Luis se requieren $466.218,42.
El número surge de un relevamiento y estudio de El Chorrillero. Para llegar a él se contemplaron desde lo más básico como la canasta alimentaria, hasta la cuota de los colegios privados y la medicina prepaga.
A mediados de febrero, este medio hizo el mismo análisis con los mismos ítems. En aquel momento se ubicaba en $314.391. Dicho de otra manera, en seis meses el aumento alcanzó el 48,2%.
Ahora, y antes de avanzar en la cifra de la actualidad, hay que precisar que una familia en Argentina necesitó $248.962 para no ser considerada pobre y de $111.642 para no caer en la indigencia.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la pobreza puntana alcanzó el 45,2% en el cierre del 2022, mientras que la indigencia el 5,3%.
A la hora de conformar esta canasta de clase media hay que partir de los $111.642 que se requieren para la supervivencia, es decir, los alimentos, vestimentas, calzado, entre otras cosas básicas.
Fuera de esto, uno de los mayores gastos que presenta el presupuesto familiar es el alquiler. Si bien los valores dependen del lugar y las condiciones habitacionales, se optó por tomar un ejemplo proveniente de una inmobiliaria local.
En el caso de acceder a una vivienda de cuatro habitaciones en barrios ubicados en la periferia del centro puntano, el valor llega a los $110 mil. Eso sí, la suba de los alquileres llegó a las tres cifras gracias a la inflación.
La medicina prepaga también ocupa un lugar importante en el bolsillo. Por ejemplo, un plan básico (plan 210) de OSDE para cuatro integrantes alcanza en promedio los $82.280. Por supuesto que los precios variarán dependiendo de las empresas y los planes.
Lo mismo sucede con las cuotas de los chicos en un colegio privado. Para un niño que asiste a la primaria la mensualidad es de $43.700, mientras que el de la secundaria $46.900. Ambos $90.600.
La movilidad es otro asterisco. Sobre el combustible, hay que señalar que se necesita invertir alrededor de $16.500 (una aproximación). Aquí hay que sumarle el seguro del auto (básico contra terceros) de unos $7472.
También se le agrega el transporte público con un gasto de alrededor de $7560.
Para los servicios de luz, gas y las tasas municipales hay que invertir otros $7276.
En el otro extremo de las necesidades, está la recreación y la comunicación. A la lista se le agrega las prestadoras de internet y cable. En lo primero se requieren $5981,40 para un servicio de 20 megas, mientras que para lo segundo otros $6021,02.
En tanto que para la telefonía móvil, el total mensual de una flota de cuatro celulares se encuentra en $9936, en promedio.
Por último, el divertimento completa la canasta: una plataforma de streaming como Netflix se ubica en $2990 y una salida a comer afuera en el mes en $7960.
Lo cierto es que cada día la pertenencia a la clase media argentina cuenta con menos argentinos y puntanos. La crisis no conoce fondo y son cada vez más aquellos que caen en la vulnerabilidad de la pobreza.