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Historias de San Luis: el escudo olvidado y nuestro patrimonio cultural

Cada 25 de agosto, el día de la fundación de San Luis, recuerdo al Escudo que estaba en la Iglesia Catedral y fue trasladado a Terrazas del Portezuelo.

El escudo olvidado y nuestro patrimonio cultural.

por Nino Romero

elchorrillero.com

Actualizada: 02/09/2023 23:25

Sucede que formé parte del grupo que acompañó el sueño del maestro Alfredo Calderón Battini, que lo mostró a todo San Luis un 25 de agosto de 1979, quedando habilitado para visitarlo en la Iglesia Catedral de San Luis.

El Escudo es parte de nuestra historia.

"Lo hice con mi pueblo y con la ayuda de Dios", dice el epígrafe del escudo suscripto por el mismo autor.

Motivó una obra poético musical autoría de Juan Miguel Bustos en la letra y el profesor Rafael Carlos Rosa en la música llamada "Destino de Luz", cuyo estreno fue el día de la inauguración del Escudo en la Catedral.

Después se grabó en vinilo utilizando como estudios el aula magna del ex Colegio Nacional "Juan Crisóstomo Lafinur".

Discursos memorables en la Catedral del entonces presidente de la Junta de Historia, profesor Hugo Arnaldo Fourcade, y del creador del Escudo, ambos ya fallecidos.

Valdría la pena que el Escudo tenga un folleto que enseñe el proceso de su creación.

El día de la habilitación en Terrazas fui invitado por el actual titular de la Junta de Historia, pero no se me permitió el ingreso al lugar porqué debían ser invitaciones personalizadas suscriptas por la administradora de la puntanidad, la titular de Cultura, señora Rapisarda.

Pero es una anécdota.

Y sostengo que el Escudo no tuvo la trascendencia merecida, porque en la Iglesia Catedral, salvo el día de la inauguración y un poco tiempo más, estuvo siempre a oscuras.

Y era una contradicción, ya que la obra artística en su nombre se llama "Destino de Luz".

El Escudo en la Catedral tuvo "Un Destino de Oscuridad".

En el año 1989 se recordaron 10 años de su inauguración.

Todos fueron impedimentos insólitos en la Iglesia Catedral.

El o los sacerdotes a cargo no querían que se prendiera la luz del lugar donde estaba el Escudo. Entonces la pregunta es lógica:¿Cómo iban a poder verlo los asistentes?.

Otra: estaba prohibido aplaudir las interpretaciones musicales de la obra coral que se interpretó en vivo.

Afortunadamente la tozudez de algunos y la resignación o comprensión de los sacerdotes de entonces permitieron encender la luz y que se aplaudiera respetuosamente las interpretaciones, como siempre sucede.

El traslado del Escudo a Terrazas se hizo con la presencia del "Gato", que era el sobrenombre de Alfredo Calderón Battini, que donó su obra para el patrimonio cultural de la provincia.

Y hay tantas cosas desaprovechadas y desconocidas en nuestro abandonado patrimonio. Tantas.

Tal vez se debería comenzar con la enseñanza desde el ciclo inicial, obviamente con los contenidos adecuados a cada edad.

Algunas escuelas lo hacen pero una importante generación de comprovincianos no conoce nuestro rico patrimonio cultural.

¿No será momento de comenzar a trabajar también en este tema en todos los niveles educativos?.

La célebre frase "un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla" fue pronunciada por el filósofo George Santayana.

Esta cita se popularizó durante la Segunda Guerra Mundial y se convirtió en un lema de la resistencia contra el olvido de las atrocidades del pasado.

Se ha utilizado para describir el papel de la educación en la memoria colectiva.

La idea de que la ignorancia de la historia conduce a la repetida perpetración de los errores del pasado se remonta al filósofo griego Platón.

En su obra La República, Platón describe una sociedad utópica en la que los ciudadanos son seleccionados por su aptitud para el gobierno mediante un proceso de educación y formación rigurosos.

En esta utopía, la ignorancia de la historia y el olvido de las lecciones del pasado son considerados como los principales enemigos de la justicia.

Hay que comenzar con un plan serio para recuperar y dar a conocer nuestro patrimonio cultural.

Hay material humano y literario para hacerlo. Es cuestión de ponerse manos a la obra y recuperar el tiempo perdido.

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